martes, 31 de agosto de 2010

Del Surrealismo al simbolo visual: Cabeza de borrador de David Lynch



"El único artista que tengo la sensación de que podría ser mi hermano, es Franz Kafka"
David Lynch.

Ningun  director de los que han  intentado darle un sentido concreto el mundo de visionarios como Eugene Ionesco y Kafka  a estado más cerca de lograrlo que David Lynch.  Con una puesta en escena aparentemente carente de lógica, pero llena de una forma simbólica casi abrumador, Lynch crea un mundo personal que trasciende los simbolos habituales para otorgar sentido a su particular visión de la realidad. Su primer largometraje: Cabeza borrada es un ejemplo de como la creación conceptual de Lynch toma proporciones caóticas pero sin perder su magnifica expresión estética y metafórica. Un  voz onírica, inconcreta, inquietante pero sobre todo profundamente transgresora del habitual lenguaje filmico. Tal vez en ello, reside su inestimable valor.

El hombre del espacio ( Jack Fisk ) sueña. Mira por la ventana con su cara picada de viruela. Acciona una palanca y aparece el impresor Henry Spencer ( Jack Nance ) con su triste y hermético mundo en blanco y negro. Fábrica, tubos, patios interiores, estudio: Un microcosmos industrial en el que se escucha por todas partes el zumbido cercano y a la vez lejano de las maquinas y el susurro de las deterioradas conducciones electricas tras el papel pintado.


Hace ya mucho tiempo que Henry no sabe nada de su amiga Mary ( Charlotte Stewart ), cuyos padres lo invitan a una extraña cena. Las mujeres sufren ataques una tras otras, el padre sirve pollitos que al ser partidos extienden las patas mientras en los platos se derrama algo parecido a burbujas de sangre. Finalmente, Henry se entera por boca de la lasciva madre de su amiga de que es Padre.

No es seguro que sea realmente el progenitor de aquella criatura envuelta en vendas que tanto se parece a una oveja esquilada. En cualquier caso, Mary va a su casa para abandonarlo ya la primera noche y volver al domicilio de sus padres por no ser capaz de aguantar los berridos del niño. Henry se queda solo.

El monstruoso "niño" enferma, la relación con su vecina ( Judith Anna Roberts ) termina en humillación y Henry sueña con la angelical pero terriblemente desfigurada muchacha de la calefacción ( Laurel Near ) y con una máquina que convierte que convierte su cabeza en goma de borrar.  Finalmente mata a aquella criatura tan digna de compasión como odiosa y con ella, el mundo de Henry se disuelve en la nada.

Aunque en el fondo su tratamiento es totalmente lineal, es imposible volver a contar Cabeza Borradora. Sí, según parece, el mismo Herny no es más que una visión del hombre del espacio que aparece al principio del filme, visión que termina fundiendose en la irrealidad total; la historia aquí contada está cuestionada todo el tiempo por el efecto sugestivo de las imagenes, por el amenazante zumbido de la banda sonora, por el carácter surrealista de los episodios y por los movimientos exasperantes de tan lentos y la manera de hablar extraña y arrebatada de los personajes. Frente a la atmosfera plomiza de este mundo, el escaso entusiasmo vital y los gestos desvalidos de la gente que lo habita no tienen consistencia.

Las diversas interpretaciones cuentan con bases suficientes. Así, por ejemplo, el episodio en el que la cabeza de Herny - que adquiere la forma correspondiente con los cabellos en punta - se convierte en una goma de borrar para lápices, puede interpretarse como una metáfora del olvido y del silencio.  Jennifer  Chambers Lynch, hija de Lynch se vió retratada así misma en el bebé de Henry, que venía a ser el descendiente no querido que aparta al artista de su verdadera vocación.

Enfrentado a este tipo de tesis, Lynch generalmente responde diciendo: "No quiero hablar sobre este tema" o "Mire usted, no voy a contestarle esa pregunta". El enfador de que en ocasiones ha dado muestras Lynch con quienes divulgan los secretos técnicos y artísticos del cine evidencia que, para él, mirar entre bastidores y hacer una interpretación unidimensional supone un desencantamiento de la obra de arte total que es el cine, una incursión violencia en un sistema hermético de significaciones, referencias y asociaciones que es muy frágil y que debe protegerse de influencias ajenas. Según sus propias palabras "Independientemente  de lo extraña que sea una historia, en cuanto se entra en este mundo, se advierte que el mismo tiene unas reglas que hay que respetar".

El joven director invirtió más de cuatro años con un pequeño equipo de colaboradores, en una pelicula de la que en una ocasión Stanley Kubrick dijo que era su favorita. A punto de llegar a la ruina economica en muchos casos, Lynch trabajó minuciosamente cada escena hasta en los menores detalles y a pesar de las numerosas indicaciones de su familia y de sus amigos, no abandonó su proyecto, como si solo pudiera liberarse del mundo claustrofóbico de Henry, dando el último retoque a la pelicula.

"Para mí, Cabeza Borradora es sensación, no pensamiento" dijo el director en una ocasión. ESto significa que el público está invitado a ver y no precisamente a tratar de comprender a toda costa.

lunes, 30 de agosto de 2010

De Caravaggio y otros Dioses del altar de mi memoria



Tenía razón Walter Benjamin, y tiene razón Robert Hughes: la presencia de un cuadro - como representación pictórica y perdurable de la realidad - es insustituible; solo llegándose ante él es posible conocerlo en un modo que no se consigue ni examinando una ilustración ni leyendo una retahíla crítica. Detenerse ante un lienzo, admirarlo, saborear cada linea y color, suspirar el misterio y tal vez la banalidad entre las lineas, la conjeturas deliciosas e inevitables, es un placer secreto que creo es insustituible. Sedoso y lírico, conceptual y determinante, simplemente anodino.  Es cierto: hay un momento de acogimiento en la mirada, y luego esa comprensión repentina, que remueve lecturas, por supuesto, y trabaja con todos los posos que han dejado los libros y las telas, pero que viene de todo lo que el ojo recibe en la contemplación y que extrañamente, al final, se convierte en palabras. 

Siempre me sucede asi cuando miro un cuadro de Caravaggio. Me dejo caer en la eterea abstracción, en una felicidad hedonista que es casi dolorosa. Retozo en medio del color y el trazo con el corazón latiendome muy de prisa, un nudo de llanto ignoto apretandome la garganta. ¿Somos niños cuando el arte nos devuelve la humildad con cierta violencia? Quizá, o solamente, adoradores vacuos de un concepto espléndido y casi inalcanzable. Miro y no logro sino recordar que allí solo existe lugar para mis sentidos - palpitantes, angustiados, obnubilados por el placer de la belleza - y ver que aquí solo me quedan unas palabras resecas.  Para no olvidar, sin embargo, habrá que echar mano de ellas: esa oscuridad de la que salen los hombres tan solo porque la pintura los ilumina, porque su voluntad es iluminarlos, e iluminar lo que quiere hacer que exista ante los ojos.  Ese es su poder y su límite: sacar las cosas de la oscuridad, revelarlas.  Por eso la luz de Caravaggio es intencionada, y por eso se ceba con arbitrariedad y con cálculo sobre el torso de Cristo, central, impuesto a la vista, rotundo, revolviendo así todo el sentido del misterio cristiano (y con ello, todos los modos de percepción que la cultura occidental ha construido hasta llegar aquí): "Señoras, señores: no existe otra revelación que la de la carne".

domingo, 29 de agosto de 2010

Sobre la tristeza y otros pequeñas ideas fragmentarias


Hace unos días leí en un articulo de periódico, una entrevista a un psiconeuroinmunobiólogo (insólita profesión) que afirmaba que sostener un pensamiento negativo durante un minuto deja el sistema inmunológico en estado comprometido durante seis horas. Que el agobio permanente lesiona las neuronas de la memoria y del aprendizaje, y que deja sin riego la zona del cerebro necesaria para tomar decisiones adecuadas. Que el modo en que nos hablamos a nosotros mismos influye en la salud o la enfermedad de la mente.

No pude menos que sonreír con tristeza. Así que he estado saboteándome yo misma. Vaya vaya. Así que la parábola del sembrador tiene una fiel correspondencia científica (Creo que tanto Virginia Woolf como Emily Dickinson lo sabian), y que las palabras y el mundo entero solo pueden comprenderse como una compleja red de conceptos fisicos y biologicos extrechamente relacionados. Se me ocurre entonces - analizandolo con una cierta irónia fatalista - de ser dura como la roca, porque si largos años de un cierto pesimismo existencialista --sensiblemente agudizado por las lecturas y releecturas a Kafka, Proust, Chejov y otros Dioses del desánimo-- todavía conservo cierta cordura analítica (en precario equilibrio, según algunos, en perturbada renuncia, según la opinión general), es que nada puede acabar con mi necesidad nervuda de encontrar una satisfacción en medio de la tormenta. No puedo dejar de pensar que filósofos y filólogos podrían reclamar un lugar privilegiado en el abismo de los tristones - como suele llamarme mi querida Nele -. La reafirmación del valor intelectual es la desesperación totalmente válida sin duda ¡Los niveles de serotonina de los especialistas en Schopenhauer deben de estar bajo mínimos!

C' la vie.

sábado, 28 de agosto de 2010

Y Asi va mi proyecto Mecanica Celestes:

De la idea de la estética y otras ideas sociales veniales


Hace unos meses, a propósito de una exposición sobre imagen publicitaria que se celebraba en la Universidad donde me licencie, estuve preguntándome hasta qué punto las mujeres occidentales no seguían encerradas en el imaginario masculino. Los barrotes, como todos los de este mundo en que han desaparecido los perfiles claros de los responsables, eran simbólicos, invisibles, y por ello más difíciles de señalar. Un cárcel rodeada de imagenes flagrantemente falsas, llenas de esteotipos y pequeñas muestras de puro prejuicio estético. La idealización de la mujer en el marco de una idea de perfección imposible y dolorosa.

