sábado, 30 de abril de 2011

La deliciosa y perturbada conciencia del ser.






Desde hace varias semanas, encontrándome un poco ofuscada por todas las que necesito llevar a cabo antes de final de año, he estado recordando cuando era niña y los proyectos surgían cómodamente del colegio, todo era más fácil. También yo estaba más entera y parecía poseer unos pocos vicios definibles: libros, libros, libros, escritura, una cámara manual de dudosa calidad; no hubo otra edad en la que tan perfectamente y con indiferencia absoluta de todo lo demás, un libro y yo formásemos un universo suficiente (así fue como conocí la jouissance del texto, mal que les pese a Harold Bloom y a George Steiner). Ocurre, además, que soy en extremo perfeccionista y critica con todo lo que hago, y que en cuanto decido completar mi portafolio, terminar unos cuantos cuentos a medio terminar y comenzar una narración nueva, recuerdo que también podría seguir la abandonada lectura de Alejandra Pizarnik --por no hablar de mi pobre e intrincado Celan, de Cernuda, de la Dickinson, de Hierro, de Juan Ramón--, o emprender  - de nuevo - la de Ana Karenina, o revolver de nuevo mi biblioteca y darle unos toquecitos por aquí y por allá de renovada vitalidad. 0 meterme en el Archivo Histórico de la biblioteca Nacional y someterme a su tortuoso sentido de la biblioteconomía con el objeto de reunir los materiales necesarios para completar mi retrospectiva histórica sobre la Caracas del pasado, o regar mis irregularmente cuidadas plantas, o comprar un plano de Praga - o Florencia -  y comenzar a trazar itinerarios con tanta minuciosidad y expectativa para crear en mi imaginación un futuro promisorio, o darme de baja en la simple cotidianidad, escribir todas las escenas inconcretas, abstractas, incompresibles, deliciosas, con las sueño y despierto --ábrase la tierra, estreméscanse mi delirio más profundo-- librarme definitivamente de mi confusa insatisfacción (grandes carcajadas entre el auditorio). De modo que al final no hago ninguna de esas cosas, y la voluntad me acaba por abocar al primer capricho dulcemente improductivo que se pone a su alcance (el viernes por noche leí de nuevo todos los libros de Bukowski que encontré en una caja perdida bajo mi cama ).

En fin.

jueves, 28 de abril de 2011

Hanne Darboven: Entre lo conocido y lo desconocido.




"En mi obra intento expandirme y contraerme lo máximo posible entre lo límite de lo conocido y lo desconocido"
Hanne Darboven


Tiempo enumerado: 

La obsesión artística de Hanne Darboven son los números. En 1966 , tras completar sus estudios de arte, abandonó su ciudad natal, Munich, para instalarse en Nueva York. Empezó a rellenar papeles cuadriculados con figuras geométricas, normalmente variantes de la diagonal, configuraciones lineales con una secuencia predeterminada anotadas en el margen de la hoja. A finales de los años sesenta, los criticos y otros artistas se fijaron en este mundo de números y notas gráficas tan subjetivo como concreto. Darboven compartía con Sol LeWitt, Carl Andre y Donald Judd un interés por las estructuras mentales y su visualización. A pesar de todo, irrumpió en el mundo del arte gracias a un provechoso malentendido.

En 1968, una exposición titulada "Working Drawings and Other Visible Things on paper not Necessarily Meant to be viewed as Art", celebrada en la Visual Art Gallry, marcó el nacimiento de arte minimalista. En el ensayo titulado The Dematerialization Of Art, los historiadores de arte Lucy Lippard y John Chandler analizaron esa ruptura de tendencias dominantes del expresionimos abstracto y el por art y relacionaron los dibujos de Darboven con las obras de los artistas conceptuales que trabajaban bajo la influencia de Sol LeWitt, John Cage y Robert Smithson.

Darboven ha negado siempre cualquier conexión con este movimiento. Aunque entre sus amistades se cuentan artistas conceptuales como Joseph Kosuth y Lawrence Weiner, le preocupa menos la realización sistemática de una idea artística que la transformaciones de un vocabulario formal limitado. Como Piet Mondrian, Darboven investiga minuciosamente la relación recíproca fundamental entre la figura y el fondo, pero sin ir más allá. Además, utiliza casi siempre una caligrafia subjetiva que confiere a su actividad un matiz aún más marcado de obsesión. Sus primeros trabajos con papel cuadrado, Constructions ( Construcciones, 1967), se basaban ya en un orden fundamental que permitía un número infinito de variantes. El estudio de la artista pronto se llenó de pilas de estos trabajos.

Bastaba un solo paso para avanzar de la aclaración numérica de variaciones gráficas a la secuencia de calendario, que Darboven convirtió, en base de su sistema de registros en 1968. Redujo el infinito Universo de números a una suma cruzada calculada mediante una operación especiañ. Calculando largos períodos de tiempo, Darboven se dió cuenta que las sumas cruzadas de un determinado período saban un número limitado de resultados que oscilaban entre dos polos. Con este sistema, todos los días de un siglo podrian escribirse en 402 hojas sueltas, o a modo de índice de sumas cruzadas, en una sola hoja. Darboven representó graficamente estas sumas cruzadas de varias maneras: escribiendo el número la misma cantidad de veces que su valor númerico, anotándolo como un número que incluía todos los precedente o representandolo con un número correspondiente de cajetillas idénticas.

Escribir el Tiempo: 

Regustrar sistemáticamente fechas de calendario o copiando cuidadosamente a manos textos impresos, Darboven analizó el paso del tiempo, no sólo de forma concerta sino como una una cuestión de experiencia subjetiva. Dsde principicios de los ñaos setenta viene empleando entradas de diccionario y material literario, que copia, modifica con sus propias anotaciones o traduce a una escritoura ondulada para combinar más tarde las imagenes y los objetos resultantes en instalaciones. Para ella, las letras y los dígitos solo se representan así mismos. En sus exposiciones, los dibujos y colages se distribuyen con varias salas formando a menudo un diseño que cubre por completo las paredes: El hecho de utilizar marcos idénticos aumenta la sensación de que se trata de una acumulación en serie y de que todas las piezas tienen el mismo valor. Por otra parte, el acto compulsivo de escribir consume su tiempo de vida, motivo por el que borra la palabra "houte" ( hoy ) de las transcripciones tituladas colectivamente Writing Time (Escribir el tiempo). Darboven ha publicado también diarios y cartas que aportan información sobre experiencias individuales y también sobre acontecimientos que han marcado una época. En 1980, amplió nuevamente su sistema de escritura para incluir la traducción de transcripciones numéricas a anotaciones musicales.


Una historia para cada uno:


Con los años, los acontecimientos de la actualidad fueron adquiriendo mayor importancia en la obra de Darboven. Para Wende '80 ( transición '80 ), utilizó una entrevista entre el entonces canciller alemán Helmut Schmidt  y su rival electoral aquel año, Franz Josef Strauss, y tachó las respuestas de este último. Para Children Of This World ( Niños de este mundo ), Darboven transformó su estudio en Hamburgo- Harburg en una tienda de coleccionista. En 1990, empezó a reubir juguetes de todas las clases y procedencias, desde excepcionales piezas de coleccionista hasta adornos y artículos fabricados en serie: Un universo completo de fantasías infantiles. Eligió expresamente objetos mundanos para demostrar que la historia es un proceso que todo el mundo puede entender, debido a que los recuerdos de generaciones enteras están relacionados con objetos de este tipo. En aquella ocasión, Darboven escribió sus cálculos en libretas de colegio y sistematizó las entradas en forma de notas musicales, fotografías y correcciones. Con todo, como evidenciaba la variedad de elementos, nuestra comprensión de la historia sólo puede ser fragmentaria y la historigrafía, como los cálculos númericos de Darboven, dependen de conceptos sistemáticos.


Bibliografia consultada:
Mujeres Artistas de Uta Grosenick





miércoles, 27 de abril de 2011

Del mito al tiempo creacionista.





Probablemente, la cosmovisión maya sea una de las más violentas, sangrientas y trágicas de la cronología mitológica Universal. Misteriosa, inquietante y sobre todo, origen de la destrucción de la cultura a la que pertenecía, ha sido objeto de gran cantidad de especulaciones e hipótesis. Sin embargo, el núcleo real que dio origen a la creación anecdótica, es mucho más inquietante que cualquier idea abstracta sobre ella.

La aparición en Mesoamérica y específicamente en el Anáhuac, de este personaje alto, rubio, blanco, barbado y de profunda cultura ha dado margen a la creación de varios mitos y leyendas que los antropólogos, científicos y exploradores extranjeros han entretejido de una maraña cada vez más difícil de desenredar. En la mitología Tlahuica, tan confusa como la Griega, se borda una historia con respecto a Quetzalcóatl, semejante a la del nacimiento del Rey Salomón, pues se dice en los antiguos códices que Quetzalcóatl fue hijo de una mujer virgen llamada Chimalma y del Rey-Dios Mixtocóatl, monarca de Tollán. Que avergonzada por haber dado a luz sin matrimonio, Chimalma puso en una cesta al niño y lo arrojó al río. (no se sabe a cual) y que unos ancianos lo criaron y educaron, habiendo llegado a ser un hombre sabio y culto que al regresar a Tollán, se hizo cargo del gobierno.

Por otra parte se dice que Quetzalcóatl fue un hombre rubio, blanco, alto, barbado y de grandes conocimientos científicos, que enseñó a los pobladores de lo que hoy es México, a labrar los metales, orfebrería, lapidaria, astrología etc. aunque jamás se llegó a saber su nacionalidad y su procedencia. Cuéntase que habiendo bebido el suave neutle (pulque) se emborrachó y cometió actos bochornosos después de lo cual decidió marcharse para siempre tomando el rumbo del Golfo de México o Mar de las Turquesas.

En un suicidio ceremonial al cual le acompañaban cuatro mancebos sus discípulos, se hundió para siempre, renaciendo como la estrella de la Mañana y posteriormente adoptando el nombre de Quetzalcóatl, que quiere decir serpiente emplumada o serpiente de plumaje hermoso.

Los Mayas adoptaron a Quetzalcóatl como deidad pues hasta allá llevó sus conocimentos y su cultura pasmosa, colocándole el nombre de Kukulcan, que quiere decir lo mismo, serpiente emplumada o Votán ( que debe haber sido su nombre real) y recibieron de él las más sabias enseñanzas tanto religiosas como políticas y artísticas.

