martes, 8 de febrero de 2011

Las brujas en la Imaginación Popular



Una de las leyendas que con más frecuencia se suele escuchar sobre las brujas es su capacidad de "volar" - con o sin escoba, dependiendo de la fuente - En realidad, la imagen de la bruja remontando la noche en veloz vuelo, tiene su origen en antiguos rituales de fertilidad, realizados como parte de las celebraciones de luna llena. Durante los tres días del período lunar, las brujas que aun eran doncellas, recorrian los campos llevando una vara de sauce o fresno en la mano, para asi atraer la fuerza de la Diosa sobre los campos recién plantados; de ahí procede la típica imagen de las brujas de Halloween volando en sus escobas. Asimismo, mientras se marcaba a los animales con el fuego ritual, eran golpeados con escobas para favorecer la reproducción del ganado. Su simbolismo sexual también las convierte en un instrumento natural para sellar los ritos matrimoniales. La imagen de los miembros de una pareja pagana "saltando sobre una escoba" tras intercambiar sus votos conyugales es muy conocido incluso en las culturas más convencionales.

Este ritual era conocido como " la vara de la conciencia" porque en sus elementos combinaba los aspectos creativos masculino y femenino. El palo de la escoba simbolizaba el falo, mientras que las cerdas representan el monte de Venus, que guarda en su interior la abertura de los órganos reproductores femeninos.

Este ritual se mantuvo incluso en diversas celebraciones rurales alrededor de Europa hasta muy entrado el siglo XIX, siendo entonces condenado por la iglesia y tachado de "sacrilego". No obstante, la imagen de la bruja y la escoba quedó irremediablemente unida en la imagineria popular.

Tradicionalmente, las escobas se han colocado debajo de las camas con fines mágicos para pedir tanto protección como fertilidad, y han permanecido cerca de los hogares y las puertas como medida de amparo y salvaguardia. Asimismo, dos escobas cruzadas impiden a los espíritus y personas no deseados penetrar en el área que protegen.

Las escobas también se han utilizado para alejar las energías negativas o terrenales de una zona sagrada, así como para, una vez creado el círculo protector, atraer las energías positivas hacia el interior de la casa. En la Irlanda del siglo XVII, una mujer llamada Alice Kyteler fué condenada por bruja porque un vecino la vió de noche barriendo la puerta de su casa mientras entonaba un hechizo para atraer la prosperidad a su hogar.

Si quiere utilizar una escoba para sus rituales mágicos, consiga una que sea de su agrado y úsela sólo para ese cometido. No escoja la de barrer la casa; una escoba ritual no debe usarse en ese mundanal sentido, ya que correría el riesgo de perder todos los poderes mágicos que haya acomulado en ella. Si alguna vez la utiliza para barrer el suelo de su cocina, debe ser como parte de sus actividades mágicas.


Otro posible origen del mito sobre la supuesta habilidad para volar de los practicantes de la brujeria, podía tener su origen en un ungento que suele usarse durante diversos rituales, sobre todo durante las consagraciones de las brujas a sus deidades particulares. Durante la edad media se creía que los brujos volaban en escobas pero en realidad lo que hacían era usar el ungento volador, el cual debido a las sustancias alucinógenas que lo componían, creaba la ilusión que estaban volando.

Antiguamente, la mezcla del aceite para la trasición de conciencia - como es llamado este ungento por muchas tradiciones paganas - tenía ingredientes que incluían proporciones más o menos peligrosas de diversas sustancias aluciógenas como lo es el acónito, la belladona, cicuta, perejil y otras. Estos ingredientes se reducian a polvo y se mezclaban con una pequeña porción de manteca de cerdo. La sustancia resultante era aplicada sobre la piel de la postulante para ocasionar un efecto de euforia y frenesí durante determinados momentos del ritual de consagración.

No obstante, en la actualidad, la composición del aceite es mucho más simple, y podríamos decir con justicia, menos peligroso que su antecesor. Los ingredientes para realizarlo son los siguientes:

Aceite de canela.
Aceite de azahar.
Benjuí.
Aceite de Jengibre.
Clavos de olor reducidos a Polvo.

Preparación:

En realidad, es muy sencilla. Mezcla cuidadosamente el aceite de canela y azahar, con el benjuí hasta obtener una sustancia de color uniforme ( usualmente ambarino ) e indiferenciable. Dejalo descansar por dos días y luego, realiza un pequeño tamiz con un trozo de muselina. Al liquido resultandote, añade el aceite de jengibre y el polvo de clavo de olor. Introduce la esencia resultante en un recipiente que puedas cerrar convenientemente. Una vez que lo hayas hecho, mantenlo en un lugar seco y oscuro por unos cuatro o cinco días.

Modo de uso:

Frotalo por todo tu cuerpo y luego, realiza una meditación, concentrando tu energía en la llama de una vela ( preferiblemente blanca ) y sintiendo como el aceite te permite trascender de tu estado de conciencia habitual a uno más amplio, poderoso y creativo.

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