Uhmmmm...esa sensación de ser completamente inadecuada en medio de un valor general.

Tuve la mayor prueba de este axioma, en una ocasion en que esperaba por el metro de mi ciudad. Junto a mi, dos mujeres discutian en voz alta. Una de ellas era muy joven - una adolescente de unos 16 años - y la otra, mucho mayor, por lo que supuse sería la madre de la primera. Un poco avergonzanda, me apresuré a fingir que no prestaba atención a su discusión, pero por supuesto, a pesar de hacerme la desentendida y concentrarme en el color de mis zapatos, escuché con toda claridad cada una de sus palabras.


Todo el conflicto parecía relacionarse con los kilos de más que exhibia la chica más joven. Debo decir, que a mi me pareció que su contextura normal, tal vez un poco fuera de forma fisica. No obstante, la Madre le reclamaba en voz alta su "Gordura", señalandole con gran crueldad los "rollos de grasa" que se le dibujaban sobre la trabilla del ajustado jeans que la chica llevaba. Esta ultima inclinaba la cabeza, evidentemente dolida por las criticas malsonantes que debía soportar y además en público. Incomoda y profundamente desalentada, me alejé algunos pasos, mientras la mujer continuaba gritando furiosa, exigiendole "estar bonita".

Es una verguenza ver que la gente se rige bajo unos criterios tan absurdos como la gordura, la esbeltez, el color del cabello o ese abstracto concepto de "belleza" que el venezolano parece aplicar con bastante ligereza. Una absurda autocracia de una perspectiva plural, con cientos de significados y acepciones como es la estética personal. ¿Por qué debemos las mujeres ajustarnos a una idea platónica, nacida de una glorificación de la libido masculina para sentirnos convalidadas en el valor de nuestra fisonomia? Hay una obsesión nacional por la busqueda de una esbeltez publicitaria, por una idea de estética totalmente falsa. Como fotografa, sé que cada rostro y figura delgada que vemos en un anuncio ha pasado por una serie de retoques, que van desde delinear las facciones, ocultar imperfecciones, estilizar los torsos, suavizar las huellas de los años y la vejez en el cuerpo. La utopía de un patrón esquemático que no hace más que repetir los errores y complejos de una sociedad aferrada a una inexistente estética.

¿Donde queda la diversidad? ¿Cual es el lugar de la inteligencia, la ternura, la picardia, la fuerza del poderoso carácter de la mujer Venezolana? ¿Ser "bonita" , según el criterio de nuestro país, implica extirpar la individualidad, el peso especifico de nuestros defectos y virtudes, ese innefable brillo personal que nos hace únicos?

No lo creo, no lo admito, me resisto a esa idea.


Finalmente, el metro llegó y me subí al vagón, echandole un último vistazo a la madre y la hija. La niña con la cabeza ladeada, miraba un afiche de una bebida alcoholica donde una modelo exhibia sus vertiginosas curvas con orgullo. La madre, con el rostro tenso, continuaba gesticulando. Sentí una tremenda tristeza, un desamparo sin nombre, al pensar que la autoestima de la mujer venezolana esta sometida de una manera tan férrea a la sonrisa plástica de una imagen irreal y procesada bajo un concepto de belleza cruel y destructiva.

Me niego a aceptarlo. De hecho, rechazo visceralmente esa belleza de bisturí y de plastico. Una batalla a ciegas, por supuesto, en un país determinado a crear un mito alrededor de la belleza de sus mujeres. Pero eso no me importa en realidad. El valor de la mujer venezolana trasciende esta imagen bidimensional de si misma, esa creación superficial que la intenta acorrarla y minimizarla, sin lograrlo nunca.

Unicas, maravillosas, irrepetibles. Asi es la feminidad en mi país, y nadie, incluso esos tristes teóricos de la estética que intentan acorralar a las curvas y las hermosas imperfecciones para crear un molde unico, va a lograr cambiar ese pensamiento jamás.

viernes, 27 de agosto de 2010

De la cultura y el menosprecio a la Inteligencia social



No podia dejar de comentar la nueva muestra de absoluta falta de respeto a la critica realidad Venezolana  que supone la fatuidad del planteamiento del candidado a Diputado Gustavo Rojas. En lo que supongo es una maniobra publicitaria, declaró que financiará su campaña por el método absurdo de rifar una operación de Mamoplastia entre sus contribuyentes. ¿Hasta que extremo de absoluta superficialidad ha llegado el planteamiento de la dirigencia de este país? ¿Cual es la posibilidad de construcción de un país viable que se basa en una idea comercial y simple sobre la expresión cultural que quiere representar? Solo puedo decir que siento una triste sensación de verguenza, al leer como un candidato a representar la opinión de un grupo de la sociedad ante el poder legislativo, establece su idea del futuro sobre la vulgarización y la banalización de una concepción estética y social de escaso valor intrinseco. Porque, cualquiera sea la razón que le llevó a proponer una mamoplastia como forma de finacimiento de su campaña publicitaria, la idea es obvia: nuestra sociedad está herida de simpleza, de una triste carencia de valores solidos, de respetabilidad y conciencia clara sobre un concepto cultural viable. ¿Qué podemos esperar de un lider político emergente que utiliza una deformación de la idea social para sustentar su visión de país? Y con esto no digo que juzgo a las mujeres que toman una decisión estética semejante, sino la manera como este hombre decidió crear una matriz de opinión sobre esta compleja y especialisima circunstancia de la realidad social de Venezuela. ¿Rifar una mamoplastia? ¿Llevar al extremo del ridiculo un concepto estétic de este país cada vez más trivializado? ¿Donde está el sustento ideologico, social, cultural que deberia elaborar una visión de país efectiva y próspera? Por supuesto, no lo está en una opinión futil como la de este suedo lider, de este ejemplo de la ceguera del venezolano en cuanto a su responsabilidad como constructor de su futuro.

Que lamentable la ausencia de valores en una sociedad que los necesita más que nunca. Que angustioso comprender que los nuevos lideres aun no tienen una idea clara del momento histórico que atravesamos.

Y Todavía nos preguntamos porque durante casi una década y algo más, hemos visto a Venezuela sucumbir a sus peores errores y deficiencias: la respuesta es clara y quizá muy evidente. Es el reflejo de nuestros peores defectos mapliados y rebustecidos por nuestra irresponsabilidad.

#DiaDelPasaporte



Hoy, como muchos ciudadanos de mi país, padecí la lenta burocracia del sistema de identificación de datos personales imperante en Venezuela. Durante más de veinticinco años la plataforma de registro ha sido virtualmente la misma, aunque durante la última década cambió de nombre y su procedimiento se automatizó para incluir el registro de Datos a través de internet. Con todo, el elemento humano sigue siendo preponderante dentro del procesamiento de los documentos a consignar y por lo tanto, la lentitud del registro es muy parecida a las de varias décadas anteriores. 

Por tanto, y tal vez como una respuesta al excelente post  sobre el sistema de identificación que escribió  mi amiga Veronica en su blog y en el cual relata su reciente experiencia con el SAIME,  decidí escribir este pequeño resumen sobre lo que aprendí durante los últimos días, en mi intento por lograr culminar el trámite que me permitirá obtener un pasaporte de la República Bolivariana de Venezuela.

Consejos Generales:

1) Verifica Cuidadosamente tus datos en Planilla:  Como todo miembro de la generación 2.0, el hecho de disponer de una plataforma infomática para la actualización de datos me pareció una enorme mejora en el proceso de obtención del pasaporte. El proceso automatizado de hecho es sencillo: Al acceder a la página del SAIME encontrarás un apartado de registro donde debes incluir tus datos EXACTAMENTE IGUALES  como aparecen en tu partida de nacimiento. Este es un dato que hasta hoy me resultó desconocido pero que resulta importantisimo para el posterior desarrollo del proceso. Es de especial importancia, que en tu Lugar de nacimiento, coloques el municipio donde fuiste registrado y no el de tu actual Residencia. De hacerlo, el dato será incorrecto y es motivo para que el proceso resulte inválido.

2) Asegurate que la Sede que escojes sea cercana a tu casa: Muy poca gente advierte que existen  una serie de opciones para realizar el trámite entre las cuales es posible escoger, por lo que se deja al sistema la decisión de adjudicar una Sede del SAIME para llevar a cabo el trámite del pasaporte. Estas sedes serán preestablecidas por tu Lugar de residencia y puedes incluso disminuir las opciones a la que te sea más conveniente.

3) Dos copias para todo: Una vez consignados los datos, más o menos una semana después recibirás un correo y un sms telefónico anunciandote el día de tu cita: El correo incluye además de la fecha, la hora y un vinculo a través del cual podrás acceder a la planilla descargable de registro de datos. Además, se te indicará que otros recaudos necesitas para completar la obtención del Pasaporte. Te recomiendo que lleves dos copias de cada uno de los documentos exigidos. La copia fototástica de la cédula de identidad debe ser muy legible y además, incluye una copia de tu Acta de Nacimiento si tienes algun error que desees subsanar: me refiero especificamente a una letra de tu apellido, sexo, lugar de nacimiento. Estos datos pueden ser cambiados el día de tu cita SIEMPRE Y CUANDO tengas el documento a mano. De no ser asi, el proceso será invalidado y tendrás que recomenzar el trámite de nuevo.