Se dice que los Toltecas, Nahoas y Mayas lo deificaron y colocaron su símbolo en todos los palacios, monumentos y templos de la zona Maya y Mesoamérica en donde aún puede verse, en recuerdo y veneración de este sabio, que según la tradición mayense, subió al panteón y se convirtió en la estrella Venus, que también es así identificado por los fantasiosos arqueólogos.

Ahora bien, cuando las huestes hispanas llegaron a las tierras veracruzanas al mando del capitán extremeño Hernán Cortés, y según nos cuentan en sus muy sabrosas crónicas Bernal Díaz del Castillo, se encontraron con una gran sorpresa que en esos días de codicias y rapiña desmedidas no le dieron la importancia que tenía y hoy aún, debe tener. Relata el soldado cronista que llegados a las costas de lo que sería La Nueva España, el Emperador Moctezuma envió unos tendiles llevando regalos, oro y joyas y muchos ricos presentes que lejos de hacer que Cortés volviera proa a la mar, lo tentó en ambiciones. Uno de estos tendiles al ver que uno de los soldados de Cortés tenía un casco de latón que brillaba al sol, pidió verlo, diciendo que hacía muchos, muchos años, habia llegado a la Gran Tenochitlán un hombre rubio, barbado y blanco, portando un casco semejante; que al marcharse se los había regalado y los sacerdotes lo colocaron en la cabeza del ídolo representativo del Dios Huitzilopochtli. Pidió que se le prestara el casco para cotejarlo con el que tenía puesto su Dios.

Y resultó que el casco dorado que tenía el Dios, era igual al del soldado hispano, sólo que tenia en ambos lados unos cornezuelos al estilo de los cascos vikingos.

Aquél tendil no solamente llevó ante Hernán Cortés el dicho casco dorado, sino también a un hombre blanco, alto, barbado, rubio que se parecía mucho al conquistador, diciendo que su nombre era Quintalbor, que de ninguna manera es nombre mexicano, maya o correspondiente a ninguno de los idiomas, que se hablaban en el Nuevo Mundo. Pero en lugar de examinar detenidamente el casco y si lo hicieron no fue consignada en ninguna de las cartas de relación, tomaron a chunga y relajo la presencia de aquel hombre barbado, rubio y blanco idéntico a don Hernán Cortés, al grado de parecer su hijo o su gemelo y desde ese momento lo llamaron Don Cortés.

Al llegar los conquistadores a la fabulosa Ciudad de Tenochtitlán, sacerdotes y principales hablaban de un hombre rubio y barbado semejante a ellos, que hacía muchos años había estado entre ellos y les había predicho que un día llegarían al país hombres barbados y con armas poderosas para esclavizar al señorío.

Moctezuma, que según nos cuenta la historia era un monarca medroso, pusilánime, creyó que con la llegada de Hernán Cortés y su puñado de rapaces se cumplía la profecía y casi dejó en manos del puñado de horca hispano, el destino de sus reino, de su imperio.

Ahora bien, es de suponerse que Quetzalcoatl no fue aquel misterioso hombre barbado, posiblemente nórdico, que dejó como recuerdo su casco de vikingo, ya que en ese entonces la Europa no poseía la cultura y los conocimientos numéricos y calendáricos que poseían los mayas y el mito y la leyenda se entretejen en una urdimbre impenetrable, se confunden debido a los estudios antropológicos y arqueológicos hechos en una mayoría por extranjeros.

Tal vez Tollán si tuvo un gobernante sabio y bueno al que llamaron Quetzalcoatl, hijo de Chimalma y el Rey-Dios Mixcoatl, pero también es muy posible que los sacerdotes y astrónomos de entonces, al observar los cielos en la forma en que lo hacían, hayan descubierto que el mundo, su mundo, formaba parte de la Vía Láctea, de esta enorme galaxia que hoy conocemos y de la cual formamos parte y a la cual daban por nombre Ixtacmixcoatl que quiere decir "Serpiente salpicada de piedras preciosas o luceros", serpiente incrustada de diamantes. Y después de sus observaciones le hayan puesto Quetzalcoatl, serpiente de plumas hermosas y extendido su culto a los habitantes de Mesoamérica. De allí que en los portentosos edificios de esa antigüedad se hayan esculpido esos símbolos y reverenciado como deidad, pues a ningún hombre por sabio que haya sido, se le dio jamás el rango de Dios.

Por último y finalizando así la leyenda y el mito, al relato, y a las elucubraciones, es preciso asentar que según algunos arqueólogos, jamás existió la serpiente emplumada, que sería absurdo una mezcla o yuxtaposición con fines religiosos, de una ave preciosa y un reptil.

Lo que ocurrió y a esto puede y debe darse el mayor crédito, es que los hombres de aquella civilización tan avanzada, en su sublimación artística, esculpieron una serpiente con penacho, con garras de jaguar y crearon una figura monstruosa y bella a la vez, como el mítico dragón de los chinos en el cual quieren enredar al misterioso y barbaro rubio peregrino, que por lo menos, ya que su cultura debió haber sido casi completa, pudo haber dejado escrito su nombre y el de su país en alguno de los muros, frescos o bajorrelieves de templos y palacios.

Así volvemos a lo mismo. Quetzalcoatl hombre, Quetzaltcoalt Dios, amalgama absurda de las generaciones actuales. Incomprensión de lo misterioso de aquellos pueblos que han dado margen a una de las leyendas más difundidas en América y en el mundo.

martes, 26 de abril de 2011

Mi Libro!!

Y luego de mucho pensarlo, me atreví a dar el salto y recopilar mi serie de "Mujeres en La Literatura" en un libro fotográfico. Por aqui te lo muestro :D


Porque si me gusto "Vanishing on 7th Street" a pesar que todo el mundo parece odiarla.





Como he repetido hasta la saciedad en este, su blog de confianza, soy una asidua a las peliculas de Terror. Me gustan todos los géneros y subgéneros que explotan el miedo como forma de expresión y de hecho, como cinéfila de hueso rojo, podría decir que me obsesiona un poco la temática: la manera de recrear algo tan abstracto como el miedo, el temor, el pánico de manera visual siempre me ha obsesionado. Por ese motivo, cuando vi el preview de Vanishing on the 7th Street" decidí darle una oportunidad, a pesar de las criticas despiadadas que leí sobre ella y sobre todo, su decepcionante paso por las salas de cine. Me pareció un tema que a pesar de lo evidentemente trillado - esa idea de la oscuridad amenazante - tenía posibilidades de la mano de un director meticuloso e inteligente como Brand Anderson, cuya corta pero consistente filmografia incluye peliculas muy interesantes como Session 9 (2001) y  "El Maniquista" (2004). De manera que cuando comencé el visionado, dejé un poco a un lado la indiferencia del gran público para tener mi propia opinión sobre el metraje.

Pues bien, la pelicula me gustó. Por supuesto, no es una obra de arte del  cine de terror y jamás lo será, pero tampoco se trata del bodrio aburrido y tedioso que dejan entrever la mayor parte de las reseñas que leí sobre ella en la red. De hecho, es una pelicula infravalorada, quizá por sus elementos disimiles y muy probablemente, por el pobre desempeño de un guión con muchas más posibilidades que las plasmadas en el film. Pero aun así, me gustó y podría decir que por las siguientes tres  razones:

1) La oscuridad como metáfora de la soledad humana: 

Porque creo que el principal error de Vanishing on 7th Street fue haber sido publicitada y comercializada como una pelicula de terror puro, cuando en realidad se trata de una historia profundamente existencialista. La trama, comedida, tensa, lenta, limitada a la visión de 4 personajes, crea una atmosfera profundamente claustrófobica y pesimista. Los personajes deambulan en medio de una tragedia inimaginable e inexplicable, perdidos en su propios conflictos, derrumbandose lentamente en medio de sus propias visicitudes. Y aunque la narración jamás profundiza y de hecho, se queda en un análisis superficial y poco eficiente de las motivaciones de su universo cuántico, la sensación de soledad, aislamiento, terror y tristeza que envuelve la pelicula son lo suficientemente fuertes como para sostener el primer tramo de la narración  de una manera cuando menos elegante.

2) La incertidumbre y el miedo como piedra ángular:

El film no le brinda concesiones o explicaciones al espectador: a la manera de las peliculas del terror de la década de los años 80, Vanishing on the 7th Street no ofrece explicaciones sobre lo ocurre, ese cataclismo silencioso que parece haber asolado ciudadades enteras sin que exista una motivo comprensible. Y mientras la pelicula avanza, más evidente se hace que el guión intenta tocar varios puntos de vista a la vez, analizados desde la perspectiva de  sus personajes, sobrevivientes accidentales de lo que sea que haya sucedido. Aun peor, la pelicula avanza en esa soledad extrema del miedo, sin intentar siquiera brindarnos una lógica sobre lo que ocurre en este mundo rodeado de sombras destructoras. Simplemente ocurre, y nuestros personajes deben enfrentarse a esa realidad como pueden. Y aunque, en el último tramo de la pelicula, la historia decae en un anticlimax lamentable, el mismo hecho que el guión se niegue a salidas sencillas es un mérito en estos tiempos de monstruos digitales e historias repetitivas y sin sentido, es algo de agradecer.

3) El miedo como expresión del yo:

Nuestros personajes (  interpretados por los actores Hayden Christensen, Thandie Newton, John Leguizamo en correctas actuaciones ) son por completos distintos pero comparten un aspecto en común: sobrevivieron sin saber como a lo que parece ser una catrástrofe inimaginable: luego de un repetino apagón, todo hombre, mujer y niño de la ciudad de Detroit, parecen haber desaparecido sin explicación. Con historias distintas a cuestas, todos huyen de la amenaza que surge en la oscuridad, hasta llegar a un Bar en mitad de la 7th calle de la ciudad, el único lugar que posee servicio electrico - un faro de luz en medio de la nada desconcertante -  en lo que parece ser una penumbra cada vez más inquietante y peligrosa. Y sin embargo, esta interesante premisa, no describe exactamente la trama. La mayor parte de la pelicula se trata del miedo como expresión de la Individuo, ese silencio del terror que te aisla y hace emerger al desesperado y primitivo espiritu de supervivencia. Y si algo tiene de destacable la pelicula, a pesar de sus muchos fallos y  evidentes debilidades, es esa capacidad del director para concatenar las historias y sostener el suspense sin caer en la simplicidad de mostrar el miedo como un catalizador del eje argumental. Y de hecho, más allá del terror, es la tristeza, la perdida, la angustia, lo que construye el discurso visual de la pelicula: amplios planos donde la oscuridad parece surgir lenta y amenazadoramente, primeros planos comedidos, con una iluminación exquisita y leve. Una metáfora sobre esa cualidad animal del miedo en estado puro y aun más, nuestra percepción de él.


