domingo, 14 de julio de 2013

El mundo de los Misterios: El Libro de las Sombras de una bruja.





Abro mi libro de las Sombras y comienzo a escribir. A mano. La muñeca tensa, los dedos apretados contra el lápiz. Hubo una época donde intenté hacerlo en digital, transcribir los viejos rituales y creencias a datos ordenados, legibles, fríos. Pero desistí muy pronto. Hay algo hermoso, pleno, en lo manuscrito. Algo tan personal que trasciende la mera palabra. Una identidad en la curva de la letra, en la linea temblorosa, en los pequeñas ondulaciones de la tinta sobre el papel. Así que sigo haciéndolo a la manera antigua, inclinada sobre el cuaderno, la espalda tensa,  el hombro temblándome un poco por el esfuerzo. En estos tiempos tecnológicos, hay algo conmovedor en el olor del papel, en la textura de la tinta. En el sueño que ambos parecen crear.


Libro de las Sombras. Siempre me hará sonreír lo que suele pensarse de un nombre tan estrafalario. Cada vez que lo pronuncio, seguro habrá algún interlocutor que creerá tengo entre mis objetos más preciadas algún libro arcano con sabiduría misteriosa, hojas que contendrán inquietantes y oscuros secretos de brujas. Un pensamiento romántico, sin duda. Porque el Libro de las Sombras es probablemente el ritual más simple y personal que cualquier bruja puede llevar a cabo: hablar y contar su historia. Un Libro de las Sombras es un diario del conocimiento mágico, donde incluyes todo lo que te parezca pueda ser importante en tu experiencia construyendo tu manera de ver la fe. ¿Muy simple? En realidad, podría decir que se trata de una costumbre profundamente arraigada: llevar notas sobre el conocimiento ha sido desde tiempos inmemoriales una manera de comprenderte a ti mismo y más aún, mirarte en el espejo de tu propio crecimiento espiritual.

Comencé mi primer Libro de las Sombras a los doce años, como todas las brujas de mi casa. Pero como supongo podría ocurrirle a cualquiera, muy pronto, comencé a pensar en nuevas maneras de recopilar la información. Quería que mi Libro fuera además de una crónica de mis vivencias como bruja, una manera de mirarme, un símbolo de mi vida. De quien era. De manera que incluí fotografías. Autorretratos, claro. En aquel tiempo, todavía los tomaba con film, por lo que al hojear ese primer libro, lo primero que un posible observador podría encontrar es el rostro huidizo de una niña timida. Medio dibujado entre las palabras. Fotografias de mi caldero, las velas, pequeños esbozos de la mujer en que me convertiría. Me hace sonreír hojearlo, lo hago de vez en cuando, sobre todo cuando quiero recordar porque comencé a escribir mis Libros de las Sombras en mi primer lugar. Sí, son varios. Uno o dos por años. Una pequeña colección de vivencias.

Me imagino como fue antes para las brujas, cuando estaba prohibido. O mejor aún, en esos tiempos idílicos que no puedo imaginar, cuando eran parte del saber popular. El libro de la Bruja.  Antiguamente, sobre todos en el pueblo de Torre del Greco (Nápoles, Italia) el día 5 de febrero estaba dedicado según la Tradición de la Stregheria, a la celebración del conocimiento, ese que se transmitía de boca en boca, que crecía a medida que se se heredaba a alguien más. Según las viejas creencias, durante los rituales que se celebran en la festividad - grandes hogueras con comida y bebida abundante -   las jovenes brujas invocaban la energía de la divinidad para comprender la señales del futuro y buscar el sentido más beneficioso de sus decisiones inmediatas. Y las escribían por supuesto, en sus libros, soñando en lo que vendría, en el futuro que guardaría ese libro que comenzaban a crear.

Porque para la Brujería, el conocimiento es poder, es una forma de creación sublime. De manera que se atesora. Tal vez esos primeros libros no estaban escritos en palabras - poca gente sabía escribir antiguamente - pero sí en simbolos dibujados, en piezas de arte diminuto que creaban rostros y voces, una creencia. Puedo imaginar a las jovenes dibujando bajo la Hoguera, pensando en el poder de sus símbolos, de sus dibujos, de lo que soñaban construir en cada página. El fuego de la Sabiduría muy alto y radiante junto al mar. Según leí una vez, La costumbre provenía de la fiesta céltica de Wyrd, concepto de raíces escandinavas que sostenía que todos los hechos de la vida del hombre se encuentran entretejidos unos con otro, y que todas las decisiones que tomamos, nos afectan no solo como individuos, sino como miembros de la Universalidad. De la misma manera, el conocimiento nos pertenece a todos, nos une como un lenguaje místico y universal que todos comprendemos de alguna manera. La idea tenía su origen en la moralidad Vikinga, donde el concepto de pueblo y comunidad privaba sobre el del hombre como ser unico. El Wyrd simbolizaba la responsabilidad de cada uno de los miembros de la tribu, con la convivencia y la vida de sus congéneres. La culpa, como esquema moral, no se adjudicaba a un solo hecho, sino a un conglomerado de situaciones directamente relacionados con nuestro hacer y omisión.


