lunes, 30 de abril de 2012

Todos contra el malo: The Avengers.





Como hija de un fanático del Comic, crecí muy familiarizada con el mundo Marvel. Probablemente se trate de una cuestión generacional: imagino que si mi papá fuera un poco más joven, habría sido un gran coleccionista de Dc Comic en lugar de los tradicionales Marvel. Pero el caso es que, desde pequeña, todo este Universo de Super héroes, tan humanos como complejos, poblaron mi  imaginación. Y debo decir que siento fue una estupenda manera de crecer; imaginando estos mitos modernos, herederos de esa gran imaginaria Universal del héroe que necesita justificar su propia existencia en una eterna guerra entre el bien y el mal.

Por supuesto, he conocido la historia de Los Vengadores desde niña: no solo en la parte más práctica - que nació en el '63 como una respuesta directa a la Liga de la Justicia de Dc Comic. También conozco la historia al dedillo, no solo por haberla leído su buen par de veces, sino porque es parte fundamental de Comic actual. De hecho, es una de mis historias favoritas: la considero mucho más completa y sustancial que la endeble liga de la justicia.  De manera que cuando comenzaron los rumores de una versión cinematográfica de la primera historia, mi primera reacción fue preocuparme.

Recuerdo que el primer rumor que escuché, vino luego del estreno de la muy entretenida Iron Man ( dirigida por Jon Favreau y protagonizada por un Robert Downey Jr en estado de gracia ) allá por el año 2008. El resultado fue bastante superior a mis expectativas, pero con todo, me pregunté si se debía a la actuación de un actor capaz de dotar a Tony Stark de un mundano encanto tan creíble como inolvidable o a la calidad de la película en sí. Me preocupé un poco con su secuela, aunque me pareció que el personaje, a pesar del subito bajón de calidad del guión, conservaba algo de su fuerza. Luego vendría Un Hulk Irregular ( dirigida por Louis Leterrier y protagonizada por un deslucido Edward Norton ) y finalmente, las dos apuestas más costosas de la serie Marvel, encaminada a preparar el camino para la futura The Avengers: La muy correcta Capitán America ( dirigida por un inspirado Joe Johnston y protagonizada por Chris Evans, en un papel sorprendentemente sólido) y Thor, una obra de tintes épicos de guión muy irregular ( dirigida por Kenneth Branagh y protagonizada por un convincente Chris Hemsworth ). Servida la mesa, solo quedaba esperar al gran Plato fuerte de Marvel, su apuesta más ambiciosa y sin duda la más riesgosa: Hacer funcionar un reparto Coral de super estrellas, manteniendo un equilibrio lo suficientemente inteligente como para mostrar un espectáculo de entretenimiento convincente. Me tranquilizó un poco que el escogido para la odisea fuera Joss Whedon, viejo conocido del cine y la televisión de ciencia ficción, pero aun así, me inquietó que ocurriría al mezclar estos personajes tan disimiles como poderosos. ¿Un espectáculo vacío? ¿Un caos argumental?

Ni una cosa ni la otra. Para mi sorpresa y alivio, The Avengers resulta un espectáculo visual y narrativo de alto calibre.

Creo que lo más me sorprendió de The Avengers en su firmeza: la historia comienza sin embajes, con Samuel L. Jackson interpretando a un Nick Fury más que convicente. La historia fluye con facilidad, sin tropiezos, y en cuanto encuentra su propio ritmo no hay nada que la detenga. Me impresionó justamente el detalle que más temía pudiera fallar: el equilibrio. Whedon se las arregla para proporcionar un momento de brillante protagonismo a cada Superhéroe, dotando su propio guión ( que escribió a dos manos con Zak Penn ) de un energía trepidante. La historia no se detiene ni lo necesita: apenas toma un par de respiros, tal vez para crear una cierta tensión en la narración, pero cuando comienza a transcurrir de nuevo la acción, los grandes momentos brillan uno después de otro. Y que habilidad, tiene Whedon, para dejarnos sin aliento: ya sea con un Thor haciendo gala de sus grandes virtudes y defectos (  Chris Hemsworth borda su personaje con nuevos matices muy bien planteados ) a un Capitán América, todo bondad y corrección, pero sin perder un ápice de Carácter.  De hecho, uno de los puntos altos de la película, es la interesantisima manera en que interactuan los personajes, esa búsqueda de identidad que luego culmina con un gran Leivmotiv de magnifica elegancia.

Todos los actores encontraron una manera de dotar de vida a su personaje, creando nuevas facetas sin perder su personalidad: Mención aparte el despliegue de fuerza de Scarlett Johansson, con una Viuda Negra desconcertante. Más sorprendente aun, el Rol pequeño pero sustancioso de Jeremy Renner como Barton / Hawkeye, un personaje que se sostiene por si solo, a pesar de no poseer historia previa ni una narración concreta que pueda sustentarla. Pero mi mayor satisfacción fue sin duda la interpretación de Mark Ruffalo como Hulk: finalmente el Doctor Bruce Banner renace de sus cenizas para formar parte del equipo de superhéroes con gran dignidad. Una interpretación sensible, coherente y sobre todo que supo captar la poderosa dualidad del monstruo verde. También un alivio, que se encontrará la manera de recrear al Monstruo furioso de una manera casi realista, sin caer en caricaturas o atarlo a una historia de amor lastre. Otra decisión impecable de Whedon.

Si hay un punto bajo en la película es quizá el villano: No porque adolezca de maldad o crueldad - el actor Tom Hiddleston brinda a su personaje de una malignidad inquietante - sino que el personaje en sí, tal vez sea demasiado blando para tanto Super héroe junto. No obstante que  Loki brilla en cada una de sus escenas y enfrentamientos, sabe a poco enfrentado a la fuerza que despliega en todo momento el grupo de super héroes. Pero como digo, el personaje cumple su rol: es un Villano tan retorcido como su gemelo de tinta y sus aires de grandeza, contrastan con la mezquindad de sus motivos, herencia directa de la versión en comic. Aun así, extrañé quizá un Némesis más poderoso o probablemente, menos ambiguo que el Malicioso Loki de Asgard.

En resumen: The Avengers cumple lo que promete. Diversión de alto nivel, respeto absoluto por la mitología Marvel y sobre todo, brinda la oportunidad incluso a los que desconocen la historia de disfrutarla y paladearla con igual interés que un fanático en el tema. Tal vez no sea la película definitiva de Super Héroes - o quizá si, eso lo dirá quizá el Inminente estreno de la tercera parte de  Batman - pero si, es un gran espectáculo visual que no deja indiferente y sobre todo no decepciona a nadie.

¿La recomiendo? Sin dudarlo. Y aun más: te aseguro que cuando las luces del cine se enciendan - recuerda quedarte un poco después de los créditos para una escena extra - te sentirás con ese entusiasmo juvenil, sin edad, que solo el buen comic puede despertar.


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