Como dije, la pelicula no es obra de arte ni creo que tenga aspiraciones de serlo: los dialogos débiles y simplistas, la escenas que se alargan indefinidamente sin sentido algo, la perdida de la tensión de la última media hora que nos conduce a una escena final cuando menos ridicula, destruye la cuidadosa puesta en escena que su director sostuvo en la premisa inicial. Con todo, la pelicula me parece en absoluto descartable y por eso motivo la recomiendo, aunque con reservas. Si decides verla, debes estar conciente que es una historia menor, pero cuyos elementos inusuales la hacen probablemente más interesante que otras propuestas mucho más efectistas que rondan las salas de cine ultimamente.

lunes, 25 de abril de 2011

Four eyes's life: The unforgettable final touch

La moda, como el perfume, reivindica el derecho individual de valorizar lo efímero.

Coco Chanel

La deliciosa y perturbada conciencia del ser.




Estoy convencida que una cierta dosis de frivolidad es benéfica: deambular por las calles a solas, leer bajo la sombra de un árbol, fotografiar pequeñas escenas de la cotidianidad, despejar el escritorio, ver el cuarto ordenado, delinear nuestros pensamientos a base de conceptos simples. Más que benéfica: la frivolidad puede salvarnos, puede darle un sentido crucial a la simplicidad. Sonrío, tendida en mi cama, las sábanas de algodón blancas impregnadas del olor del sol que entra a raudales por la ventana. Casi puedo creer que el mundo es esencialmente hermoso, puedo olvidar por un segundo el leve parpadeo de la insatisfacción, del temor y la duda. El noble arte del cuestionamiento, de no aceptar nada, y buscar siempre respuestas que tardan en llegar. Por ese motivo, por la condición comprensible de la frivolidad, sacudo la cabeza, disfruto de la sensación de mi cabello acariciándome los hombros y las mejillas. Paz en el hedonismo. Sí, la banalidad de lo puramente singular y personal: Por ese motivo una de mis alegrías es no tener ya los libros y los papeles amontonados sobre la mesa de mi escritorio - sí, definitivamente iré al infierno de los archivistas por aquellos de meter en el mismo saco mis libros de Stefan Zweig y un poemario del siglo XVIII de Sor Juana Inés de la Cruz - y disponer de una pared entera para ellos. Por eso me desasosiega profundamente -debo de ser conservadora a la manera del ínclito- sentir que la realidad se desdibuja en este deseo de encontrarme aquí, a solas con mis pequeñas manías y tics. La danza de una neurosis de pleno conocimiento quizá. Disfruto casi impúdicamente del ventanal  de mi habitación predilecta, amplio, de cristales claros, toda la ciudad me pertenece, la puedo tomar entre mis manos - el suspiro Baudelaire cada noche y el postcubismo de día - y donde he descubierto las tentativas frágiles a las que se entrega el color cuando las cosas cuando la luz dorada del día entra a raudales, destierra a la oscuridad, me regresa al mundo del sabor y la textura. Ah, sí, sospecho que siempre sentiré que el arquetipo de mi propia necesidad de creación toma sentido en esta ventana, un engendro tardío que ondula en la caída de la luz. Aunque si he de reconocer el oscuro propósito, la verdad es que sigo yendo porque me he enfrascado en el riguroso y sediento estudio de la navegación de los cuerpos -qué estrella polar imprimirá su rumbo en lo más apretado de la carne- durante el sueño. Soy y a la vez no soy nada más que una idea concebida en medio del delirio. Como en un verso de Onetti, danzando alegremente en medio del desastre y la veleidad.

C' la vie.

domingo, 24 de abril de 2011

De la observación a la creación de un mundo visual: que aprendí mirando las fotografías de Vivian Maier





Hace dos años - o un poco menos - me encontraba cursando el taller Trimestral de Proyectos Personales en Escuela FotoArte. Por primera vez, abandonaba los limites que yo misma me había autoimpuesto en la fotografía y me encontraba tateando el terreno documental. Sentía un miedo enorme, una sensación de angustia tan abstracta como confusa. En una decisión apresurada y que sin embargo, considero una de las mejores que he tomado, decidí tomar fotografias documentales sobre un tema tan espinozo como personal: relaciones conflictivas entre madres e hijas. No obstante, lo que había supuesto sería una nueva técnica que aprender, pronto comenzó a mostrarme como un camino complicado y que me estaba llevando muchos esfuerzos superar. De alguna manera, tenía la impresión de estar dandome tropezones  en mi planteamiento inicial, palpando con mucha torpeza lo que pensaba habia sido un concepto firme. Y la idea no era del todo equivocada: había apostado por controlar hasta el último detalle para levantar el concepto que quería expresar para encontrar un punto de equilibrio. Pero la idea lo único que había hecho era restar credibilidad, belleza y sentido a lo que debía ser un concepto emocional, profundo y personal. Las primeras fotografias que había tomado me llevaron a un profundo estado de frustración: carecian de estética, de sentido. No me decian nada. Solo eran imagenes huecas, un poco flojas, sin verdadera sustancia. Recuerdo que las miré, por mucho rato, sin saber a donde dirigirme o que hacer en concreto para retomar no solo la idea, sino estructurarla de alguna manera que pudiera tener sentido, o al menos una simbologia personal que pudiera sustentarla. Fueron unos días muy dolorosos, sobre todo por tener la sensación que por primera vez en mi vida, no podía expresar en imagenes una particular visión sobre el mundo.

Entonces, en ese azar sin sentido pero tan pleno de significado que suele ocurrir de vez en cuando, encontré un articulo sobre una anecdota que acababa de ocurrir en la ciudad de Nueva York: Comenzaba a descubrirse el trabajo de una fotógrafa de origen fránces, que por extraño que parezca y aunque había tomado más de cuarenta mil negativos, jamás había mostrado su trabajo en público. Recuerdo que me fascinó la idea, me cautivó por entero. Miré las fotografias, recopiladas por entonces en un blog  titulado Vivian Maier - Her Discovered Work y me encontré con un milagro: tomadas la mayoría de ellas en formato 6x6 y en Blanco y Negro, y otras pocas en 35 mm a color, las fotografías mostraban una visión del mundo tan particular como enérgica, depurada, profundamente personal. Asombrada, encontré que esta mujer solitaria, feminista, que solía vestirse de hombre, había plasmado con una intuición infalible el paisaje urbano que le tocó vivir, construyo un lenguaje visual tan sólido como profundo. Rostros, pequeñas escenas, maravillosas sombras y luces, elevandose en todas direcciones, dibujando con pulso firme una realidad que para Vivian tenía mucho de sentimiento, pasión y emoción. Por horas, imaginé la ciudad de Nueva York bajo sus ojos, esos largos recorrido, quizá acompañada de los niños que cuidaba, la mayoría de las veces sola. Observando. Únicamente observando,  probablemente con una atención exquisita y certera, la manera como la realidad se construía y se recomponía a su alrededor. Y hablamos de una pionera, de una mujer que probablemente aprendió los rudimentos de la fotografía por puro instinto, que se esforzó en comprender el proceso fotográfico a un nivel personalisimo. Y sobre todo, hablamos de una mujer que fotografió con una infinita pasión, con una magnifica necesidad de documentar...y que probablemente jamás pensó en mostrar su trabajo. Solo para ella. Unicamente para ella.  Piezas de historia, piezas de pequeñas creaciones visuales inolvidables. Una colección maravillosamente poderosa de un mundo cambiante, que pareció elevarse sobre el tiempo y crear una atemporalidad perfecta.

Fue suficiente para mí. Por supuesto, no diré que mi trabajo Trimestral se transformó de inmediato luego de aquella tarde de disfrutar del trabajo de Vivian Maier. Pero si, comencé a comprender que estaba fotografiando por las razones erróneas, tal vez porque jamás había fotografiado con otro motivo que no fuera documentarMe como mujer, mi circunstancia, mi idea del mundo. Aqui se trataba de explorar, de crear un lenguaje visual sobre mi manera de ver lo que me rodeaba. De hacerme preguntas. De observar, con la sutileza de quién necesita encontrar un instante visual suspendido en medio de todas las cosas.  Y de pronto, me encontré pensando en que el concepto básico del tema que había escogido desarrollar - historias de mujeres, relaciones entre madres e hijas - era un tema que me resultaba personal y doloroso, no ajeno, no una imagen, no un mero documento fotográfico. Un pensamiento que parecía obvio, pero en el que hasta entonces, no había profundizado realmente.  Era mi historia, mi manera de ver el mundo, mi manera de expresar en las imagenes una visión concreta sobre mi misma. Una semana después, tomé la cámara y me senté en compañia de una madre y una hija. Y pensé, en esa luminosa experiencia de ser testigo, de observar, de esperar. ¿Quizá el momento decisivo? Para Vivian probablemente el concepto era "el lugar real". Y entre ambas ideas - conceptos paralelos e igualmente hermosos - encontré un sentido intimo, profundamente duro para levantar la cámara y captar el tiempo.

Hoy, dos años después, Vivian es conocida por todos. Se habla de ella, se muestra su trabajo, se estudia su magnifica técnica y visión del mundo. Forma parte de la historia de la fotografia, sus bellas piezas visuales llenas de una vibrante naturalidad son reconocidos como un estilo inconfundible. Es inmortal, sin duda.  Y no obstante, para mí, Vivian seguirá siendo la mujer de sus autorretratos - porque hizo muchos, y muy buenos - que miraba atentamente al frente, con los ojos muy abiertos y levemente sorprendidos, fascinada con el lenguaje de la imagen y capturando para su propia pasión, para su profundo disfrute, una imagen que atesoraría un momento irrepetible y magnifico. Y es esa imagen - La Vivian que fotografíaba por el mero hecho fotográfico, quizá porque necesitaba hacerlo, porque para ella el mundo que habitaba se componía de imagenes y brillos, sombras y silencios - la que siempre atesoro de ella. La que siempre recuerdo cuando necesito entender porque estoy sosteniendo la cámara y mirando al frente. Porque deseo hacerlo, porque aspiro a inmortalizar un instante que será único para siempre.