4) El deposito del costo en unidades tributarias debe ser rellenado por ti: Me sorprendió muchisimo que el funcionario que se ocupó de mi trámite, me hizo pregunta relativas sobre quién había rellenado mis datos en la planilla bancaria o si esa era mi firma. Y de hecho, observé que comparaba mi firma con la de mi cédula. Ojo, el requisito que debe ser personal e intransferible es de obligatorio cumplimiento y los funcionarios se aseguran de que así sea. Sino has realizado el deposito, puedes hacerlo en la misma oficina: los cubiculos de atención poseen un punto de venta donde podrás abonar el costo de las 3 Unidades tributarias exigidas para poder completar la solicitud del pasaporte.

El Día de la Cita:

1) No Importa la Hora: La planilla que genera la página del SAIME para llevar al cabo el trámite tiene una válidez limitada.  Solo podrás llevar a cabo la solicitud del pasaporte en el día señalado. Además incluye una hora, que aparentemente indica que tu trámite se realizará en un horario determinado. Te recomiendo que llegues al menos con cuatro horas de anticipación, no importa cual sea la hora señalada. A pesar del avance que supone el trámite a través de Internet, la conocida burocracia de los trámites públicos del país, sigue siendo exactamente la misma. En mi caso, tuve la precaución de llegar unas tres horas antes y encontré una larga fila de citados. No hay mayor diferencia en el caso de la hora estipulada y de hecho, el sistema no parece registrarlo: esperé casi cuatro horas y solo pude acceder a las oficinas del SAIME cerca de las 12 del mediodía, aunque mi cita habia sido estipulada para las 10:00 de la mañana del día de hoy.

2)Preguntas y respuestas: Me sorprendió que los funcionarios me realizaran preguntas especificas antes de adjudicarme un número concreto de atención: supongo tenian la intención de comprobar mi identidad. Me preguntaron mi lugar de nacimiento y de residencia, mi número de cédula y fecha de nacimiento, comprando las respuestas en el sistema y con mi cédula en la mano. Por supuesto, no son ni mucho menos preguntas complicadas o en modo alguno modo que se presten a verdadera confusión, pero si advertí que al menos a dos personas, las separaron de la fila y les pidieron responder un pequeño cuestionario al equivocarse en algunas de las respuestas.

Consejos Varios:

1) Desayuna en abundancia: Un inteligente consejo que recibí de mi querido Alex Nouel y que tuve el desatino de no seguir. El trámite no es corto ni sencillo y es probable que te lleve unas cuatro horas completarlo, la mayoría de ellas dentro del edificio del SAIME, de donde no podrás salir hasta que que hayas completado el proceso. De manera que: toma un buen desayuno y si te es posible, lleva galletas o algo sencillo de comer que te permita soportar la espera.

2) Piercings: Si como yo, llevas un piercing en algún lugar del rostro, debes quitartelo antes de tomarte la fotografía correspondiente o no te permitirán terminar el trámite.  También debes recogerte el cabello detrás de las orejas y llevar poco maquillaje. Para mi sorpresa uno de los funcionarios me explicó que las nuevas normativas con respecto a la fotografia del documento de identidad exigen que el rostro se encuentre "Limpio, reconocible y sin objetos artificiales que puedan entorpecer la identificación visual"

3) Paciencia: Mucha paciencia. El procedimiento al completo puede durar entre 15 o 20 minutos, dependiendo del Funcionario que te sea asignado, debido a que realiza individualmente y de manera manual. Y es bastante probable que el mismo día que has sido citado, también lo estén unas 50 o 100 personas  een el mismo horario. El procedimiento se hace especialmente lento entre las 11 y la 1 de la tarde por razones obvias y más rápido después de las dos. No obstante, continua siendo un sistema engorroso y secuencial: te deben tomar una fotografía, las huellas de todos los dedos de tus manos, debes firmar sobre un espectro óptico y finalmente verificar tus datos en la planilla personalmente. Por último, te será entregado una pestaña con tu nombre, fecha y el lapso en el cual puedes reclamar el documento listo.

Me llevó de las 8 de la mañana a las 4 de la tarde completar el procedimiento completo. Tal vez te sea más sencillo dependiendo de la fecha y la cantidad de personas que hayan sido citadas al mismo lugar que tu para obtener su pasaporte. Sin embargo,  insisto que el ingrediente humano es fundamental en este tipo de sistemas y la burocracia termina convirtiendo en un largo y azaroso sistema lo que podria ser sencillo y expedito. Espero que mis consejos, cuya utilidad descubrí recién hoy, puedan ayudarte al que tuyo sea más eficiente, rápido y sin tropiezos.





jueves, 26 de agosto de 2010

La Danza de la Dama Blanca: Sobre el Simbolismo cultural de la Luna.


Quizá ningún otro objeto natural ha sido tan reverenciado, desde periodos tan antiguos, como la Luna. Por regla general su símbolo ha sido la medialuna creciente, ya que el círculo que representa la luna llena podía confundirse con los símbolos solares.

Por su aparente conexión con los ciclos femeninos de la “sangre lunar” (menstruación) que daba vida a cada humano que estuviera en la matriz, la luna se convirtió en el primer símbolo universal de la Diosa Madre. El nombre griego de Europa, madre eponímica de la Europa continental, significa “luna llena” y proviene del título de Hera o Io como la blanca Luna-vaca, y también de otras versiones de la diosa como Demeter y Astarté.

Albión, el antiguo nombre de Bretaña, significaba “luna blanca” y se refería la Diosa hasta que el moje Gildas le convirtió en un ficticio santo masculino llamado San Alban.

Al-Mah, la luna, fue una deidad principal de Persia cuyo nombre se convirtíó en el nombre hebreo Almah, “mujer núbil”: nombre que los cristianos han insistido en traducir como “virgen” cuando se aplica a la madre de Jesús. Otro derivativo fue el latín alma-mater, “alma-madre” viviente del mundo.

Los romanos reverenciaban la primordial Luna Madre como Luna o Mana (Manía), madre de los espíritus ancestrales arcaicos llamados manes, anualmente propiciados en el festival Manalia. La misma Diosa Mana regía en la arcaica Escandinavia, en Arabia, y el Asia central. “Mana” viene del sánscrito manas, “mente” un atributo de Ma, la madre primordial; estaba también relacionado con el latín mens, significando ambos “mente” y “luna” y también una cualidad misteriosa de poder espiritual: nu-men.

De acuerdo con Moses Maimonides, el culto lunar era la religión de Adán; y la Biblia contiene muchos trazos de reverencia pre-yahveísticas a la luna. Los reyes del Antiguo Testamento vestían “ornamentos como la luna y también lo hacían los animales que montaban” (Jueces 8:21). Los Profetas denunciaban a las mujeres hebreas por llevar amuletos lunares (Isaías 3:18). Agla, uno de los “nombres secretos de Dios” más usados en la magia hebrea, es usualmente traducido como “luz” pero significa específicamente “luz de luna”; es uno de los antiguos nombres de la diosa Luna.

Una tradición talmúdicas decía que el mismo Yahvé tuvo que hacerle una ofrenda a la luna por haberla ofendido. La diosa de la Luna no parecía demostrar mucho respeto por Yahvé ni por los suyos; según el Apocalipsis de Baruch: Cuando Adán y Eva cayeron en el pecado, todo lo demás se hundió con ellos “el cielo, el sol y las estrellas, incluso los más cercanos al trono de Dios; los ángeles y los poderes fueron movidos por la trasgresión de Adán,” todo excepto la Luna, que se reía.

San Agustín condenó a las mujeres por su “impúdicas y coquetas” danzas en honor a la luna nueva. Aún así, el tiempo lunar era tan importante para la tradición Savior que los cristianos insistieron en remarcar que la luna llena apareció durante la crucifixión de Jesús –aún con un eclipse solar, que sólo puede suceder durante la etapa oscura de la luna.

Las tradiciones lunares continuaron siendo asociadas con las mujeres durante la Edad Media. En el folklor y las baladas puede observarse que las mujeres eran animadas a rezar por favores especiales no a Dios sino a su propia deidad, la Luna Madre, para quien cocinaban panes de avena. También los oponentes de Jeremías continuaron cocinando pasteles para ofrendar a la Reina del Cielo (la luna) sin importar las fulminaciones del profeta acerca de ella (Jeremías 44:19); de la misma forma las mujeres de la Europa cristiana cocinaban pasteles a la luna, que los franceses llamaron croissants –crecientes– por su forma lunar.

Los modernos pasteles de cumpleaños descienden de la forma griega de honrar el cumpleaños mensual de Artemisa, diosa de la Luna, realizando deliciosos pasteles de luna llena. Las brujas continuaron invocando a la Diosa “dibujando la luna”. En algunas áreas, los cultivos no podían ser recolectados ni las bodas celebradas a menos que fuera en los tiempos apropiados de la Luna. Todo lo que tenía que ver con el manejo de animales domésticos parece estar relacionado con la Luna. Y por supuesto, ninguna bruja ni adivino realizaban operaciones mágicas sin tomar en cuenta la fase lunar.

En la Arabia pre-islámica la diosa Luna era tan importante que su emblema llegó a representar el país entero, y lo sigue haciendo, como muestra la luna creciente de las banderas islámicas. Como Manat, la vieja madre luna de la Meca, alguna vez reinó en la fe de todos sus hijos, quienes también la llamaban Al-Lat, la Diosa. Este nombre fue masculinizado como “Allah”, quien prohíbe a las mujeres entrar a las mezquitas que alguna vez fueron templos de las sacerdotisas de la luna.