El Wyrd, como figura social, también se encontraba incluido en la Mitologia Vikinga y Escandinava. Las tejedoras del destino o Nornas, vivían en las proximidades del árbol Yddgrasil y eran ellas quienes ataban el destino de un hombre al de todos, creando un tapiz sobre el cual discurria y se formaba el rostro de la historia. Por tanto, el Wyrd mitologico tiene la forma de una tela que va siendo tejida a medida que ocurren los acontecimiento y el flujo. También, el concepto de Wyrd - siempre bajo el aspecto mitológico y simbólico - puede ser comparada con una red en la que cada malla está vinculada a las demás, y que por tanto, tienen una intrínseca relación entre sí. Según la cultura Vikinga, incluso los dioses poseen su wyrd, que le es tan desconocido como para cualquier mortal. Unicamente las nornas saben la forma y la textura del wyrd de todas las criaturas.

Para la Antigua religión, el Wyrd, es una responsabilidad compartida sobre la forma y la conformación del futuro, un concepto que engloba cada vida como parte y estructura de un enorme mecanismo que excede el conocimiento humano, pero que funciona con absoluta precisión. Es por ello, que la adivinación tiene un sentido de guía o visión amplia sobre los hilos de la comprensión de futuro. Una bruja educada bajo ciertas tradiciones de la Antigua Religión, siempre asumirá que el porvenir puede modificarse con las acciones que hoy realice, cuyas consecuencias son imprevisibles y muchas veces definitorias en un periodo eventual de tiempo. Es por esta razón, que la adivinación tiene un aspecto dual, una combinación de beneficios y posibilidades que pueden tener dos rostros, o dos formas de interpretarse.


Y ese conocimiento que perdura, es parte de la vida de la bruja. Y lo simboliza el Libro de las Sombras, Lo crea a partir de lo que sueña, aprende, construye, asume como una forma de conocimiento personal. Un tipo de saber que se consagra a todo lo bueno, a lo que crea la sabiduría Universal.

De la página al tiempo que transcurre: La consagración del Libro de las Sombras.

Tradicionalmente, consagrar un objeto que consideres valioso para tu aprendizaje, es un rito importante en brujería. ¿Tienes algún como objeto que como mi Libro de las Sombras simbolice tu crecimiento espiritual, moral o intelectual? ¿Quieres impregnarlo de energía personal? Te enseño como:


Materiales:

Un vela blanca
Cuatro objetos que simbolicen para el oficiante los atributos de cada una de las fuerzas elementales ( Aire, Tierra, Agua, Fuego )
Incienso de romero.

Disposición:

Coloca los objetos que representarán a las fuerzas elementales formando un cuadrado, donde el elemento fuego sea el sur, el elemento agua el oeste, el elemento viento el este y el elemento tierra el norte. Coloca la vela blanca centro y siéntate frente a ella. A tu derecha coloca el incienso de romero.


Enciende la vela blanca, mientras realizas la siguiente invocación, con estas palabras u otras que te sean espontáneas, mientras conserven el sentido:

"Que la Gran Madre escuche mi llamado
Que el tiempo me sea revelado
que los hilos del destino tengan el dibujo de mi voz
que a través de la Diosa
tenga la sabiduría y la comprensión
Así sea"

Ahora enciende el incienso de romero:

"Limpio, consagro y purifico mi voz en el viento
que mi llamado sea escuchado
Que el futuro sea fuente de conocimiento y valor
Así sea"


Ahora, toma tu herramienta de adivinación y colócala sobre el elemento que representa al fuego diciendo:

"Que el fuego purifique mi intención"

Ahora sobre el elemento agua:

"Que el agua me muestre el sentido profundo de mis ideas"

Ahora el elemento viento:

"Que las voces antiguas canten para mí"

Ahora el elemento tierra:

"Que la Gran Madre sea el conocimiento en mi voz
Así sea"


Ahora toma entre tus manos el objeto que deseas consagrar:

"Que la fuerza de la Diosa, consagre, purifique y llene de fuerza
mi intención de mirar el futuro para comprender el presente
y tomar la decisión correcta
de acuerdo a las lecciones del pasado
Asi sea"

Para culminar el ritual, realiza una pequeña meditación, mientras la vela blanca se consume.

Termino de escribir el pequeño texto que deseaba incluir en mi Libro de las Sombras. Con cuidado, tomo una fotografía - sí, un autorretrato muy reciente - y la coloco junto a las palabras. El conjunto parece hablarme de algo profundamente personal, como si pudiera verme a través de ambas cosas, comprenderme mejor. Cuando cierro el cuaderno, siento una curiosa sensación de paz. Una intimidad sentida y profunda con mi manera más privada de crear.