El poder del lenguaje visual.

sábado, 23 de abril de 2011

Del mundo infinito de los sueños






En silencio, tomas un libro. Cualquiera. Miles de mundos atentos, silenciosos. Esperando ser descubiertos. Un estremecimiento de emoción me recorre, porque el viaje va a comenzar, porque el mundo de los sueños empieza a construise a mi alrededor, porque comienza una historia que será la mia propia. Con los ojos muy abiertos leo la primera linea y sonrío, porque el milagro comienza otra vez. 
Recorro las calles nevadas de una Rusia que jamás conoci, los vericuetos de un Monasterio medieval enorme y con un tétrico olor a húmedad o las tristes calles de la Barcelona de la Post Guerra. Para escuchar a Ana Karenina llorar, con el llanto sentido de los desesperados, o quizá encontrarme a uno de los tantos Aurelianos intentando comprender la ciudad de los Espejos - o de los Espejimos - rodeados de mariposas amarillas. O quién sabe, si contemplar la maravilla dorada del Principe Feliz arruinarse poco a poco mientras vuela a su alrededor una Golondrina.  Un sueño en azul y destellos, donde la poesia de Bennedetti flota a mi alrededor y Cortazar me explica que el amor es un Ciclope, y  Silvya Plath que la mirada del tiempo es un espejo. Y corre el Principito detrás de su Cordero, con una rosa malcriada en la mano, en el desierto palpitante y hermoso. Tantos salones que recorrer en el castillo de la Memoria, tanta profunda emoción de sentir que el mundo de los sueños es real por un instante, primigenio y cercano, tan radiante como una imagen de mi propia memoria. Y de pronto, mirar el cielo cuajado de estrellas y contemplar la inmensidad del Universo de una manera como jamás lo esperé, de la mano de Carl Sagan. Mundos de palabras, cada vez más enormes y elaborados, la magnifica sensación de construirlos poco a poco,  sensación por sensación, un gran rompecabezas de historias fragmentadas, frases inolvidables, paisajes que emergen desde la oscuridad de mis ojos cerrados para crear algo tan tangible y poderoso como una lágrima y una sonrisa. Y soñar, si, simplemente soñar, con ese manifiesto infinito de las historias que nunca acaban de contarse, o las que se elevan en espiral hacia la inmortalidad. Porque leer es construir tus propias murallas contra el tiempo simple y elevarte en la transcendencia, creer y crear, aspirar a algo más poderoso y turbulento que la simple resignación de lo cotidiano. 

Y siempre, los más amados, los inolvidables. Los eternos. 

Oscar Wilde, para siempre. En el Jardin de las delicias de mi mente. Por decadente, por magnifico, por ser el gran transgresor, sin llegar a la rebeldia sin sentido por autor de cuentos que llegaron antes de saber leer, por fantasmas que terminaban pintando manchas de sangre verdes.  Por ruiseñores que cantan toda la noche para nada. Por lagunas enamoradas de sí mismas que se miran en los ojos de Narciso. Por princesas que bailan con pies como palomas. Por sirenas abandonadas por no tener pies. Por esfinges sin secreto. Por cuadros que envejecen por sus dueños. Por crear la belleza sobre un altar de ternura, por enfurecerse y atreverse a soñar, a pesar de simplemente caer en el medio de los trozos de sus lirios y porcelanas azules.

Bryce, por bebedor empedernido, por enormemente cotidiano en la belleza. Por hablarme del mundo en clave surrealismo a pesar que la bebida es la misma, y la chica que abandona y el temor de morir, Universal. Por ser indispensable, amado, inmortal.
Samarago, por escribir las nuevas épicas, por construir su propia voz, por olvidar los puntos y comas, por reir a las criticas, por provocar una y otra vez, por llorar y temer, en palabras, raudales de ellas. Por anunciar la ceguera, por temer la bondad, por ensalzar lo diabolico y maldecir por pura furia y radiante pasión.

Poe, por inquietante, por meláncolico, por triston, por solitario, por temeroso, por retorcido. Por las chicas muertas.Por las ratas que huyen en desbandadas en casas a orillas de un mar de pesadilla,  por los dientes temibles, de Berenice que sueña en un mar de tiempos Olvidados,  por los radiantes ojos de lady Ligeia,  tan extraordinaria, muriendo lentamente, por los cuervos que dicen nevermore y vigilan noches eternas , por los reinos junto al mar y por lo que temes y construyes...y porque fue mi primer gran amor.

Bradbury y los ambientes angustiosos. Una nueva casa de Usher, una guadaña que maneja el mundo, enanos en laberintos de espejos, medusas que te llaman por tu nombre, marcianos amarillos, bomberos que queman libros y libros vivientes que recitan el Eclesiastés, norias que te hacen envejecer o rejuvenecer y momias mexicanas.

Ante todo y sobre todo los vampiros, los temerarios nocturnos, lo bebedores de sangre, los perdidos en la noche, los que aterrorizan, los que lloran sangre, los pesarosos y los que sufren en noches eternas y fragmentadas de furia. Y el terror, por supuesto. El recóndito, el temible, entre sombras, entre gritos y monstruos apenas entrevistos, puestas que se cierran y se abren. Castillos, doncellas con vestidos blancos y cabellos flotantes. Cadáveres en lagos. Pueblos remotos de habitantes emparentados con seres de las profundidades.

Nínfulas y fáunulos. Dolores Haze y Tadzio. Annabel Lee.

Quizá un Paraíso de Palabra, un Jardin amurallados de sueños, custodiados por libros y ciudades destinadas a crecer en nuestra imaginación.


Paladeo la última palabra de la página y cierro el libro con cuidado. Dentro, esperarán por mi la sustancia extraordinaria, infinita y exacta de la que están hechos los sueños.

Palabras.

viernes, 22 de abril de 2011

El diminuto esplendor de lo cotidiano.

Cuando imaginamos la época más brillante y floreciente de la Cultura egipcia, inmediatamente nuestra mente se llena de imagenes de sus maravillosos monumentos funerarios, el esplendor de su pompa religiosa, la belleza enigmática de sus Reyes y Reinas. No obstante, pocas veces imaginamos la vida del día a día, la perspectiva más cotidiana de todas las cosas. Un pequeño ejemplo de ese fragmento en medio de la normalidad de la cultura egipcia, es los alimentos más habituales en su mesa, las costumbres culinarias más habituales, esa concreción profundamente humana, un deleite habitual que tan bien podemos comprender, incluso en la distancia diametral y temporal que nos separa de un momento histórico tan remoto. Tal vez, muy pocas cosas han cambiado bajo el sol.


Pan y cerveza:

El pan y la cerveza son los dos pilares básicos de la dieta egipcia. Ambos se fabricaban de un modo similar, usando trigo o cebada como base. Moler estos cereables era un laborioso trabajo diario, realizado por las mujeres sobre un molino de piedra.

El pan se comía con cada comida y estaba hecho en casa hasta la época del Imperio Nuevo, cuando las panaderías comenzaron a ser comunes en los pueblos. Las hogazas se hacían de formas y tamaños variados, y las que se elaboraban para los rituales se metían habitualmente en moldes para darles forma. El pan es la pieza principal de muchas escenas de ofrendas en tumbas, donde se representa habitualmente en rebanadas colocadas en fila sobre una mesa.

Las mujeres también hacían la cerveza, mezclando el pan duro con levadura y dejando que fermentase en grandes vasijas. Unas cuantas semanas después, la masa resultante se filtraba y prensaba antes de ser bebida. Anteriormente se creía que a veces añadían especias y frutas para darle distintos sabores a la cerveza, pero las últimas investigaciones han demostrado que no era así.

Carne y pescado:

Los espléndidos banquetes de los egipcios ricos están bien documentados, con los celebrantes comiendo carne regada por vino. Sin embargo, la gente corriente no tenía esa suerte, y la carne no aparecía a penas en su dieta diaria. El buey era un plato popular y hay evidencias de ello en el poblado de Kahun; también nos encontramos con que la carne de cerdo era comida en ocasiones, por los restos encontrados en la villa de trabajadores de El Amarna. La carne podía ser asada, cocida o estofada, y era un lujo que la mayor parte de los egipcios se permitía únicamente durante las fiestas o en ocasiones especiales.

Lo que sí comían a menudo era pescado seco, un importante recurso nutritivo en la dieta del aldeano, pero que era rechazado por los más ricos que lo consideraban impuro. La perca, el pez-gato, la carpa y el salmonete se consumían con fruición. Una vez capturado, el pescado se limpiaba, cortaba, se apartaban sus huevas para un posterior tratamiento, y se secaba o se cocinaba hervido, asado o se ponía en salmuera.

Los egipcios utilizaban redes o lanzas para capturar el pescado, y fueron el primer pueblo en pescar por puro placer. Los nobles se muestran en sus murales muy a menudo sentados en sus sillas, lanzando sedales dentro de sus estanques llenos de peces.

Frutas, verduras y productos diarios:

Judías, cebollas, ajo, apio, lechugas y pepinos están entre las verduras más consumidas por los antiguos egipcios. Las uvas se usaban para hacer el vino, aunque también eran consumidas por los más ricos.

Los jardines eran muy populares, y a menudo cultivaban árboles frutales y otros cultivos. Varias frutas, como los dátiles, los higos, las uvas, las granadas, y ocasionalmente las almendras, estaban disponibles para la población en general. Todas las frutas se consumían tanto frescas como secas (para conservarlas durante más tiempo).

Se criaban patos para conseguir huevos además de su carne, y desde el Imperio Nuevo en adelante, también criaban gallinas. El ganado se usaba, además de para obtener carne, por su leche con la que elaboraban quesos.

El menú de los ricos:

Mientras la comida de los pobres era mínimamente nutritiva, -sobre todo durante las épocas recurrentes de escasez de grano-, los ricos sabían muy bien como vivir de la mejor manera: una parte importante de su dieta la componían la carne y las aves (antílopes, gacelas, puercoespines, liebres, codornices, grullas,…), la verdura, la fruta y el vino, así como el ubicuo pan en cualquiera de sus múltiples formas. De todos modos, no parece que los egipcios se mimasen demasiado: de acuerdo con los testimonios que nos han llegado, todos, incluídos los ricos, estaban bastante delgados (excepto casos puntuales).

De todos modos, las imágenes de mesas repletas en los banquetes pueden ser erróneas. Las pinturas de las tumbas, aunque reflejan la vida diaria, generalmente muestran una realidad idealizada. En análisis al cabello de las momias del Imperio Medio y de los coptos del año 1000 de nuestra era, se ha concluído que el egipcio medio durante la Edad Media comía de una forma más variada y nutritiva que los miembros del equivalente a la alta burguesía durante el Imperio Medio.