En Asia central, su órbita celeste fue descrita como el espejo que refleja todo en el mundo. Todavía se dice que el reflejo de la luna en el agua es el principal remedio para calmar la histeria.”

miércoles, 25 de agosto de 2010

El simbolismo del Laberinto

 
 
"Lo que llamamos el comienzo es muchas veces el final,
y hacer un final es hacer un principio.
El final es allí donde empezamos."
T.S.Elliot




Todos sabemos lo que es un laberinto; según el diccionario, un lugar artificiosamente formado de intrincados caminos y rodeos en el que es muy difícil encontrar la salida. Lo que no siempre se advierte es que no todos los laberintos corresponden a este tipo, el del mito griego del Minotauro: en realidad hay laberintos que presentan un solo camino -si bien sinuoso- hacia su centro, sin posibilidad de error, y están los otros con múltiples pasajes que se bifurcan, llenos de trampas y callejones sin salida. Como en español no existe vocablo para diferenciarlos, es útil distinguirlos a partir del inglés: labyrinth cuando simplemente se sigue un camino que nos lleva a través del laberinto, y maze cuando las opciones se multiplican (no en vano to be in a maze significa, figurativamente, estar perplejo). En el maze estamos obligados a hacer elecciones a lo largo de todo el camino, izquierda o derecha; en el labyrinth, la única alternativa posible es entrar o no al laberinto mismo. La mayoría de los mazes tienen paredes altas (son en 3D), así que uno nunca sabe realmente dónde está, para dónde debe ir. En cambio, los labyrinths tienen paredes bajas o son diseños planos sobre el piso: uno siempre puede estimar en qué etapa del camino se encuentra. El maze es un rompecabezas, una herramienta analítica del hemisferio izquierdo del cerebro; el labyrinth, en cambio, es una herramienta intuitiva del hemisferio derecho, un avivador de la creatividad. En cierto modo, podríamos decir que el labyrinth está diseñado para que uno encuentre su camino; el maze, para que lo pierda (¡menuda diferencia!)

En los últimos años, parece haber un creciente interés por los laberintos a nivel mundial. Es decir -y aquí viene la utilidad de distinguirlos-, por los labyrinths como herramientas de crecimiento personal y espiritualidad (si bien los mazes siempre conservarán su poder de evocación simbólica). La popularidad creciente de las actividades en torno a los laberintos ha dado como resultado la aparición de asociaciones y eventos, retiros y peregrinajes. Sólo en Estados Unidos existen cerca de 2,000 laberintos, y por si fuera poco ahora también hay fabricantes profesionales. El más reconocido de ellos, Adrian Fisher, ostenta el record de haber creado unos 300 laberintos visitados por más de 20 millones de personas en diferentes países. Hay para todos los gustos: portátiles de lona o vinilo, de bolsillo para recorrer con los dedos, de agua, rompecabezas, en espejo, inflables, a colores, cibernéticos. Se aplican en las artes, las matemáticas, la literatura no lineal (como en "Rayuela" de Cortázar), la jardinería, la rehabilitación médica, la psicoterapia, la meditación, y hasta en el World Wide Web, el mayor laberinto de la historia. Los hay en parques, iglesias, escuelas, museos, cárceles, hospitales, spas y -por supuesto- también en casas particulares.

Labyrinthus hic habitat Minotaurus

Claro que este auge de los laberintos no ha surgido de la nada: hay indicios de estas figuras desde hace 3,500 años. Los encontramos en los sellos micénicos, en las vasijas etruscas, en los amuletos egipcios, en los gigantescos dibujos de Nasca (Perú), ocultos en la Kabalá judía y su árbol de la vida, entre los indios norteamericanos O´odahm y Hopi, en las catedrales góticas de Francia, en las aldeas de pescadores de Suecia, Estonia y Finlandia, en el palacio de Néstor en Pilos, Grecia. Pero sin duda el laberinto por excelencia (en este caso, maze), el más famoso, ha sido siempre el del Minotauro, la mítica prisión ideada por Dédalo por encargo del rey Minos para ocultar la monstruosa criatura engendrada por su esposa Pasifae y un toro. A pesar de que este laberinto no existe en el mundo físico, tiene realidad bajo muchas otras formas como la literatura (basta recordar el maravilloso cuento borgiano "La casa de Asterión"), los dibujos, la historia y la mitología. Sin embargo, también se le ha asociado con un edificio real, el palacio de Knossos en Creta, del que se dice que tenía más de mil habitaciones y cuyas ruinas todavía siguen más o menos en pie. En este laberinto se internó el héroe Teseo con el propósito de matar al Minotauro y así frenar la sangrienta ofrenda de jóvenes que Atenas debía realizar al monstruo periódicamente; el problema era encontrar luego la salida. Aquí es donde interviene la simplicidad del ingenio: la princesa cretense Ariadna, que estaba enamorada de Teseo, le dio un ovillo de hilo y se quedó sosteniendo su extremo en el exterior del laberinto. También el inventor Dédalo tuvo que recurrir a la maña cuando fue hecho prisionero allí junto a su hijo Icaro: sin desmoralizarse por los cráneos de todos aquellos desafortunados que no habían podido salir jamás del laberinto, Dédalo logró confeccionar unas eficaces alas que pegó con cera en las espaldas de ambos para alejarse volando.

Otro famoso laberinto, el de Chartres, no es tan espectacular como el mitológico pero también tiene lo suyo. Construido alrededor del año 1201 en el piso de piedra de la catedral según principios de geometría sagrada y proporción, era una alternativa para aquellos cristianos medievales que preferían no embarcarse en peregrinajes peligrosos hacia Jerusalén: ¡mejor visitaban Chartres, Amiens o Reims y rezaban caminando por sus laberintos góticos!

Sobra decir que el laberinto está profundamente ligado a la arquitectura. Pero siempre queda aquella primera distinción flotando: Knossos (el del Minotauro) es un maze; Chartres, en cambio, es un labyrinth.

Pensándolo bien, tiene sentido que sean los labyrinths y no los mazes los de mayor éxito hoy en día: en un mundo lleno de preocupación y tensiones, lo último que queremos es recrear la sensación de estar perdidos. Así, cuando el laberinto deja de ser un desafío amenazador que se vence con heroísmo o ingenio (al estilo Teseo), se vuelve entonces nuestro aliado en la búsqueda del equilibrio, del bienestar (al estilo mandala). Digamos que el propio laberinto toma el lugar de ese Virgilio que necesitaríamos para salir indemnes de nuestros infiernos interiores: como al seguir el camino del labyrinth es seguro que llegaremos a su centro, podemos relajarnos y concentrarnos más en el viaje mismo que en su destino final, más en ser que en hacer. Las muchas vueltas de la vida, los cambios de dirección, las transiciones, finalmente cobran sentido en esta metáfora existencial del caminar por un laberinto: si mantenemos el rumbo -no importan las idas y venidas, lo lejos que parezca todavía-, cada paso nos estará acercando más y más a la meta. El laberinto no admite que el tiempo o el esfuerzo puedan desperdiciarse jamás, a pesar de las apariencias; en nuestros carenciados tiempos, no extraña que una visión así de positiva esté gozando de tanta popularidad.

martes, 24 de agosto de 2010

Liberación o el misterioso poder del arte.

Sentada, con los brazos cruzados, el corazón latiendome tan rápido que apenas podía respirar. Mirando fijamente la pantalla enorme que marcaba la pauta, intentando convencerme que la mujer joven sentada junto al músico y querido amigo José Mena, soy yo. La cámara me apunta: la imagen flota en medio de mi mente, pequeña y casi incomprensible. Tengo ganas de reir y llorar, y me pregunto si es real, si verdaderamente estoy aqui, junto a 4 fotografos que aprecio y aprecio, para hablar de mi trabajo fotográfico, para mostrarlo, para expresar en una imagen esta profunda pasión que siempre fue privada, intima, poderosa, devoradora, secreta. 

Parpadeo. María Elena Lavaud, pronuncia mi nombre. Me mira esperando respuesta, y de pronto, como en un sueño, comienzo a hablar sobre mis fotografias, sobre esa profunda necesidad de crear. Sonrio, me tiemblan las manos, un ligero temblor me recorrer. Y la imagen que viene a mi cabeza es la de la niña que fuí, con una cámara Kodak en la mano, tan pequeña y quebradiza. La niña que soñaba en que quería fotografiar, que no deseaba otra cosa. Y la historia fluye, corta y pequeña, pero aun asi significativa.
Escucho a mis compañeros hablar, riendo y conversando. Los miro, asombrada. Estoy aqui realmente. Miro la imagen de mis Queridas Evas - mi tesoro, la mayor manifestación del poder curativo del arte que soñé crear jamás - y sonrio, fascinada. Como una niña. Y toda la experiencia toma un matiz irreal, en su sencillez, en su frugalidad, en su profundo significado en el mundo de mis ideas. Y mientras sonrio, mientras continuo escuchando mi voz - rodeandome, como si no me perteneciera - entiendo el regalo que he obtenido, el privilegio que es parte de mi vida. Un nudo de emoción se me hace en la garganta y con cierta alegría, me pregunto si terminaré llorando ante las cámaras de la televisión, impersonales e indiferentes.

Fotografa, eso soy ahora. Finalmente, ese es el titulo que llevo con orgullo, con la pasión de los soñadores, con la profunda alegría de los ingenuos.

Fotografa, mi mundo al alcance de un imagen eternizada, de un sueño hecho color y luz.

Fotografa, el poder de la creación, en mí.





lunes, 23 de agosto de 2010

Crimen Silencioso

Muchas veces, me sorprende la facilidad como la crueldad aun se ampara bajo el término religioso para ser infringida. A través de la historia, la fe y la instintiva capacidad del hombre de encontrar significado al limite mismo del conocimiento cognoscitivo, a dado pie a comportamientos destructivos. Los creyentes son sometidos a la crueldad de una convicción potencialmente devastadores. Una y otra vez, la religión o una estructura de creencias más o menos organizada escuda un comportamiento claramente patológico, represivo, prejuiciado. Una creación del odio en lugar del amor.

Y no me refiero, a situaciones puntuales ocurridas en determinados momentos históricos. Hablo de actos tan terribles como la ablación, que sigue practicandose con relativa frecuencia en el mundo moderno. De nuevo, la irrestricta capacidad del hombre para aspirar al bien, convertida en un instrumento de dolor y culpa.