C'est la vie.

4 comentarios:

Scarlett dijo...

Curiosamente el Wyrd es femenino entre los celtas, creo que remite a la intuición femenina o la facilidad de las mujeres para la adivinación y las mancias. Se traduce también como la habilidad de "escribir" o "tejer" la propia historia con un sentido de trascendencia. De ese modo para los celtas el destino es maleable. Suele implicar que todos en la vida tenemos una misión y la libertad de elegir la travesía por la cual la cumplimos como mejor nos parezca. En la Fe celta la tragedia rara vez viene de un castigo de los dioses por "pecar" o hacer algo mal. Viene de no cumplir la propia palabra, de negarse a uno mismo como en realidad es. Para los druidas la palabra tiene poder, más todavía si uno jura o promete algo. La mayor deshonra viene de ese faltar a un juramento. El destino es inexorable, no por los dioses, sino por la propia naturaleza humana. De ahí que el druida, como la bruja, acepta que es parte de algo más grande y que el cambio es inevitable. Entonce procede a conocer, aceptar y controlar el caos del cambio :)

Los druidas no solían escribir las cosas, porque el poder de la palabra era enorme para ellos y sólo usaban el ogham en contadas ocasiones.También el aspirante a Druida debía mostrar su amor por el conocimiento con entre 12 y 20 años de memorizar ritos, poesía, etc. Yo sí llevo un libro de las sombras porque creo que es momento de recuperar el poder de las palabras que se ha perdido desde entonces (también porque la madre de mi abuela era bruja y murió cuando ella era pequeña y no pudo enseñarle muchas cosas). Por eso el druidismo actual es reconstruccionismo, tratamos de armar de nuevo ese pasado y traerlo a nuestro presente. También desde mi lado personal creo que mi Wyrd es recuperar mi raíces.

Miss B dijo...

Hola Scarlett!

Para la Brujería, Wyrd es una conexión esencial con tu interpretación del mundo: es decir, tu manera de conceptualizar quien eres, como concibes la realidad, como creas a partir de esa percepción. Es una visión muy interesante, porque para las brujas, la capacidad de construir ideas, de influir en el mundo a través de tu necesidad de elaborar conceptos, es primordial. Por ese motivo el Libro de las Sombras es la quintaesencia de esa idea. Una manera de ordenar, a partir del caos, el conocimiento, hacerlo comprensible, mostrarlo, disfrutarlo. Soñar con la fuerza que es capaz de equilibrar tu mirada a quien eres.

Más allá, el Libro de las Sombras es una herencia muy vinculada a la manera como las brujas asumimos nuestra identidad y creencia. El Libro se construye para dialogar con las generaciones futuras. Y el poder de la palabra y el símbolo reside justamente allí, en tu manera de expresar ideas complejas al futuro, legarlas como parte de un aprendizaje continuo. El uno, que somos todos.

Jajajaa En lo particular, siempre supe que mi Wyrd es crear, de manera que a eso me dedico. En todas las maneras posibles, en todos los ángulos que pueda. Y a partir de esa convicción, mantener la esperanza que toda creación es parte de mi historia personal.

Besos, gracias por leer y comentar!

Scarlett dijo...

Me encanta como lo pones, y es muy bello tu concepto. Para mí crear es mi camino, mi herramienta, mi arte. Ya sea por recuperar mis raíces o conocimientos y compartirlos con otros crear para mí es siempre la vía. Aunque ante todo crear es la forma en que me realizo como persona :) en eso compartimos, así como creas conceptos e influyes en mundo escribes tu historia. Al menos así veo yo a Wyrd, la capacidad de formar conceptos y crear tu propio camino. Justo lo que pusiste me remitió a un rito que tenemos, conocido como el de las tres inspiraciones(o regalos) que es muy socorrido para la iniciación. A grandes rasgos te colocas en el portal entre este mundo y el otro y recibes la revelación de tu animal tótem, una herramienta que usarás para llegar a tu Wyrd y una visión más que te ayude. Se puede realizar más de una vez (a veces cuando hay cambios bruscos o ''renaces'' en vida lo puedes realizar de nuevo para centrarte un poco en lo que te espera más adelante) Un beso enorme y un abrazo, me encanta compartir contigo.

Freddy Briceño dijo...

Hola Aglaia excelente tu blog y muchos de tus artículos me encanta también la manera en que los narras.
En esta ocasión te comento que aparte de Romero probaras con Laurel también y prueba que tal te va con este conjuro de adivinación, también en los sueños si tiendes a tenerlos con revelación o comunicación con el mas allá también ayuda justo de bajo de la almohada.

Publicar un comentario