Cocinando:

La cocina estaba normalmente en una esquina del patio exterior o del tejado plano; y solía estar abierta y aireada, cubriéndola simplemente con un tejadillo de ramas.

Se cocinaba en hornos de arcilla y también sobre fuego. Como combustible utilizaban madera, y algunas veces carbón, aunque solía ser muy escaso. Las cantidades de carbón mencionadas en el papiro Harris o en el diario de Medinet Habu son muy pequeñas. Y se solía transportar en cestas o en sacos.

Para encender el fuego, se usaba un tipo especial de madera importada del sur. Era muy preciada e incluso algún templo importante como el de Karnak se surtía a penas con sesenta piezas para todo un mes. El marinero del Cuento del Náufrago la encontró en su isla del Mar Rojo: “Y al tercer día, cavé un hoyo y encendí un fuego en el que primero hice arder ofrendas a los dioses, y luego cociné carne y pescado para mí”.

La comida se cocía al horno, se hervía, se estofaba, se freía, se hacía a la parrilla, o se asaba. Pero no se sabe mucho más a cerca de su preparación. Ciertamente utilizaban sal (Hmat) y aceite, así como cebollas, rábanos y ajo para añadir sabor a los otros alimentos.

Se conocen los nombres egipcios de algunos condimentos,-siempre que hayan sido bien identificados-, como por ejemplo el comino (tpnn- tepenen), el eneldo (jms.t -ameset), el cilantro (Saw- shaw), el vinagre (HmD -hemedy) y las semillas de lechuga. También crecían en Egipto la mostaza, la canela y el romero, todos aparecen en los regalso de Ramseses III a los templos, y Plinio el Viejo pensaba que la mejorana salvaje de Egipto era la mejor para cocinar.

Bebían cerveza o, más raramente, vino y también remojaban su carne y su pescado en ellos. Como edulcorantes utilizaban la miel, un sirope hecho de zumo de uva fermentado, y frutas como las pasas, los dátiles, los higos, las algarrobas y similares. La raíz de la chuba, una planta que crece en los márgenes del Delta, también daba un sabor dulce y agradable.

Utensilios de cocina:
Lo que se sabe de los utensilios y el equipamiento de cocina proviene de los objetos encontrados en sus tumbas. Para la preparación de la comida se usaban jarras de almacenaje, cuencos, potas, sartenes, cucharones, tamices y batidores. Las mesas de cocina en las que se cortaba la carne y el pescado tenía tres o cuatro patas, pero muchas preparaciones se realizaban con los platos en el suelo y las cocineros de cuclillas o sentados en el suelo frente a ellos.

La mayor parte de los aldeanos usaban platos hechos de arcilla, mientras que los ricos utilizaban vajillas hechas de bronce, plata y oro. La comida se comía con las puntas de los dedos y los comensales limpiaban sus manos en pequeños cuencos de agua al final del banquete.

jueves, 21 de abril de 2011

Festividades de la Diosa



Siempre me ha parecido interesante la evolución - a nivel meramente antropologico - de las costumbres religiosas en la historia. Desde grandes celebraciones con un fuerte ingrediente simbólico y biologico - grandes sacrificios, orgias, matanzas rituales - a la completa introspección espiritual, el ritual religioso siempre ha sido una muestra, una huella de la manera en como el ser humano percibe la fe como concepto y forma de expresión hacia lo que duda, teme y confia. A la vez, esta capacidad de crear y conservar elementos religiosos a través del tiempo, es el ingrediente sustancial de las religiones actuales, es decir, el génesis de la idea religiosa como la conocemos. 

Por supuesto, la Divinidad femenina, en tiempos precristianos, era la precursora y protagonista de celebraciones de fe y conceptos espirituales. De hecho, muchas de las investigaciones antropologicas actuales, afirman que mucho de los rituales religiosos de gran número de creencias, tienen su base y forma más primitiva en toda una serie de conmemoraciones netamente politeístas, asi como formas ritualisticas paganas. Una forma primigenia de adoración hacia el poder creativo.

Génesis de la fe:


Una de las primeras festividades de la que existen pruebas escritas celebraba el matrimonio del rey sumerio con la sacerdotisa que encarnaba a la diosa. Al parecer Inanna, Dumuzi y la prosperidad de palacio - texto que probablemente se remonta al segundo milenio a.C - es el manuscrito de dichos esponsales, convertido en una pieza de teatro ritual que abarca los papeles de la diosa Inanna, de su madre Ninlil y del coro. No incluye el parlamento del rey en su intervención como Dumuzi, hijo y amante de la diosa, por lo que, evidentemente es un personaje pasivo y secundario. Cada invierno la diosa sacrificaba a Dumuzi, que resucitaba en primavera; existen priebas de que, en otra celebración sumeria, el rey o un sustituto era sacrificado en la representación de este mito. La festividad anual de las plañideras que lloraban a Dumuzi tuvo lugar en una ciudad de Harrán hasta el siglo X y alguna variante de la celebración primaveral del hijo muerto y resucitado, presidida por su madre, probablemente es la tradición que más ha perdurado ( con frecuencia encubierta ) del culto a la Diosa tanto en Europa como en Oriente Próximo. Ha llegado al mundo Occidental moderno con muchas formas, por ejemplo, la Pascua.

Casi todas las festividades de la Diosa también honraban a su hijo. Participaban hombres y mujeres e incluían cierta práctica sexual, a menudo orgiástica, con el propósito de estimular mágicamente a la tierra para que fuera más fértil. Por ejemplo, el festival que la Antigua Roma dedicaba a Flora ("Todo lo que Florece"), la diosa de la primavera, se consideraba el prototipo de las celebraciones tradicionales del primero de mayo.

Al menos en la Europa rural, hasta el siglo XVI en dichos festejos las mozas aldeanas eran masivamente "desfloradas" por los jóvenes o una virgen específicamente elegida ( la reina de mayo ) copulaba con un hombre vestido de verde, que representa a su hijo.

Una de las pocas festividades antiguas de la fertilidad bien documentadas y celebradas exclusivamente por mujeres son las Tesmoforias griegas, que tenían lugar en Octubre. Dedicadas a Demetér, la Diosa de la tierra, representaban el descenso a los infiernos de su hija Perséfone. Ésta era simbolizada por cerdos que, junto a ramas de peral y pasteles con forma de vulva, se arrojaban a un nido de serpientes. Al tercer día se sacaban a la superficie los restos putrefactos de la celebración del año anterior - que representaban a Perséfone renacida - y se mezclaban con simientes de trigo para fertilizarla.

miércoles, 20 de abril de 2011

De la perdida de la Inocencia: Porque no debió existir nunca una secuela de Donnie Darko





Había una vez una película maravillosa llamada Donnie Darko. Había también una ex-niña (eterna post-adolescente) que creía en la posibilidad de una mitología contemporánea.Una cinéfila empedernida que pasaba sus largas noches de insomnio sintonizando al viejo Cinemax de cine independiente. Una coleccionista de imagenes extravagantes, que guardaba para paladearlas después, a la manera obsesiva de los que atesoran pequeños tesoros.

El caso es que, Cuando era más pequeña - y más impresionable, creo - me obsesioné con una pelicula maravillosa llamada Donnie Darko. Si, sí, suena a "Érase una vez", pero creo que aqui encaja bastante bien la frase. Después de todo por entonces también había Había también una ex-niña (eterna post-adolescente) que creía en la posibilidad de una mitología contemporánea,y que aun no le había desengañado el mal gusto filmico.


La cuestión que es que esta niña que fui, estaba muy obsesionada con Donnie Darko y, tras un par de días enferma con delirio febril incluído "soy un esciápodo, soy un esciápodo", decidió ver la secuela - terrible pensamiento - en la habitación preferida de la casa. Y he de decir, que fue un riesgo calculado: la pelicula no pasó por las salas de cine y fue al purgatorio vergonzoso de directo-al-Dvd. Con todo, creí que debía verla. Y lo hice, y claro está - no podría ser de otra manera, me arrepentí.

¿Qué es S. Darko? además de una secuela por completo ineccesaria, sin sentido, carente de calidad, una burla de la pelicula que por años consideré un Icono de la imaginación. LO innecesario, lo superfluo, el aburrimiento supremo. Porque esta segunda parte de una pelicula genial, comete el peor de los pecados posibles contra su predecesora: carece de esa cualidad perturbadora, magnifica, elocuente y enloquecida que todos recordamos de la original. En su lugar, la trama avanza sin sentido, una abstracción que trata de pasar por cinismo sin llegar  a otra cosa que una simplicidad insultante. Porque aqui la enajenación se confunde con absurdo común y la locura, con simple exageración sin forma.

Pero las buenas intenciones no sólo producen mala literatura; también pueden producir malas películas y S. Darko es una de ellas.  Porque Donnie Darko merecía algo más que una narración que carece de cualquier intensidad. Si como yo, alguno de mis amables lectores disfruto de la primera, esta segunda parte, forzada y sin sentido, el debe saber a poco, a travesura bien intencionada pero sin efecto. Tonteria pura, entre las cenizas de lo que fue una locura magnifica, radiante. Porque esa adolescente que fui, se reconoció en ese entramado de obsesiones, locuras, rarezas, tensión que Donnie Darko retrato maravillosamente. Ah, pero que simple es tomar algo que no entiendes y rebajarlo a algo comprensible, o estirar la formula hasta que sea algo más que se bautice por mero capricho con el mismo nombre, pero sin relación alguna con una idea tan dura como extravagante, tan cautivante como terrible. El monstruo en nosotros.

Pero hete aquí que no estamos en el 88 sino en el 95. Samantha (sí, la niña encantadora que lleva el peluche del unicornio en el avión del que cae el motor que mata a su hermano) diez y diecisiete. Disque la actriz es la misma y, bueno, prefiero pensar que sí. Lo será. No tienen por qué mentir. O quizá yo quiera creer la posibilidad para que la pelicula tenga algo de sentido. Es hippie y se ha ido de casa (siete años después) porque no soporta más las consecuencias de la muerte de su hermano. Lógico. Y allí empiezan los problemas. Lo logico, lo coherente. Lo idealmente constructivo. Tiene una amiga más hippie que ella y es ella misma tremendamente azulada y maquillada quien se presenta cual conejo Frank ante el loco del pueblo. Ah, no lo he aclarado: ahora el personaje principal es femenino porque...al parecer cumple el requisito de ser "comercialmente bella" y hablo de esa belleza que al parecer es necesaria para Hollywood para ultimamente filmar una film. O sea, no es que Jake Gyllenhaal no me parezca (en esta película) infinitamente más interesante, pero como que luce menos. Porque además, el sufrido espectador, debe soportar la nueva variable. No es cómo le fue a la chica tras la muerte de Donnie, no. Eso realmente no importa. Es una excusa para crear una trama adulcorada de sufrimiento, para reaprovechar el disfraz de conejo (claro que hay conejo: ¿alguien lo dudaba?) y para demostrar que a veces es mejor que de lo bueno poco. O simplemente respetar ideas que de originales crean un significado propio.