Un terrible secreto:

La Ablación, es según estrictos términos médicos,  la extirpación de cualquier órgano del cuerpo mediante una operación quirúrgica. Sinónimo de amputación o extirpación. Otro uso de esta palabra es la "ablación por radiofrecuencia": procedimiento de cateterismo cardíaco que permite la curación de taquicardias paroxísticas y otros tipos de arritmias.

Sin embargo, a la que me refiero en particular, es a la Ablación Sexual con fines ritualisticos.Unos ciento treinta millones de niñas y mujeres han sido sometidas a la ablación del clítoris. Con frecuencia se le denomina “circuncisión femenina”. Como es notorio, la castración femenina ha dejado de ser un rito practicado únicamente en los países subdesarrollados. Informes publicados en revistas médicas de prestigio han revelado que en Europa y Estados Unidos se está produciendo un incremento de este tipo de mutilación parejo al aumento del número de inmigrantes del África subsahariana.Incluso, en muchas comunidades islámicas de ciudades del primer mundo, se han producido casos de castración femenina. Es una costumbre de origen islámico aunque no necesariamente exclusiva de esta religión: puede suponer  un rito de iniciación, al intentar garantizar el control sobre la virginidad de la mujer, y por ende su vida sexual.  Es destacable que la aplicación de la ablación es más común hoy en día de lo que lo era en periodos anteriores. Hoy se practica como rito de iniciación en las jóvenes de algunas comunidades musulmanas y cristianas de África. Tanto unos como otros suelen recurrir a sus respectivas tradiciones religiosas para argumentar en favor de esta práctica, pero lo cierto es que ni la doctrina musulmana ni la cristiana dicen nada sobre este tipo de mutilación. Hay algunos cultos africanos que permiten esta costumbre expresa en mujeres.

Un ritual sangriento.

Como mencioné antes, para muchas culturas, la ablación es un ritual de iniciación. La costumbre es de procedencia incierta, aunque al parecer su origen podría localizarse en la zona centro-africana.

En cada zona se hace de una manera y se le da una explicación diferente: garantizar la castidad de las mujeres, asegurar el estado de casaderas de las mujeres, hacerlas deseables para sus maridos, preservar la tradición, hacer dóciles y sumisas a las niñas, preservar el buen juicio de la mujer, diferenciar la femineidad de la masculinidad, marcar el rito de paso, evitar que el clítoris crezca a un tamaño anormal, hacerlas fértiles. En realidad, la ablación femenina, como otras tanta prácticas religiosas amparadas en el odio de género, supone una "imperfección" fisica en quién la sufre, que la violencia ayudaría a enmendar.


Existen varios tipos de ablación:

    * Amputación del prepucio del clítoris (circuncisión), pudiendo extirparse en parte o en su totalidad el clítoris (clitoridectomía).

    * Una forma más agresiva sería la escisión o mutilación del prepucio total o parcial, del clítoris y los labios menores, conservando los labios mayores.

    * La infibulación es la forma más agresiva y consiste en la extirpación del clítoris y labios mayores y menores. Después del acto, hay un cosido de ambos lados de la vulva hasta que queda prácticamente cerrada, dejando únicamente una abertura para la sangre menstrual y la orina. La infibulación también es llamada circuncisión faraónica.

Una costumbre de terribles consecuencias:

El aumento de la inmigración ha traído ésta práctica a Europa. La mutilación genital femenina, en cualquiera de sus modalidades, se encuentra penada por la ley en los principales países del continente con algunas excepciones como Italia o Irlanda. No obstante, aunque existen en algunos países europeos normativas legales de control sobre el permiso de salida para las niñas en situación de riesgo por este tipo de costumbres, hay denuncias de que medio millón de mujeres y niñas han sufrido la MGF en Europa en los últimos tiempos, incluso en centros sanitarios bajo cuerda.

La embajadora de la Organización de las Naciones Unidas contra la ablación, la ex-modelo somalí Waris Dirie, quien sufrió infibulación a los 5 años, ha conseguido que ésta práctica sea ilegal en algunos países africanos, aunque se siga practicando de hecho. UNICEF, en un informe, afirma que ésta práctica se puede eliminar en una generación si hay un esfuerzo cultural.


Ha despertado gran interés y sorpresa el hecho de que en fechas recientes, se encontraron claras evidencias de que la práctica de la Ablación, se ha difundido a tribus indígenas que habitan en el suroccidente de Colombia; El hecho quedo en evidencia por las denuncias de autoridades a cargo de la defensa de los derechos humanos y la muerte de jovenes indígenas por infecciones producto de operaciones quirurgicas llevadas a cabo en precarias condicion de asepsia.

Las autoridades indígenas, agremiadas en la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, han pedido que no se adelantes juicios sin conocer las realidades de las costumbres locales; Alegan el derecho de los pueblos indígenas a su autodeterminación. El asunto es objeto de un profundo debate, pues quienes abogan por la defensa de los derechos de la mujer, que consideran violados con la mutilación, insisten que tal autodeterminación no puede estar por encima de lo dispuesto en la Constitución Nacional de Colombia, norma que prima sobre cualquier otra en el ámbito nacional y en ella se prohibe claramente este tipo de prácticas.

Las consecuencias a largo plazo de esta mutilación van desde problemas menstruales, quistes e infecciones crónicas de la pelvis hasta la infertilidad. Los expertos creen que entre un 15% y un 20% de las mujeres mutiladas no puede tener hijos. Psicológicamente, la ablación provoca estados de ansiedad, depresión y ataques de pánico.

La pérdida casi total de sensibilidad es la principal consecuencia para las afectadas, con el añadido trauma psicológico. Hay mujeres que mueren desangradas o por infección en las semanas posteriores a la intervención, ya que se realiza casi siempre de manera rudimentaria, a cargo de curanderas o mujeres mayores, y con herramientas no muy ortodoxas como cristales, cuchillos oxidados o cuchillas viejas de afeitar y nunca en centros sanitarios.

La mutilación genital femenina no tiene nada que ver con cultura, tradición o religión.
Es tortura y un crimen contra el que se tiene que luchar. Una deformación de los parametros religiosos y sociales, amparado en el prejuicio y el más evidente odio de género.

Una vez más, la deformación de un dogma de fe y la destrucción de una idea finiscular bajo el peso del horror.

sábado, 21 de agosto de 2010

Un día entre todos los dias...

Este año ha sido de metas. Algunas que he conseguido lograr, otras todavía madurandose, muchas creandose en un presente continuo, la gran mayoría siendo parte de la habitación del Castillo de mi mente donde construyo mi rostro más personal. Y sin embargo, hoy será un día que recordaré para siempre, como el momento en que un ciclo de mi vida se cierra, para abrir uno más grande, totalmente nuevo. El poder de la evocación de mis sueños, tan real, tan cercano, tan poderoso como una nueva historia que comienzo a escribir entre mis dedos.



Hoy expondré mi serie "Las Dos Evas" , fruto del proyecto Trimestral que llevé a cabo en la Escuela Foto Arte. Una visión de mi propio mundo interior transformandose, creandose a si mismo, dandole sentido a mi propia historia a través de las imagenes. Un ciclo de fuego que comienza y termina en la imagen eternizada de mi pasado, dandole sentido al persente y abriendose paso hacia el futuro.


Finalmente, en paz :)

jueves, 19 de agosto de 2010

El lenguaje de la fotografía: arte y belleza, en las palabras de la Inmortal Susan Sontag

“Ves a alguien en la calle”, escribió Arbus, “y lo que adviertes ante todo es la falla”. La insistente uniformidad de la obra de Arbus, aun cuando se aleja de sus temas prototípicos, muestra que su sensibilidad, armada con una cámara, podría insinuar angustia, anomalía, enfermedad mental con cualquier tema, Hay dos fotografías de bebés llorando: los bebés aparecen desencajados, dementes. La semejanza o el rasgo en común con otra persona es una fuente recurrente de acechanzas, de acuerdo con las normas características de la visión disociada de Arbus. Pueden ser dos muchachas (no hermanas) con impermeables idénticos a quienes Arbus fotografió juntas en Central Park; o los mellizos o trillizos que aparecen en varios retratos. Muchas fotografías subrayan con opresiva admiración el hecho de que dos personas forman una pareja; y toda pareja es una pareja anómala: heterosexuales u homosexuales, blancos o negros, en un asilo de ancianos o una escuela secundaria. La gente lucía excéntrica porque no tenía ropa, como los nudistas: o porque iba vestida, como la camarera del campamento nudista que tiene puesto un delantal. Fotografiado por Arbus, cualquiera es monstruoso: un muchacho esperando para marchar en una manifestación belicista, con su rancho de paja y su insignia “Bombardeen Hanoi”; el rey y la reina de un Baile de Ciudadanos Honorables; una madura pareja suburbana despatarrada en las sillas de jardín; una viuda a solas en su cuarto desordenado. En “Gigante judío en casa con sus padres en el Bronx, NY, 1970″, los padres parecen enanos, tan desproporcionados como el enorme hijo encorvado sobre ellos bajo el cielo raso de un cuarto de paredes bajas.

La eficacia de las fotografías de Arbus deriva del contraste entre un tema lacerante y una concentración calma y pragmática. Esta cualidad de atención —la atención del fotógrafo, la atención del modelo al acto de ser fotografiado— crean la escenografía moral de los retratos de Arbus, directos y contemplativos. Lejos de espiar a monstruos y parias para sorprenderlos desprevenidos, la fotógrafa ha trabado conversación con ellos, persuadiéndolos de que posaran tan sosegada y rígidamente como cualquier notable victoriano en el estudio de Julia Margaret Cameron. Buena parte del misterio de las fotografías de Arbus reside en lo que sugieren acerca de los sentimientos de los modelos después que accedieron a ser fotografiados. ¿Se ven a sí mismos, se pregunta el espectador, como eso? ¿Saben qué grotescos son? Pareciera que no.

