domingo, 17 de febrero de 2013

La Dama del Desierto: Bastet, la Diosa Gato.



Casi siempre que digo "Soy bruja", una de las preguntas que me hacen inmediatamente después, es también una de las que más me irrita:  "¿crees en esas supercherías  de Dioses y Diosas?. A veces respondo de manera burlona - Y también como niños! - pero en otras ocasiones, solo me quedo callada. Y pienso, en ese instante en que intento controlar la furia, en toda esa huella cultural aún evidente, que llamamos creencias. En todas las maneras en que se manifiesta, en todas las formas en que aún esta tan cerca de la superficie de lo cotidiano. Imagino las figuras de Santos y Virgenes, la fe de los creyentes, los antiguos rituales eclesiásticos que se repiten en todas partes del mundo. Y entonces miro a mi interlocutor y sonrío. Casi de manera discreta.

- Sí, creo - respondo. Entonces siento paz.


Tal vez por ello, disfruto tanto escribiendo sobre Diosas y Dioses en este, su blog de confianza. Una manera de expresar mi ideal sobre esa capacidad del ser humano para comprenderse así mismo a través de sus creencias o simplemente, la fe como una manera de crear.

La Dama del Desierto: 

Bastet es una de las divinidades egipcias más conocidas: representada de manera antropomorfa, con cabeza de gato y cuerpo humano, es la representación fidedigna de la conciencia religiosa del pueblo del Nilo: la fuerza y la delicadeza bajo un solo símbolo. Originariamente, Bastet era representada con la cabeza de un león que más tarde pasó a convertirse en una forma felina, tal como la conocemos tradicionalmente. Tal afirmación está atestiguada en el Templo funerario de Niuserra, en donde Bastet aparece como leona (Borchardt, Sahure, Vol. II, Láms. 35-36). También semejante iconografía se encuentra en el Templo de Sahure; a pesar de que a la imagen le falta la cabeza, los títulos de la diosa son exactos a los del relieve de Niuserra.



En su representación con cabeza de leona, se le viene conociendo normalmente como la diosa Sejmet, mencionando a esta última como la versión encolerizada de Bastet, cuando en realidad, Sejmet es una diosa egipcia distinta a Bastet. De hecho, Sethe (Urgeschichte, págs. 19-20) enumera varias diosas, incluyendo a una liebre, que se convirtieron en leonas y fueron identificadas con Sejmet.



En su aspecto de gato, se cree salvaje, dado que no se tiene constancia de gatos domésticos (Felis sylvestris libyca) hasta el Imperio Nuevo; se han hallado cementerios de gatos del período de Naqada. En su forma antropomorfa, lleva sobre su cabeza un tocado, un collar alrededor de su cuello y un pendiente de oro, en forma de aro, en de sus orejas o en la nariz, durante la Baja Época. A menudo es representada con con cesto en el brazo, en el que, en ocasiones, guarda a sus crías. En su mano derecha suele aparecer con un sistro y en la izquierda con un collar aegis cuya cabeza representa la de una leona, quizá para mantener esa iconografía originaria (leona, y no gato). En el Dinástico Temprano es representado con el cetro uas, atributo típico en este período de los dioses. Puede aparecer sentada en un trono, aunque lo normal es que se le represente en pie. En su aspecto guerrero, era una leona con la piel verde, asociándose a la luz del sol, siendo una diosa solar hasta la identificación de los griegos con su diosa lunar Artemisa.


Para la Tradición de Brujeria que practico, Bastet es la Diosa de la fertilidad y del poder de crear. En su aspecto más benigno, se le considera la protectora de las parturientas, los animales domésticos, la siembra de la cosecha y cualquier aspecto material que tenga la relación con la expresión de la vida como una evolución creativa. En su aspecto más oscuro, se le considera la Divinidad cuya energía se vincula a la muerte, la fuerza salvaje de la pasión y la energía del instinto más primigenio. No obstante, por lo general se le invoca en rituales donde se desea conseguir el equilibrio entre los ambos aspectos del espíritu humano: la razón y la conciencia cerval. Uno de ellos es el siguiente:

Necesitaras:

2 velas amarillas.
Una espiga de trigo.
Un vaso de agua ( nunca fría )

Disposición:


Coloca las velas a tu derecha e izquierda respectivamente, frente a ti la espiga de trigo, junto con el vaso de agua. Ahora, cierra los ojos y toma una larga bocanada de aire. Siente que tu cuerpo se relaja lentamente, que toda tensión abandona tu cuerpo lentamente. Imagina que la energía a tu alrededor se torna de una tonalidad dorada, se hace cálida, incluso palpable. Te envuelve como un velo acariciante y delicado. Cuando sientas que tu concentración alcanzó un punto óptimo, enciende la vela a tu izquierda invocando de la siguiente manera:

"Soy el tiempo que se alza como el viento del desierto
Soy el Hijo del primer rayo del sol
En nombre de la calidez del despertar del día
Invoco a Bastet, Señora brillante y la tierra magnifica
para que acuda a mi durante este ritual
y sea el vinculo entre mi pensamiento
y el conocimiento ancestral"

Enciende la vela a tu derecha:

"Una brizna en medio de la luz dorada
que brota de mis dedos
que danza en la Aurora
que sea Bastet en mi guía en el camino del conocimiento
soy la creación y la belleza
en nombre de Bastet
invoco el conocimiento
la voz y el divino conocimiento de la razón
Así sea"

A continuación, toma la espiga de Trigo e invoca de la siguiente manera:

"Crea poder en mí
Crea fuerza en mí
Crea conocimiento en mí"


Cierra los ojos. Imagina que te encuentras en un valle en sombras, rodeado del paisaje de tu preferencia: una playa desierta, un bosque de altos árboles, un desierto de arenas doradas. Toma una larga bocanada de aire y siente como el abrazo del viento te envuelve. Siente su caricia, cálida y fuerte, mientras revuelve tu cabello. Levanta el rostro y siente el calor del sol en tus mejillas. El cielo tiene una tonalidad dorada, inarbarcable. Apenas puedes distinguir otra cosa que no sea ese brillo enorme que parece abarcar toda tu visión, la imagen al completo. Una gran explosión de un resplandor cálido y exquisito. Lentamente, la luz comienza a impregnar cada parte de tu cuerpo: una hilo de luz comienza a delinear tu silueta, meticulosamente, hasta que sientes que formas parte de la luz. Esa gran fuerza primigenia te ha absorbido por completo, un espiral de luz que se eleva más allá del lugar donde te encuentras y se une con el infinito. Ya no existen limites entra el brillo dorado y tu conciencia. Un suspiro de fuerza de la sabiduría ancestral que vive en ti.

Ahora, vuelve a tu núcleo habitual de conciencia. Toma el vaso de agua y sostenlo entre tus manos e invoca de la siguiente manera:

"Soy el tiempo y el verbo
la fuerza y el conocimiento
que habita en mi tiempo
y en la esperanza Universal
Así sea"

Toma un sorbo de agua, disfrutando de la sensación que te hace sentir la bebida. Siente la forma como resbala por tu garganta, exquisito y refrescante. Siente el poder de la sensación que te despierta el mero estimulo sensorial. Para culminar, permite que las velas se consuman y luego, come y bebe algo para equilibrar la energía que has obtenido mediante el ritual.

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