También hay supuestos guiños a la primera que hacen notar más que no, que no había que hacerla. Las nubes las cosas que van a cámara rápida hacia delante o hacia atrás y... que el único que es realmente malo escapa. Bueno, en S. Darko escapaba igual porque el pobre del zumbao del pueblo (el único que puede salvar el mundo muriendo él y que tiene, repito, parecido con Donnie), por lo de que quedó tocado tras la operación Tormenta del Desierto, termina en la cárcel.


Lo peor - y parece que la escala de como puede empeorar una pelicula obtiene nuevos estratos en esta - es que hay referencias a la primera, lo que hace que cada vez el sufrido espectador esté más convencido que nunca que jamás se debió filmar. Eso de la autoreferencia nunca ha sido especialmente bueno y peor aun, si son los simbolos se encajan sin mayor gusto o significado en una pelicula que desmerece a la original, que simplemente parece repetir lo que ya conocíamos...para empeorarlo, claro está. ¿Había hablado de la banda sonora? ¿Para qué? No merece la pena. La de Donnie Darko la tengo sonando ahora mismo para hundirme más todavía en la miseria.

Y, para terminar, lo más terrible:  dejaron el campo abierto para una tercera. ¿Con personajes sin relación con el conflicto principal? Seguramente. Mientras haya un disfraz de conejo disponible, supongo que habrá la posibilidad.

martes, 19 de abril de 2011

De la Intolerancia y otros demonios




Cuando escucho a los lideres de mi país propugnando valores racistas y basado en el odio de las ideas divergentes como forma de gobierno, no puedo evitar sentir un profundo temor. También lo siento cuando las ideas religiosas más populares admiten - y propugnan - el prejuicio, el desconocimiento a la diferencia, la segregación por creencias como un dogma de valor. ¿Que está ocurriendo con nuestra idea social para que la fe, la religión, la politica tengan que utilizar una moral retorcida para convalidarse? ¿Cual es la idea de insistir en una igualdad forzada y dogmática para conceptualizar lo que se considera "bueno y normal"? Una preocupante noción de la convivencia, esa de insistir que solo la mayoría es admisible y posee derechos concretos. Un viejo enemigo, pienso mientras apago el televisor con cierta desazón.

La Intolerancia: El poder del puño de hierro.

Como mujer que nació y creció en un país eminentemente machista, de vez en cuando me he tenido que enfrentar a la idea del prejuicio. El no calzar en la idea de lo que se considera "usual" dentro de la percepción de lo femenino, me ha traído en ocasiones situaciones incomodas e incluso desconcertantes. Insultos, epitetos humillantes,  murmuraciones, son la manera más sutil del prejuicio hacia todos quienes deciden, de una u otra forma, crear su propia manera de ver el mundo. Y por supuesto, no me refiero a que mi vida sea inusual desde la perspectiva de lo que se puede considerar un adulto contemporáneo: vivo sola desde hace una década, soy independiente economicamente, aun no he contraido matrimonio y no me agrada la idea de la maternidad. Pero esas, llamamemosle,  "transgresiones" a un orden concreto sobre el "deber ser" de una sociedad conceptualizada en ideas discriminatorias, provocan una reacción tan antigua como habitual: la percepción de lo diferente dentro de un orden establecido por la costumbre.  Una idea y una forma de pensar que no es más que una reminiscencia de esa capacidad de censura de una sociedad donde la idea de la normalidad es restrictiva y selectiva. 

Indudablemente, se trata de una manifestación minima e incluso intrascendente del prejuicio y la intolerancia dentro de nuestra sociedad. Pero aun así, resulta inquietante el hecho de esa absoluta libertad del colectivo de restringir las libertades de quienes le rodean por la necesidad de construir una "moral secular" que pueda representar a las mayorias en detrimentos de las minorias. Porque cuando analizamos la raíz de la intolerancia, la discriminación, el racismo, el odio de género, la homofobia, encontramos que el origen es el mismo: la reacción de una sociedad homogeneizada bajo conceptos especificos hacia quienes difieren, en opinión y perspectiva sobre la idea general. Una idea temible, sobre todo si constatamos que el poder social para restriguir se basa en la presión, la emocionalidad y una profunda idea de castigo social, las consecuencias pueden ser imprevisibles.

De la Intolerancia en la Historia: El temor y la ignorancia como formas de castigo.

La mujer, su independencia moral mejor dicho ha sido victima de la Intolerancia durante generaciones enteras y no me refiero a este hecho de una manera metafórica, sino totalmente fáctica. Algunas de las pensadoras más valiosas de siglos atrás fueron asesinadas por el simple hecho de profesar una fe diferente o promulgar ideas que contradijeran el valor común de la época. Violencia de género, violencia ideológica infringida por los estamentos de poder empuñando su arma más contudente: la completa convicción de la existencia de una verdad superior, absoluta, carente de matices. Es por tal motivo que me siento identificada con las lucha que se lleva en mi país por el rescate de la pluralidad y el valor de la Libertad de pensamiento. El peso de la historia de mi género le da una nueva perspectiva a mi opinión y a mi perspectiva sobre la verdad.



¿Ejemplos? podría nombrar cientos, miles, para ilustrar el devastador poder del odio en el pensamiento cultural. Sin embargo escogeré uno que por inaudito me resulta más incomprensible y violento que el resto: La muerte de casi seis millones de mujeres en la Europa medieval. Para mucha gente la caza de brujas es una frase inquietante en un libro de historia. Para mí, es una idea devastadora, que destruyó parte de la historia femenina a través de la Inquisición: un mecanismo perfectamente engranada para devastar los cimientos de una creencia que contravenía el imperativo histórico de la época. Lo comenzó siendo "la intolerancia de Dios"se convirtió en la "Locura de las Saturnalias" y su estela puede rastrearse hasta hoy. Ha habido muchos cazadores de brujas a lo largo de la historia. No son fruto sólo de una época oscura y malvada. Al parecer ni siquiera las sociedades occidentales pueden prescindir de la idea de la segregación. ¿Cual es la diferencia entre la bula papal de Inocencio VIII que autorizaba castigos corporales por profesar una fe distinta  y la actual discriminación que se lleva a cabo en la Venezuela del siglo XXI basada mayormente en el pensamiento politico? La causa que sostienen ambos pensamientos dogmáticos provienen es la misma: La desaparición de cualquier voz divergente a la idea propugnada por el centro del poder.

Los verdaderos villanos de las historias de cazas de brujas han sido los que enviaron a personas inocentes a las llamas amparándose en los cargos de brujería o herejía, si bien los ejecutores nunca distinguieron qué clase de brujas perseguían y muchos menos si se traba de seguidores de un inexistente "Satanas" o herejesm a los que se acusaba de seguir a algún malvado profeta que los había apartado de la Grey del Señor. Quienesquiera que fuesen sus victimas, las acusaron, les extrajeron una confesión con torturas y coacciones, y las quemaron con una vulgar indolencia. ¿Cual es la diferencia con las ideas restrictivas del régimen politico que gobierna actualmente mi país, que condena la critica, amenaza a los discidentes y ataca la expresión conceptual de manera violenta? Por supuesto, que aun en mi país, las creencias y su base conceptual no son motivo de condena legal...pero no dejo de preguntarme si en un futuro cercano no comenzará a hacerlo. ¿Carezco de motivos para sospechar que la estructura politica de Venezuela puede convertirse en un mecanismo refinado de represión a la idea de la diferencia idiosincrática? Este de hecho, es mi mayor temor.

¿Quienes fueron esos monstruos que acusaron, arrestaron, juzgaron y condenaron sin mostrar ninguna consideración ni piedad? ¿Cuales eran sus motivos ¿Actuaron movidos por su fe o sólo por un profundo odio hacia la diversidad de creación y la expresión humanista? ¿Lo hicieron acaso por un deseo personal de venganza o para obtener un reconocimiento público? ¿Acaso hubo algún intereés político o, llevados por la codicia, tan solo deseaban cofiscar las propiedades de sus victimas? Estas preguntas conyevan a respuestas inquietantes, porque casi todas ellas apuntan al egoismo cerval más profundo, a la crueldad sin atenuantes, a la simple carencia de principios morales donde pueda sustentarse. La intolerancia, como siempre, encuentra un terreno fértil en la ignorancia y el desconocimiento del derecho del otro a la coexistencia en medio de un ámbito amplio y sustanciado por la capacidad de disentir. En cierto modo, hubo un poco de todo, aunque nada de ello puede justificar el crimen que representa el concepto de la Inquisición, primer indicio de las consecuencias que el odio como arma politica puede ocasionar.


Tras apartara a los paganos de sus creencias, la Iglesia las tachó de primitivas y sanguinarias y luego acometió la tarea de humanizar la concepción de eternidad. Por doquier el hombre tropieza con señales que le recuerdan que el rechazo a la existencia de las ideas más allá de las propias, puede devastar las raíces mismas de lo que considera sociedad. La sangre derramada por brujas y herejes, en la busqueda de una pretendidad purificación del concepto de masas extendido por la religión cristiana, solo es uno de los tantos ejemplos de lo que puede significar la destrucción de la comprensión y la fe en la voluntad social.

A lo largo de la historia, ha habido muchas cacerias de brujas. El primer período fue conocido, como dije, como de la "Intolerancia de Dios", estuvo regido por el único propósito de condenar a quienes cuestinasen los dogmas de la Iglesia católica.  ¿No es inquietante el parecido con las actuales purgas ideológicas que Gobiernos en distintas partes del mundo llevan a cabo? ¿No resulta plausible que el odio a  divergencia en el plano de la concepción moral pueda desembocar en un hecho histórico lamentable como el ocurrido en lo que se llamó "La locura de las Saturnalias", celebradas por personas que erigían piras gigantescas para combatir la amenaza contra el orden establecido, al que consideraban "divino"? Aun la sociedad Venezolana no ha sufrido las penurias de un pueblo devastado por la discriminación, el genocidio legal, pero la pregunta que no dejo de hacerme es ¿ podría suceder? ¿Podría Venezuela y la intolerancia politica exacerbada ser un caldo de cultivo para un paroxismo de odio ideologico?