El tema de las fotografías de Arbus es, por usar la solemne etiqueta hegeliana, “la conciencia desdichada”. Pero la mayor parte de los personajes del Grand Guignol de Arbus parecen ignorar que son feos, Arbus fotografía gentes en diversos grados de relación inconsciente o ingenua con su dolor y fealdad. Esto limita necesariamente la clase de horrores que pudo haber incluido en su fotografía: excluye a los sufrientes que presuntamente saben que están sufriendo, como las victimas de accidentes, guerras, hambrunas y persecuciones políticas. Arbus jamás habría fotografiado accidentes, acontecimientos que irrumpen en una vida: se especializó en colisiones privadas y morosas que en su mayoría estaban ocurriendo desde el nacimiento del sujeto.

Aunque casi todos los espectadores están dispuestos a imaginar que estas personas, los ciudadanos del submundo sexual así como los caprichos genéticos, son infelices, pocas imágenes muestran en verdad tensión emocional. Las fotografías de pervertidos y auténticos monstruos no acentúan el dolor, sino más bien su distanciamiento y autonomía. Los travestis en sus camarines, el enano mexicano en el cuarto de su hotel de Manhattan, los enanos rusos en un living de la Calle Cien, y todos los de su especie, son presentados en general como personas alegres, seguras, prácticas. El dolor es más legible en los retratos de los normales: la pareja madura que riñe en el banco de un parque, la tabernera de Nueva Orleans en casa con la estatuilla de un perro, el chico en Central Park blandiendo su granada de juguete.

Brassaï denunció a los fotógrafos que procuran tomar por sorpresa a los modelos con la errónea creencia de que así se les revelará algo especial*. En el mundo colonizado por Arbus, los modelos siempre están revelándose a si mismos. No hay un momento decisivo. Para Arbus, la autorrevelación es un proceso continuo y parejamente distribuido, otra manera de sustentar el imperativo whitmaniano: tratar a todos los momentos como si tuvieran la misma importancia. Al igual que Brassaï, Arbus quería que sus modelos estuvieran plenamente alertas, conscientes del acto en que participaban. En vez de intentar persuadirlos de que adopten una posición natural o típica, los incita a lucir desmañados, o sea, a posar. (Por lo tanto, la revelación de la personalidad se identifica con lo extraño, raro, anómalo.) Estar de pie o sentados rígidamente los hace parecer imágenes de sí mismos.

[* No es un error, en verdad. Hay algo en la cara de la gente cuando no sabe que la están observando que nunca aparece en caso contrario. Si no supiéramos cómo Walker Evans tomó sus fotografías del subterráneo (viajando cientos de horas en los subterráneos neoyorquinos, de pie, con la lente de la cámara atisbando entre dos botones del abrigo), las imágenes mismas dirían a las claras que los pasajeros sentados, aunque fotografiados de cerca y frontalmente, no sabían que los estaban fotografiando, las expresiones son privadas, no las que presentarían a la cámara.]
En casi todos los retratos de Arbus los modelos miran directamente a la cámara. Con frecuencia esto contribuye a hacerlos parecer más raros, casi enajenados. Compárese la fotografía que en 1912 tomó Lartigue a una mujer con sombrero de plumas y velo (“Hipódromo de Niza”) con la “Mujer con velo en la Quinta Avenida, Cuidad de NY. 1968″. Al margen de la típica fealdad de la modelo de Arbus (la modelo de Lartigue es también típicamente hermosa), lo que vuelve extraña a la mujer de la fotografía de Arbus es la audaz soltura de la pose. Si la mujer de Lartigue nos mirara, tal vez nos parecería casi tan extraña como la de Arbus.
En la retórica normal del retrato fotográfico, enfrentar la cámara significa solemnidad, sinceridad, la revelación de la esencia del sujeto. Por eso las fotos de frente parecen apropiadas para las ceremonias (como bodas y graduaciones) pero no tanto para los cartelones publicitarios de los candidatos políticos. (En los políticos es más común el retrato de tres cuartos de perfil: una mirada que se pierde en vez de enfrentar, sugiriendo en vez de la relación con el espectador, con el presente, la relación con el futuro, más digna y abstracta.) Lo que vuelve tan fascinante el uso de la posición frontal en Arbus es que los sujetos son con frecuencia gentes de quienes uno no esperaría tanta docilidad e ingenuidad ante la cámara. Así, en las fotografías de Arbus, la frontalidad también insinúa de la manera más vivida la cooperación del modelo. Para persuadir a esas gentes de que posaran, la fotógrafa tuvo que ganarse su confianza, tuvo que entablar “amistad” con ellas.

Tal vez la escena más pobre del filme Freaks (“La parada de los monstruos”, 1932) de Tod Browning es el banquete de bodas, cuando cabezas de alfiler, mujeres barbadas. siameses y torsos vivientes expresan bailando y cantando su aceptación de la maligna Cleopatra, quien tiene estatura normal y acaba de casarse con el crédulo héroe enano. “¡Una de los nuestros’. ¡Una de los nuestros’” salmodian mientras una copa pasea por la mesa de boca en boca hasta que por último un enano exuberante se la presenta a la novia asqueada. Arbus tal vez tenía una visión simplista del encanto, la hipocresía y el embarazo de fraternizar con monstruos. Tras la exultación del descubrimiento, estaba la emoción de haberse ganado su confianza, de no tenerles miedo, de haber dominado la propia aversión. Fotografiar monstruos “me entusiasmaba muchísimo”, explicó Arbus. “Casi siempre terminaba adorándolos.”

Las fotografías de Diane Arbus ya eran famosas entre los aficionados a la fotografía cuando ella se mató en 1971; pero, como en el caso de Sylvia Plath, la atención suscitada por su obra desde su muerte es de otro orden, una suerte de apoteosis. El suicidio parece garantizar que la obra es sincera, no voyeurista, que es compasiva, no indiferente. El suicidio también parece volver más devastadoras las fotografías, como si demostrara que habían sido peligrosas para ella.

Arbus misma sugirió la posibilidad. “Todo es tan soberbio y sobrecogedor. Avanzo arrastrándome sobre el vientre como en las películas de guerra.” Aunque la fotografía es normalmente una visión omnipotente a distancia, hay una situación donde los fotógrafos pueden morir: cuando fotografían gente matándose entre sí. Sólo la fotografía de guerra combina el voyeurismo con el peligro. Los fotógrafos de un combate no pueden evitar la participación en la actividad letal que registran; incluso visten uniforme militar, aunque sin jinetas. Descubrir (mediante la fotografía) que la vida es “de veras un melodrama”, entender la cámara como arma de agresión, implica que habrá bajas. “Estoy segura de que hay límites”, escribió Arbus. “Dios sabe que cuando las tropas empiezan a avanzar sobre ti te aproximas de veras a esa sensación de pánico que por cierto puede liquidarte.” Retrospectivamente, las palabras de Arbus describen una especie de muerte en combate: tras haber transgredido ciertos límites cayó en una emboscada psíquica, víctima de su propio candor y curiosidad.
En la vieja saga del artista, cualquier persona que tenga la temeridad de pasar una temporada en el infierno se arriesga a no regresar con vida o a volver psíquicamente dañado. La heroica vanguardia de la literatura francesa de fines del siglo XIX y principios del XX ofrece un memorable panteón de artistas que no logran sobrevivir a sus viajes al infierno. Sin embargo, hay una gran diferencia entre la actividad de un fotógrafo, que siempre es voluntaria, y la actividad de un escritor, que quizá no lo es. Se tiene el derecho, tal vez se siente la compulsión, de dar voz al propio dolor —que en todo caso es una propiedad personal.

Así, lo que en definitiva perturba más en las fotografías de Arbus no es en absoluto la temática sino la impresión acumulativa de la conciencia de la fotógrafa: la sensación de estar enfrentándose precisamente a una visión privada, algo voluntario. Arbus no era una poetisa hurgándose las vísceras para expresar el propio dolor sino una fotógrafa aventurándose en el mundo para coleccionar imágenes dolorosas. Y tratándose de un dolor buscado antes que sentido, quizá no haya explicaciones tan obvias. De acuerdo con Reich, el gusto del masoquista por el dolor no surge de un amor por el dolor sino de la esperanza de procurarse mediante el dolor una sensación fuerte; las víctimas de la analgesia emocional o sensorial prefieren el dolor a la carencia absoluta de sensaciones. Pero hay otra explicación de la busca del dolor, diametralmente opuesta a la de Reich, que también parece pertinente: que no se lo busca para sentir más sino para sentir menos.

En la medida en que mirar las fotografías de Arbus es innegablemente una ordalía, son una muestra típica del arte popularizado hoy día entre las gentes urbanas sofisticadas: un arte que es una obstinada prueba de dureza. Sus fotografías brindan la oportunidad de probar que el horror de la vida puede ser enfrentado sin remilgos. La artista una vez tuvo que decirse: bien, puedo aceptar eso; el espectador es invitado a hacer la misma declaración.

