sábado, 2 de febrero de 2013

Danzando entre la luz: La noche del Renacimiento.





Cuando era una niña, celebraba la fiesta de las luces sin saber muy bien que significaba. Recuerdo que mi abuela trató de explicarme: pero solo recuerdo el asombro que sentí al contemplar el espectáculo de las velas encendidas, el olor exquisito de la albahaca ardiendo. Porque la magia es un poco de eso: la belleza que brinda significado incluso a las cosas más sencillas. El poder de esa necesidad, tan humana y tan privada, de creer.

De la luz a la estrella: danzando en la noche:  

A la Fiesta de la luz o Imbolc, como se le llama en algunas tradiciones neopaganas, se le adjudican numerosos orígenes. Pero todos parecen coincidir en el papel preponderante La Diosa Brigit,  la deidad celta vinculada con la energía de la inspiración.

Su nombre significa brillo. De origen celta, es una Diosa triple del fuego y conjuga en si diversos poderes, provenientes de la inspiración, del arte de la sanación y de la adivinación.

Se dice que nació con una llama de fuego sobre su cabeza. Y que esta la conectó con el Universo. Su poder de inspiración fue muy importante para poetas y artistas, también su enseñanza sobre los instrumentos que ayudaban a las personas en sus trabajos, y por último su poder de sanación, emanado de su conocimiento acerca de hierbas que quitaban dolores y sanaba a los enfermos.

La iglesia le dio la advocación de Santa Brígida entre el año 453 y 455 d. C. Como Santa Brígida es protectora del trabajo de granja y del ganado, y preservadora del hogar al cual protege contra el fuego y otras calamidades. Aún en la actualidad, uno de sus nombres más comunes en idioma gaélico es “Muime Chriosd”, que significa "Madre Adoptiva de Cristo". Entre las muchas leyendas que tienen a Santa Brígida como protagonista (aunque en realidad no existen pruebas de que haya existido como una mujer “real”) hay una que la nombra como hija de “Dubthach”, un druida que la llevó desde Irlanda hasta la Isla de Iona, llamada "La Isla de los Druidas”, para que fuera educada allí.

Resultó ser tan poderosa y popular que todavía hoy es adorada como Santa Brígida. Su leyenda todavía se cultiva en Irlanda, donde se ponen lienzos blancos en las ventanas, para que sean tocados por el fuego ardiente de su inspiración.


De Tradiciones, ritos y mitos: 

En algunas tradiciones de la Antigua Religión la fiesta de las luces se celebra confeccionando una corona de flores en honor Brigit, como fuente de inspiración y origen del fuego bendito en el espiritu del hombre.

Para realizarla, reúne cuatro manojos de caña del mismo grosor o longitud ( o compre zostera o alga de mar en una tienda especializada ). Trenzate los manojos hasta lograr una cuerda gruesa, aplasta sus puntas y ata los extremos sobrantes con cinta roja. Ahora forma un circulo lo suficiente grande como para que calce con comodidad en tu cabeza. A continuación, toma las flores de tu preferencia ( pueden ser lirios blancos de tallo recortado, margaritas, magnolias, violetas) y encajalas entre los las trenzas, anudando sus tallos con hilo rojo hasta que se ajusten lo suficiente para formar un grupo solido. En los espacios que puedan restar entre las flores, toma una cinta dorada y ajustala cuidadosamente, y luego anudala a su gusto.

Por lo general, la preparación de la corona de flores de Brigit se realiza un día antes de la celebración de Imbolc. La noche anterior a la fiesta, deje la corona en una ventana abierta y consagre la belleza de las flores a la celebración de la luz y la armonía Universal.


Danzando entre la luz: 

En la tradición de la Diosa que practico, la celebración de la fiesta de las luces, se lleva en un ritual más o menos elaborado que celebra el renacimiento y los buenos deseos. El principal elemento en las invocaciones es la cualidad de la luz, su calidez y la alegría, símbolo del despertar de la conciencia. Un ritual muy sencillo y significativo, y que procede de una de las Tradiciones Italianas de la Antigua Religión, es el siguiente:

Materiales:

10 velas amarillas
7 flores amarillas. Pueden ser rosas, margaritas o cualquier otra flor de tu preferencia, mientras el color de sus pétalos sea amarillo o blanco.
7 velas blancas
Aceite de Azahar
un cuenco para quemar
un puñado de mirra
Una copa con alguna bebida de tu preferencia
Una hogaza de pan


Disposición:

Colocaremos las velas amarillas repartidas indistintamente en la habitación donde realizaremos el ritual, de tal manera que no quede un solo rincón a oscuras. Intercala las flores o si lo prefieres su pétalos entre las velas, de manera tal que siempre junto a una de la velas, podamos encontrar un grupo de pétalos o una flor. Las encenderemos con cuidado.