Una bruja, o un hereje, pertenecia a una sociedad que el poder imperante no consideraba un ciudadano viable. De este modo, las artes mágicas se consideraban una  traición a Dios y quedaron justificadas cuantas medidas para suprimirlas fuesen necesarias. La fe siempre ha sido una buena excusa. Y actualmente, un supuesto bien también lo es. ¿No se llama apátridas y traidores a todos los Venezolanos que no comulgamos con la idea tópica de una forma politica que se impone a través de la violencia y la discriminación?

La moral de la Iglesia preconizaba la castidad y prescribía castigos muy severos para los monjes que cometiesen cualquier acto mancillase los hábitos. La supuesta revolución politica que lleva a cabo las fuerzas politicas afectas al presidente Hugo Chavez proclaman el asceptismo burocrático y una pureza de miras sociológicas. Inquietante, el parecido entre la quema basada en la idea religiosa y la segregación y la violencia amparada en el Nacionalismo.


Nada hay más destructivo que el fanatismo, producto de una vanidad devoradora, la sensación de gozar de un poder onmímodo y una cierta predisposición a la paranoia. El concepto religioso y la politica han ejercido desde siempre una fascinación muy peculiar em quienes han mostrado una insaciable de sed de poder sobre sus prójimos - considerados como inconformistas, incrédulos, reformadores ímpios, sectarios, adivinos, nigromantes, hechiceros, magos o, claro está, brujos - Principes, burgueses o campesinos, nobles damas o curanderas, ricos o pobres, quien fuere acusado debía ser aniquilado de manera impacable. Por ello la autoridades religiosas o civiles marcaron con el estigma de la herejía a tal o cual hombre o mujer. El odio levantó llamas a través de Europa, intentó destruir una tradición ancestral para imponer una unica manera de ver la vida, una unica concepción sobre la divinidad.

Mirando las escenas que se suceden diaramente en Venezuela, el furioso ataque de grupos religiosos hacia la comunidad homosexual, los asesinatos por violencia doméstica que cada año aumentan su incidencia en las cifras rojas del país,  recuerdo las antiguas historias de odio y discriminación que pueblan las páginas de la historia, las escenas imaginadas de mujeres siendo asesinadas en crueles actos de fe, luego de haber sido sometida a torturas y al dolor de renunciar a sus creencias para salvar su vida sin lograrlo. La persecusión ideologica tiene rostro y nombre en mis pensamientos. Mujeres y hombres que se atrevieron a levantar su convicción contra una institución cruel que empuñó un profundo odio contra todos aquellos quienes no compartieron su perspectiva de la verdad. El dolor y el sufrimiento padecido por esos inocentes es parte de mi herencia, de una manera tan intrinseca comonuestra creencia en la fuerza de la naturaleza y la divinidad dual. Por ese motivo, alzo mi voz, me manifiesto con todas mis fuerzas en contra quienes propugnan una idea unica, un pensamiento único, una visión unica de las cosas. Porque la libertad y la tolerancia es la fuerza de un tiempo nuevo, de una esperanza renovada, inevitable, profunda.

La busqueda incesante de la paz.

lunes, 18 de abril de 2011

La lista infinita: mis libros favoritos.



No están todos los que son y mucho menos, todos los que me gustaría incluir, pero siempre me será complicado llevar a cabo una recopilación de mis lecturas favoritas. He leído con gran pasión desde que soy una niña y esa voracidad - enorme necesidad - por las palabras,  ha sido una constante en mi vida: forma parte de mi manera de comprender el mundo, lo que me rodea, las dimensiones en mi imaginación, a mi misma. Para mí, la lectura siempre ha sido el viaje, el renacimiento, el poder de evocación, la compañia, la alegría, la sabiduría, la ignorancia, el poder de creer. De manera que recopilar mis libros favoritos, siempre resulta en listas incompletas, en amigos injustamente olvidados, en pequeños silencios de libros perdidos en la memoria. Igualmente, quise llevar a cabo esta remembranza personal, para celebrar no solo el habito - la pasión - más vieja y constante de mi vida, sino mirarme a través de todos los rostros que nacen en las páginas, comprender quién soy y a donde voy a través de ellas.

De manera que, sin orden particular y por supuesto terriblemente incompleta,  esta es la lista de los que son mis mejores amigos, de toda una vida:

Miss Dalloway de Virginia Woolf
Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Tropico de Capricornio de Herny Miller
Al faro de Virginia Woolf
El guardián entre el centeno de J. D. Salinger
La diosa Blanca de Robert Graves
Madame Bovary de Gustave Flaubert.
El amante de Lady Chatterley de D. H. Lawrence
Las putas del diablo de Erik Durschmied
El retrato de un artista adolescente James Joyce
Las amistades peligrosas de Pierre Choderlos de Laclos
La Iliada de Homero
la Odisea, Homero
El gran Gatsby, Scott Fitzgerald
El Principito de Saint Exupery
Alicia en el Pais de las Maravillas de Lewis Carrol
Alicia a través del espejo de Lewis Carrol
Los nuestros me han enviado, de Ivan Turgeniev
Ana Karenina de León Tolstói
Las mil y Una Noche
Por quién doblan las campanas de Ernest Hemingway
La Mujer rota de Simone de Beauvoir
Bonjour Tristesse de Françoise Sagan
Cien años de Soledad de Gabriel Garcia Marquez
El amor en los Tiempos de Gabriel Garcia Marquez
De Amor y otros Demonios Gabriel Garcia Marquez
El Relato de Un Naufrago Gabriel Garcia Marquez
El Alpeh Jorge Luis Borges
Rayuela Julio Cortazar
62 Modelo para Armar de Julio Cortazar
El Lobo Estepario de Herman Hesse
Lolita de Vladimir Nobokov
La Divina Comedia de Dante Alighieri
Fantasmas de Chuck Palahniuk
El Club de la Pelea de Chuck Palahniuk
La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafon
Ulises de James Joyce
Guerra y paz, León Tolstoi
1984 de George Orwell
Un Mundo Feliz de Aldous Huxley
Matar a un Ruiseñor de Harper Lee
Poesia Hebrea de Atahualpa Martinez Rosero
El Retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde
Una Temporada en el Infierno de Arthur Rimbaud
El Señor de las Moscas de William Golding
Serie Fundación de Isaac Asimov
El Matrimonio del Cielo y el Infierno, de William Blake
Las flores del Mal de Charles Baudelaire
El sonido y la furia, William Faulkner
Dracula de Bram Stocker
El monstruo de Frankenstein de Mary Shelley
El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde de Robert Louis Stevenson
Momo de Michael Ende
La Historia sin Fin de Michael Ende
Absalon, Absalon de William Faulkner
Sartoris de William Faulkner
Desgracia de Coeetze
La Muerte y la Brújula de Jorge Luis Borges
El Benefactor de Susan Sontag
Las Piadosas de Federico Andahazi
El inmoralista Andre Gidé
Roberto Genoveva de Andre Gidé
Martinique, charmeuse de serpents de André Bretón
Siete Cuentos Góticos de Isaak Dinnensen
El coloso de Sylvia Plath
Ariel de Sylvia Plath
Cruzando el Agua de Sylvia Plath
la Campana de Cristal de Sylvia Plath
Filosofia del Tocador, Marques de Sade
Por el camino de Swann Marcel Proust
La Fugitiva de Marcel Proust
El Capote de Gogol
Melancolia de Chejov
Bola de Sebo de Guy de Maupassant
El hombre invisible, Ralph Ellison
Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Cuentos de Canterbury de  Geoffrey Chaucer
Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift
Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Lo que el viento se llevó de  Margaret Mitchell
Beloved de Toni Morrison
Paraíso perdido de John Milton
La naranja mecánica de Anthony Burgess
Leviathan de Thomas Hobbes
Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain
Los hermanos Karamazov de Fiodor Dostoievski.
El príncipe de Maquiavelo
Alguien voló sobre el nido del cuco de Ken Kesey
Los victorianos eminentes de Lytton Strachey
El Señor de los Anillos: la comunidad del anillo de J.R.R Tolkien
El señor de los Anillos: las dos Torres de J.R.R Tolkien
El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey de J.R.R Tolkien
Carta a un Niño que Nunca nació de Oriana Fallaci
Pobre gente de Dostoyevski
Humillados y ofendidos de Dostoyevski
Stepanchikovo y sus habitantes de Dostoyevski
Noches blancas de Dostoyevski
La loca de la Casa de Rosa Montero
Henry, su mujer y yo de Por Anaïs Nin
Incesto de Por Anaïs Nin
La Gata de Colette
L'Amant de la Chine du Nord de Marguerite Duras
Factótum de Bukowsky
El serafín y otros poemas de Elizabet Barret Browning
The Single Hound: Poems of a Lifetime Emily Dickinsson
Hugh Selwyn Mauberley Ezra Pound
La leyenda de Sleepy Hollow de Washington Irwing
Rip van Winkle de Washington Irwing
Kim, Rudyard Kipling
Otero de Shakespeare
Hamlet de Shakespeare
La Tempestad de Shakespeare
La Metamorfosis de Franz Kafka
El Castillo de Franz Kafka
Las uvas de la Ira de John Steinbeck
El necrofilo de Gabrielle Wittkop
Narraciones Extraordinarias Edgar Alan Poe James
El Vampiro de Polidori
El anatomista de Federico Andahazi
Carmilla de Sheridan Lefanu
La muerte enamorada de Théophile Gautier
Retrato de una Dama, Henry James
Doña Barbara de Romulo Gallegos
Canaima de Romulo Gallegos
El Mago de la Cara de Vidrio de Eduardo Liendo
Lanzas Coloradas de Arturo Uslar Pietri
Sentido y sensibilidad de Jane Austen
Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Persuasión de Jane Austen
Emma de Jane Austen
La abadía de Northanger de Jane Austen
Mansfield Park de Jane Austen
Cumbres Borrascosas de Emily Brontë
Jane Eyre de Charlotte Brontë
Esplendor y miseria de las cortesanas de Honorato de Balzac
Middlemarch de George Eliot
Casa de muñecas de Henrik Ibsen
Le Secrétaire intime de George Sand
Parerga y paralipómena de Shopenhauer
Ifigenia de Teresa de la Parra
Cómo leer y entender la historia De Bertrand Russell
Hijos de la medianoche de Salman Rushdie
Los Versos Satánicos de  Salman Rushdie
Orestíada de Esquilo
Las Bucólicas de Virgilio
La Eneida de Virgilio
La Nausea de Sartre

Four eye's life: Unexpected news


Four eye's life: Unexpected news, originalmente cargada por Miss Aster.