La obra de Arbus es un buen ejemplo de una tendencia rectora del arte de los países capitalistas: la supresión, o al menos la reducción, de los escrúpulos morales y sensorios. Buena parte del arte moderno está consagrada a disminuir la escala de lo terrible. Al acostumbrarnos a lo que anteriormente no soportábamos ver ni oír, porque era demasiado chocante, doloroso o perturbador, el arte cambia la moral, ese conjunto de hábitos psíquicos y sanciones públicas que traza una borrosa frontera entre lo que es emocional y espontáneamente intolerable y lo que no lo es. La supresión gradual de los escrúpulos nos acerca, por cierto, a una verdad más bien formal: la arbitrariedad de los tabúes propugnados por el arte y la moral. Pero nuestra capacidad para digerir este creciente caudal de imágenes (móviles y fijas) y textos grotescos exige un precio muy alto. A la larga, no funciona como una liberación sino como una sustracción del yo: una pseudofamiliaridad con lo horrible refuerza la alienación, atrofiándonos para reaccionar en la vida real. Lo que sucede con los sentimientos cuando se ve por primera vez la película pornográfica que dan hoy en el barrio o la atrocidad que televisan esta noche no es tan diferente de lo que sucede cuando la gente mira por primera vez las fotografías de Arbus.

martes, 17 de agosto de 2010

De los Arquetipos y otras ideas sociales primitivas



Según la estructura social patriarcal, los hombres deben ser fuertes, invencibles, no temer a nada, proveedores de recursos, en fin, una serie de habilidades, cualidades y calidades difíciles de mantener en lo social, familiar y en el tiempo. Pero resulta ser que así como todas las mujeres son diferentes, los hombres también lo son. Tal como señala Marcela Lagarde "ser diferentes no significa inevitablemente ser desiguales". Y es evidente que no todos los hombres poseen dichas características asignadas por el patriarcado a los llamados machos. De allí surgen las connotaciones peyorativas que se la han atribuido a los hombres.

Las caracterizaciones de lo femenino y lo masculino están sujetas todavía a estereotipos, aún cuando no seamos conscientes de ello, en el patriarcado surgido como dominación hacia la mujer actúa en contra de una masculinidad sana, así como en contra de una feminidad íntegra.

El proceso de formación de la identidad masculina en lo que se ha llamado el patriarcado, esta mediado por demostrar constantemente, que se es viril. Por lo tanto su comportamiento no puede ser nada sensible, por ser llamado éste por algunos, demostración de sospecha a la masculinidad.  Esta situación ha llevado a  una gran mayoría de hombres a no expresar sus emociones, y a competir por la hegemonía, entendida como dominación y subyugación.  En las prácticas culturales, muchos hombres se han visto privados de los afectos, por ser considerado terreno de lo femenino.

Por lo cual, la crianza es considerada una responsabilidad femenina. La intervención del padre es muy limitada, esta caracterización claro está se ha venido subvirtiendo y el patriarcado marcado de otrora se ha ido desvaneciendo.
 
Por otra parte las transformaciones de fin de siglo XX, las reivindicaciones de las mujeres, que ya no quieren más estar en un plano inferior, han llevado al hombre actual a una incertidumbre tal, que muchos se preguntan ¿qué significa ser hombre actualmente? ¿dónde está la verdadera masculinidad?  ¿Qué es ser un verdadero hombre?

En América Latina, los hombres viven una disminución del machismo, aunque ser fuertes todavía es parte de su identidad, algunos ostentan una menor rivalidad, se comportan menos como machos. Algunos desarrollan nuevas formas de afectividad prohibidas en la masculinidad dominante, y realizan labores domésticas, estos cambios han enriquecido la vida de los hombres que los han asumido, puesto que se han tomado el espacio de lo privado integrando otras partes a su identidad.

Este conjunto de hechos constituyen la deconstrucción de la masculinidad dominante, y es parte del nuevo salto social para la inclusión tanto de hombres como de mujeres, para construir una verdadera igualdad de oportunidades en la diferencia. 

En esta medida, los movimientos y las nuevas miradas subjetivas de la psicología logran además introducir y clarificar ”las dimensiones inconscientes de lo masculino y lo femenino como estructuras arquetipales profundas constituyentes de la identidad” .

La igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres no tiene por que anular las diferencias entre lo femenino y lo masculino, antes bien se hace necesario integrar los espacios que se piensan pertenecen a determinado género, lo cual es imperativo sea realizado por mujeres y hombres juntos.

Las sociedades configuran responsabilidades, actitudes, funciones, valores y una visión del mundo diferenciada entre mujeres y hombres.

Los hombres al ocupar posiciones de poder, como en nuestra cultura, la visión del mundo puede percibirse como de exclusión de la mujer, la cual tiene una serie de necesidades, oportunidades y limitaciones que son propias de la sociedad patriarcal dominante. Una manifestación clara de esta situación es el uso del lenguaje, generalmente en masculino, que pretende incluir a las mujeres, pero la generalidad no evidencia inclusión alguna.

El concepto de género, se convierte así en  la categoría central de la teoría feminista, construida en el centro de la sociedad patriarcal. La noción de género surge a partir de la idea de que lo femenino y lo masculino no son hechos naturales o biológicos, sino construcciones culturales. Tal vez la consecuencia más notoria del sistema sexo - género imperante sea la división artificial entre lo que se considera femenino y lo que se considera masculino. Esta división se sustenta en estereotipos, prejuicios y tabúes.

La división del trabajo y de los órdenes sociales entre lo femenino y lo masculino,  ha detentado en representaciones de exclusión de la mujer en diferentes aspectos y ámbitos, tales como las relaciones de poder, la salud, el derecho, el trabajo, la educación, la participación social, entre otros.

Existen múltiples manifestaciones que nos demuestran que, las relaciones entre hombres y mujeres son desiguales y excluyentes. Las mujeres están comenzando a tener control sobre sus propios cuerpos como con el descubrimiento y utilización de la “píldora”. 

Sin embargo lo desigual de la relación  entre hombres y mujeres, es reflejada además en el ámbito educativo, puesto que hasta hace casi un siglo, se consideraba que la mujer no tenía necesidad de instruirse más allá de las habilidades domésticas como en los inicios de las sociedades agrícolas.

En el siglo XX el acceso a la educación para las mujeres se convierte en una demanda y necesidad apremiante a nivel económico y cultural, lo que ha recaído en un aumento significativo del potencial femenino en el sistema educativo, aunque todavía la mayoría de los analfabetas alrededor del mundo son mujeres (60% del total).

Es decir, se mantiene una brecha entre hombres y mujeres al momento de acceder a la información. En el proceso de socialización a los hombres se les enseña a experimentar desde niños a construir roles activos, mientras a las niñas se les premia por la prudencia y la ternura.  Esta socialización diferenciada limita la capacidad autónoma de las niñas, y de las mujeres adultas.

En los estudios realizados en género se encuentra aún, diferencias en la educación entre los niños y las niñas, poniendo a las figuras masculinas como protagonistas, ellos son valientes, sabios, héroes. Estos factores condicionan el paso de las mujeres por el sistema educativo, que muchas veces reproduce los valores del patriarcado, la supremacía del hombre sobre la mujer. Es común leer en los textos frases como: La evolución del hombre, el hombre descubrió el fuego, el hombre llegó a América por el Estrecho de Bhering, el hombre llegó a La Luna, el hombre conquistó el espacio (sin embargo es necesario tener presente que el cambio de la palabra hombre por la de varón en los textos feministas sigue sustentando una posición peyorativa y excluyente en las relaciones entre hombres y mujeres).  Por eso se ha planteando la necesidad impostergable de construir nuevos espacios educativos donde no se fomente el sexismo (feminismo, machismo). Una “coeducabilidad” que promueva la igualdad de oportunidades y no la exclusión.

Por otra parte, si bien las mujeres siendo mayoría en el sistema educativo formal (estadísticamente), a la hora de acceder a becas internacionales u oportunidades de especialización en el extranjero, los mayores beneficiarios siguen siendo los varones (estadísticamente). Al momento de tomar estas decisiones las mujeres dan prioridad al cuidado del hogar (estadísticamente), antes que la realización en los ámbitos profesional y económico, producto de la cultura patriarcal dominante con una figura de mujer madre abnegada y sacrificada.  Los hombres por el contrario, se les consideran libres y autónomos y tienen menos posibilidades de dudar al tomar decisiones que se refieran a su futuro personal.

La desigual valoración social del hombre y la mujer también ha determinado un desigual acceso al tiempo libre, al ocio, al descanso, a la recreación, e inclusive al placer.  Hoy las múltiples funciones de la mujer , que cada vez desempeña nuevos y roles, sin abandonar ninguno, donde la mujer que trabaja llega a su casa, a continuar con labores domésticas, mientras el hombre se dedica a descansar, ver televisión, se reúne con los amigos,  la mujer no hace nada al respecto. 

Muchas mujeres que trabajan fuera dedican los fines de semana a poner al día los quehaceres de la casa, para cuando llega el Lunes, volver a empezar la semana laboral, sin haber dejado de trabajar, ni ha comenzado a construir una cultura familiar de solidaridad y apoyo colectivo. 

La desigualdad entre los hombres y las mujeres no es algo que solamente lo sustenta el hombre en los campos políticos, económicos y profesionales es una exclusión que la mujer sustenta en los espacios de lo íntimo y lo inmediato.

Es preciso abrir una reflexión en torno al discurso de género del siglo XXI que a pesar de su capacidad de adaptación a los cambios culturales aún no se asienta del todo en el principio de la igualdad. Y cabe otro debate sobre el peso de la lógica de la igualdad de género en nuestros valores culturales y prácticas sociales.

En la actualidad, también los hombres se han visto privados de espacios considerados femeninos, el llamado mundo de los afectos, que se considera ‘patrimonio’ femenino, la crianza ha sido  considerada tradicionalmente una responsabilidad femenina, sin embargo dada las transformaciones de la familia en sus sistemas de relación, el hombre ha logrado penetrar las ranuras del espacio doméstico y se ha involucrado mucho más en las practicas afectivas familiares.

La igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres no tiene por qué eclipsar y anular las diferencias entre lo femenino y lo masculino. El desafío parece ser la creación de nuevos espacios y rasgos diferenciales que no supongan desvalorizaciones por pertenecer a determinado género, y esta tarea debe ser realizada por mujeres y hombres de manera conjunta. De lo contrario cada vez será más grande la brecha que nos separa por caminos diferentes, y no es precisamente lo que se quiere y necesita para un desarrollo humano armónico e integral. 