A continuación, formaremos un circulo con las velas blancas, en cuyo centro pondremos al menos una flor o siete pétalos. Nos sentaremos ante el circulo, con el cuenco para quemar a nuestra derecha, con la mirra en su interior, y la recipiente con la esencia de azahar a nuestra derecha. Frente a ti, coloca la hogaza de pan y la copa.

Antes de comenzar el ritual, realizaremos 7 largas aspiraciones. Cada vez que tomemos una bocanada de aire, imaginaremos que la energía desciende por nuestra espina dorsal, a través de nuestras extremidades y torso, las piernas nuestros pies. Cuando hayamos completado la séptima, levantaremos las manos, con las palmas de las manos vueltas hacía arriba e invocaremos de la siguiente manera, con estas u otras palabras, mientras conserven el sentido:

"En nombre del poder Divino de la Diosa
Protegida (o) por la mano amorosa del Dios
Invoco el poder de la luz del Universo
para que obre en mí el prodigio de la comprensión
la serenidad
el renacimiento en mis ideas.
Que el pasado muera hoy
y renazca en mi corazón la esperanza y la alegría
Asi sea"

Ahora, invoca a los guardianes del tiempo, al Dios y a la Diosa de la manera que te sea más espontáneo y natural. Una vez que lo hayas hecho, toma la flor o el puñado de pétalos y alzándolos invoca:

"Que la luz del Universo, bañe mis ideas
purifique mis conocimientos
dote de fuerza mis convicciones
que en Honor a la Diosa
la luz sea propicia en mi corazón
Así sea"

Ahora, llena tus cabellos de los pétalos o colócate la flor como adorno, de la manera que te sea más cómodo. Toma una larga bocanada de aire, mientras disfrutas del calor y la sensación de fuerza propia de la luz te invade.

A continuación, enciende la primera vela del circulo, a tu derecha, mientras invocas:

"Que la fuerza y el conocimiento de la luz que nace sea en mi"

la segunda:

"Que la calidez y el poder de la luz que nace sea en mi"

La tercera:

"Que el canto cálido de la Diosa me pertenezca, niña y doncella"

la cuarta:

"Que el tiempo sea en mi nuevo y definitorio"

la Quinta:

"Que cante la luz entre mis dedos y que mi fe se extienda como el amanecer"

la sexta:

"Que la fuerza de la comprensión sea mía"

y finalmente la séptima:

"Canto en el nacimiento de la luz las glorias de la Diosa.
Así sea"

Ahora levanta de nuevo las manos, con las palmas hacia arriba y concéntrate en escuchar tu propia respiración. Toma largas bocanadas de aire y siente como la luz impregna cada parte de tu cuerpo y mente, imagina que no queda resquicio dentro de ti, donde la luz no cante y se materialice en forma de esperanza. Sonríe  siente la alegría y la satisfacción de saber que la luz es parte de la oscuridad y que el ciclo al cumplirse brinda equilibrio al Universo.

Enciende la mirra y permite que su olor cálido y espeso se extienda por la habitación. De la manera que te sea más espontánea y natural, limpia, purifica y consagra a la Diosa y al Dios, los alimentos que tomarás en su nombre. Come con tranquilidad la hogaza de pan mientras disfrutas de la bebida que escogiste para celebrar la ocasión.

Para culminar el ritual, deja al menos algunas velas del circulo se consuman. Despide a los Guardianes del tiempo, a la Diosa y al Dios y conserva la flor del circulo de velas blancas como recordatorio de la luz y la calidez de la Diosa los días siguientes.

Nota: Si deseas realizar el ritual en compañía de alguien más o en un grupo de oficiantes, lo único que deberás variar es la manera de encender las velas del circulo, ya sea turnándose o realizando las invocaciones juntos mientras alguien enciende las velas una por una. De igual manera, el banquete deberá ser más abundante, debido a que por respeto a la Diosa, todos deben sentirse satisfechos con los alimentos que tomarán durante el ritual.

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