No hay que sobrestimar lo inusitado. Hay que dotar de aguijones a lo común y corriente.

Elias Canetti

domingo, 17 de abril de 2011

El momento decisivo: De la construcción del discurso visual.




Ayer, tuve uno de esos pequeños accidentes que suele ocurrirles a cualquier fotografo que empieza a recorrer el largo camino del mundo de la fotografia en film: luego de dedicar horas de esfuerzo y trabajo en la copia de una imagen, el resultado no resultó, ni mucho menos satisfactorio. La imagen, levemente borrosa sobre el papel, carente de esa pulcritud que había imaginado para ella, parecía acusarme de algun descuido imaginario o lo que era peor, declaraba en blancos y negros mi desconocimiento sobre el tema. Frustrada, levemente decepcionada, rompí la hoja sintiendo que entraba a trompicones en terreno desconocido. Una manera de recrear la imagen donde el ingrediente principal era la paciencia, una idea sobre la obtención de un resultado visual que tenía mucho que ver con una forma laboriosa y meticulosa de expresarla. Y me pregunté, quizá no por primera vez, que tanta relación tenía mi esencia como fotografo digital, estos pequeños traspiez en mi recorrido en film.

Más tarde, todavía obsesionada por la idea, me dedique a ver un documental sobre Cartier Bresson, que forma parte de la bien nutrida biblioteca audivisual de la Organización Nelson Garrido, donde llevo a cabo un extenso taller sobre revelado y copiado en Film. El documental, titulado "El Momento Decisivo" , es una interesantisima reflexión sobre la fotografía tradicional, no solo como proceso, sino como transición conclusiva sobre el arte de la imagen. Y fueron las palabras reposadas y exquisitas de un Bresson perfectamente conciente de su lugar en la historia de la fotografía, las que de alguna forma respondieron mis disyuntivas, mis preguntas y sobre todo, aliviaron la inquietud que mis errores en la creación visual de pelicula me había producido. Una sensación extraña, escuchar a un fotografo legendario, referirse a la fotografia como el arte de Captar "el momento decisivo". Una idea que en lo digital se diluye en la inmediatez del resultado concreto, que deja de tener sentido, al poder repetir una toma tantas veces como el concepto que necesitamos expresar lo requiera.


Y es que mirar las hojas de contacto de un Bresson jovencisimo, llenas de imagenes maravillosas que nunca vieron la luz más allá que esa fugaz mirada del momento perfecto, comprendí que el problema de mis fallos y errores radica exclusivamente en no haber comprendido el núcleo de la fotografía en film: su elaborada construcción de un lenguaje visual a través de un esquema progresivo. Paciencia, observación, la capacidad de encontrar un instante congelado en el tiempo, radiante e irrepetible, que pudiera conservarse como una transcedencia de su memoria. Escuchar a Bresson, explicar lenta y con escogidas palabras, lo que significaba atisbar en las largas series de imagenes, una a una, casi idénticas entre si, hasta encontrar el hallazgo, la referencia absoluta, la idea elemental, me hizo pensar en que como fotografa digital, el concepto me resulta desconcertante y extraño. Para mi, esa busqueda, esa edición, se realiza aun en cámara, mientras la imagen se encuentra en formación y recreación. Me resulta sencillisimo simplemente borrar la imagen, su secuencia y continuar hasta encontrar lo que deseo o lo que más se parezca a esa imagen en mi imaginación que me hizo concebir una fotografía. Más aun, el momento perfecto deja de existir, por el mismo hecho que puede haber varios, o recrearlos de cualquier manera. El sentido de la oportunidad se transforma en sentido de la capacidad para escoger, con rápidez y bastante precisión, que imagen es la más idónea para representar la idea visual que deseo plasmar. En la fotografía en film, el proceso resulta todo lo contrario. Retrocedo, a la génesis misma de la fotografía, tomo la cámara y aguardo. En silencio, el dedo sobre el obturador, aguardando pacientemente hasta que encuentro el momento, hasta que se hace real y yo puedo captarlo. O lo intento, o lo deseo, lo sueño. Pero continuo sin saber si lo hice. Si es verídico o solo inconcreto, una necesidad que jamás llega a satisfacerse. Con el film el proceso es obligatoriamente emocional: un momento que intentas captar y que podría no suceder de nuevo. La oportunidad definitiva, el momento justo.

De hecho, es esa paciencia en la observación lo que define a todo el proceso de la fotografía en film. Desde el revelado hasta el copiado, el proceso artesanal te permite construir una idea visual coherente y profundamente meditada. Desde la manera como revelas el negativo hasta los estrictos tiempos de copiado, permiten recrear tu imagen con una exactitud inquietante. Cuando la imagen comienza a emerger en la hoja, lentamente, dibujandose casi de una manera mágica en la realidad de luces y sombras, comprender el poder de cada una de tus decisiones, incluso la más minima de ellas sobre el resultado final. Y esa capacidad enorme y decisiva de recrear la imagen que vive en tu mente de la manera más fidedigna posible ( como nació, como fue, como la paladeaste, como la captaste, como necesitabas verla ) es quizá uno de los milagros más profundamente sentidos que he conocido en el mundo visual.

Cuando termino el documental, regresé al cuarto Oscuro con una sensación de profunda atemporalidad. Y al volver a intentar esa pieza única, esa recreación perfecta de lo que busque al fotografiar, todo el proceso de pronto tuvo otro tenor, otro sentido. De pie, en la oscuridad, con los ojos entrecerrados, un poco mareada por el olor penetrante de los quimicos, en silencio, imaginé por instante a todos los fotografos antes que yo - quizá incluso al mismo Bresson - esperando, como me estaba ocurriendo a mi en ese instante, con el corazón palpitandome rapidamente, las manos heladas de expectativa, el nacimiento de una idea tan mía como nada lo había sido antes. Y cuando finalmente la imagen apareció, fue, se hizo real, sobre el papel y la levanté a la luz rojiza de las lámparas, sonreí, con los ojos húmedos. Porque no sería perfecta, ni mucho menos - me falta mucho para eso - pero era tan mía, tan profunda e intima en mi mente, que sonreí, entre lágrimas, fascinada y asombrada de haber podido hacer algo semejante. La observé y comprendí, quizá por primera vez desde que comencé esta aventura a la esencia de la fotografia como la conozco, el poder de recrear una historia que no volverá a repetirse, que no podré repetir y que capté en un impulso emocional espontáneo, fugaz, enormemente personal.

El momento decisivo, le llamaría Bresson. Yo simplemente, un pequeño prodigio de luz.

C'la vie.

viernes, 15 de abril de 2011

La Divina Proporción


La Divina Proporción, originalmente cargada por Miss Aster.

El ojo recibe de la belleza pintada el mismo placer que de la belleza real.

Leonardo Da Vinci

Violette Bullé: de lo extravagante en lo cotidiano.





Lo primero que piensas al ver la obra de Violette Bulle es en la palabra ecléctico. Y poco después en la capacidad de ese elemento dispar para unir, en un único discurso, una sola propuesta. Porque Violette Bulle habla de muchas cosas en sus fotografias, en esas elaboradas imagenes que tienen la cualidad de parecer casuales. Pero a pesar de esa referencia a innumerables ideas, de esa capacidad para tocar decenas de registros a través de pequeños golpes de efecto, el discurso de la propuesta de Violette es coherente, poderoso y sobre todo cercano. Violette Bullé, con su irreverencia, su talento para embellecer lo cotidiano y brindarle un sentido - ya sea critica, ya sea burla, ya sea ambas cosas - ha creado un lenguaje fotográfico tan paradigmático como personal.

Si algo disfruté del conversatorio que se llevó a cabo ayer en los espacios de Escuela Foto Arte fue redescubrir la fotografía como un proceso alternativo de imagenes personales. El trabajo de Bullé, dividido en sus obsesiones, sus ideas más profundas y su busqueda personal de respuestas acerca de su manera de ver el mundo, tiene la particularidad de poseer un discurso de origen único, concreto: Violette ama lo cotidiano, lo urbano, esa Caracas de todos los días, que apenas notamos al caminar. La capital destruida, corroida a pedazos por la desidia, convertida en una especie de enorme exponente de un urbanismo imposible, caotico y destructor. Aun así, el lente de Violette encuentra belleza en esos enormes espacios desarraigados y resquebrajados: la calle descuidada y llena de basura se convierte en un escenario onírico, con tres sardinas inversomiles flotando en medio de la nada, creando una reinterpretación de lo cotidiano. O más allá, los trozos de asfalto rotos de una calle cualquiera, se convierte en la madriguera del conejo de una Alicia Post Moderna, quizá demasiado mayor para llevar el hermoso vestido de volantes y encajes azules, con una expresión de terror en el rostro mientras Caracas la devora, la atrae al centro mismo del caos, la deconstruye como un simbolo de esa perdida temible de la humanidad en la normalidad aparente.


Evidentemente, para Violette, como fotografa y creadora, el irreverencia, la furia, la necesidad de recrear ideas es un tema que se construye desde todo tipo de referencias visuales. Desde los desnudos intervenidos con objetos y materiales inverosimiles que despojan a la modelo de la pura vanidad para convertirlo en proclama, hasta la simple puesta en escena de una imagen bucólica en mitad del desorden de una Caracas furiosa y temible. Simbolos personales, convertidos en discurso, y quizá en lenguaje personal.

Y esta la otra parte de la fotografía de la autora, donde analiza la realidad de una manera casi filosofica: las cárceles embellecidas con sencillas imagenes de una cotidianidad lenta y ruda. La sonrisa triste de un hombre encerrado tras las rejas, el espacio enorme y vacio de un patio amurallado. O quizá simplemente el manojo de esposas, flotando en medio de la imagen, para recordarnos que la fotografia no solo expresa conclusiones existencialistas sino el poder de construir  ideas crudas, brutales y dolorosas dentro de lo que consideramos arte. La fotografia que denuncia, que cuenta, que ilumina, que purifica.
En suma, la fotografía con el poder de crear una idea directa sobre nuestra capacidad para reformular la realidad una y otra vez.

Esta propuesta y muchas más, encontré en el trabajo de Violette Bullé. Una experiencia interesante, poderosa y sobre todo singular, que me permitió de nuevo asombrarme - lo cual siempre resulta refrescante y encantador - sobre las ilimitadas posibilidades de la fotografía para contar historias. El poder de la pasión  y la imagen creando un espacio para el concepto.