La división de la realidad entre lo ‘femenino’ y lo ‘masculino’,  ha llevado a una serie de situaciones de discriminación hacia la mujer y el hombre en diferentes aspectos y ámbitos, tales como las relaciones de poder, la salud, el derecho, el trabajo, la educación, la participación social, el afecto, entre otros.

Las diferencias de los roles entre los hombres y las mujeres, se nominan no solo desde lo parental, sino además dentro de las objetivaciones entregadas por las instituciones entre ellas la iglesia, el estado y la que compete la escuela misma como marco social primordial entre los valores dominantes de una cultura en un momento y espacio determinado.

Dentro de los espacios socializadores para los seres humanos, es la escuela en su significación y resignificación de roles entre los que se media lo nuevo, lo menos nuevo y los medios de comunicación, tanto los niños como las niñas desde la infancia integran valores asignados por los adultos y profesores, quienes a su vez poseen todo un marco sobre el deber ser de los sujetos en una sociedad y su quehacer en la reconstrucción histórica y cultual de su mundo.
1.1.1    Lo Arquetípico del Género: Jung planteaba que el hombre y la mujer, poseía en su psiquis el anima y el animus respectivamente.

Para él, anima era el “aspecto femenino interno del hombre. El ánima es tanto un complejo personal como una imagen arquetípica de mujer en la psique masculina.  Es un factor inconsciente encarnado en cada niño, y es responsable del mecanismo de proyección.  Inicialmente identificada con la madre personal, el ánima se vivencia más adelante no sólo en otras mujeres, sino como una penetrante influencia en la vida de un hombre”.  Entonces el ánima “intensifica, exagera, falsea y mitologiza todas las relaciones emocionales – del hombre- con su trabajo y con otras personas de ambos sexos”.

El ánima se expresa en los hombres como proyección hacia las mujeres, por consiguiente las características de la misma se deducen en la ausencia de ellas en la personalidad de cada hombre.

Así mismo el animus es el “aspecto masculino interno de la mujer” e igualmente como con el ánima, el animus es un arquetipo e imagen arquetípica.

La mujer es compensada con un elemento masculino, y por lo tanto, su inconsciente tiene, como quien dice, un sello masculino.  Esto resulta de una considerable diferencia psicológica entre el hombre y la mujer, y por consiguiente, he llamado ánimus – que significa mente o espíritu – al factor proyectivo en la mujer.  El ánimus corresponde al Logos paterno, así como el ánima corresponde al Eros materno.

Mientras el ánima del hombre funciona como su alma, el ánimus de la mujer se parece más a una mente inconsciente.   De ésta manera el ánimus y el ánima actúan como mediadores entre el inconsciente y lo consciente” y para armonizarse con ellas tanto los hombres como las mujeres necesitan profundizar en ellas, comprenderlas e integrarlas.

De lo anterior, se desprende el planteamiento de la comprensión de los diferentes arquetipos anima y animus en los hombres y mujeres para lo cual se ha utilizado en la presente investigación, la psicología femenina y la psicología masculina mitológicas de Jean Shinoda Bolen.

Sin embargo es pertinente reiterar que para Jung los arquetipos son: “Elementos estructurales y primordiales de la psique humana”.

Los arquetipos son sistemas de aptitud para la acción y, al mismo tiempo, imágenes y emociones.  Se heredan con la estructura cerebral – en verdad, son su aspecto psíquico.  Por un lado, representan un conservatismo instintivo muy fuerte, y por otro, constituyen el medio más eficaz concebible para la adaptación instintiva. Así que son, esencialmente, la parte infernal de la psique... aquella parte a través de la cual la psique se une a la naturaleza.

Igualmente Jung plantea que los arquetipos son “imágenes instintivas”, explicando que:...”Psicológicamente.... el arquetipo como imagen del instinto es una meta espiritual buscada por toda la naturaleza del hombre;  es el mar hacia el cual se encaminan todos los ríos, el premio que el héroe extrae de su lucha con el dragón.   Es evidente entonces que la comprensión y la integración consciente del arquetipo individual, construirá una identidad más armónica e integral, al menos a nivel psicológico como lo planteaba Jung.  Ya que la investigación apunta a integrar lo imaginario y lo subjetivo dentro de la construcción de las representaciones e identidades femeninas y masculinas.


Jean Shinoda Bolen profundiza en los arquetipos de los Dioses Griegos, en sus libros Los Dioses de Cada Hombre y Las Diosas de Cada Mujer;  siendo 8 arquetipos masculinos y 7 femeninos, entre los que se encuentran:  Zeús, Ares, Hermes, Poseidón, Hermes, Hefestos, Apolo, Hades y Dionisios; y en los femeninos:  Hera, Afrodita, Demeter, Perséfone, Hestia, Atenea y Artemisa.

Para Jean Shinoda:

 “En la Grecia antigua, las mujeres sabían que su vacación o su función en la vida las situaba bajo el dominio de una diosa concreta, a la cual veneraban; las tejedoras necesitan el patrocinio de Atenea;  las jóvenes se hallaban bajo la protección de Artemisa;  las mujeres casadas veneraban a Hera.  Las mujeres rendían culto y presentaban ofrendas ante los altares de las diosas cuya ayuda necesitaban.  Las mujeres que daban a luz rezaban a Artemisa para que las librase del dolor;  invitaban a Hestia a sus chimeneas para convertir sus casas en hogares.  Las diosas eran deidades poderosas, a las que se rendía homenaje con rituales, veneración, ofertas y sacrificios” …


Ahora, las diosas existen como arquetipos, solo que la mujer contemporánea no tiene en cuenta su imagen arquetípica y su mito personal ;  “dentro de las mujeres contemporáneas, las diosas existen como arquetipos y pueden – como en la antigua Grecia – conseguir lo que les corresponde y reclamar potestad sobre sus súbditos.  Incluso sin saber a qué diosa está sometido, una mujer puede, no obstante, “prestar” fidelidad a un arquetipo concreto durante un tiempo o durante toda su vida”,  es así que en la presente investigación se miran cuales son los arquetipos que ahora tanto los hombres como las mujeres expresan en sus prácticas sociales.

lunes, 16 de agosto de 2010

Divagaciones de una Tarde de Lluvia



Leí por segunda vez el libro Girl, interrupted, de la autora estadounidense Susanna Kaysen y experimenté otra vez ese vacio que nace de una visión diminuta de ciertos hechos de la vida. Un retrablo en miniatura de un momento, como diría Marcel Prost. Un sueño que se rompe en dos partes a partir de un año bisiesto intelectual, en las palabras de la siempre ocurrente Rosa Montero. Una pesadilla corta, opina la augusta Aglaia Berlutti, anonima escritora.

Girl, Interrupted, publicado en 1993 con grandes elogios de la critica, es una intensa y sorprendente historia sobre los dos años que pasó la autora en el pabellón de de adolescentes del hospital Siquiátrico Mclean, en New England, a finales de los sesenta. La prosa de Susanna Kaysen es concisa, elegante y, en ocasiones, oscuramente cómica. A través de sus ojos, conocemos un extraño elenco de personajes: los médicos, las enfermeras y las otras muchachas del pabellón. El libro tiene más preguntas que respuestas ( acerca de lo que significa estar "loco", quién lo está y quién no) pero aun así consigue, mediante la perspicaz y sencilla mirada de la autora, ser profundamente satisfactorio.

Leí el libro por primera vez cuando tenía 21 años y me estremeció. Pensé en la anodina situación de ser juzgada "demente" por el mero hecho de no encajar en el molde común. Y aunque no estuve jamás en un pabellón siquiatrico, y los problemas de Susanna y los mios son del todo distintos, coinciden en un punto peligroso: ambas nos sentimos, en un momento dado, demasiado sensibles y aisladas para formar parte de la cotidianidad. Muchas veces desperté aterrada por el hecho que estaba sola en mi mundo, en mis sensaciones, en la irracionalidad. De la misma manera que Susanna, recorrí un largo camino, derrumbando obstaculos visibles en mi personalidad, buscando un significado a toda la excentricidad de mi vida. Sufría de horribles ataques de ansiedad. En los años siguientes, las cosas fueron empeorando silenciosamente. Me hundí en una ciénaga de pensamientos y dudas que resultó ser un lugar peor que una sala de siquiatria: mi mente. Por muchos años fuí una persona pálida y agotada, aturdida por la realidad, y aplastada por mi propia ficción.

Pero como Susanna, sobreviví. Y ahora soy lo suficientemente fuerte como para afrontar que la selva de la ideas es más profunda y peligrosa que la real. Creo que el camino de regreso a la cordura, lo que sea que signifique eso, está plagado de autodescubrimiento y sobretodo, de absoluta fe en uno mismo.

domingo, 15 de agosto de 2010

Del Poder del acto Creativo ( y II )

El valioso vacío atómico

Aunque ya los filósofos griegos especularon con su existencia, el átomo es una realidad científica desde principios de siglo XX. La física atómica dio paso a la teoría de la relatividad y de ahí, a la física cuántica. En las escuelas de todo el mundo se enseña hoy día que el átomo está compuesto de partículas de signo positivo (protones) y neutras (neutrones) en su núcleo y de signo negativo (electrones) girando a su alrededor. Su organización recuerda extraordinariamente a la del Universo, unos electrones (planetas) girando alrededor de un sol o núcleo (protones y neutrones). Lo que la mayoría desconocíamos es que la materia de la que se componen los átomos es prácticamente inexistente. En palabras de William Tyler, profesor emérito de ingeniería y ciencia de la materia en la universidad de Stanford, “la materia no es estática y predecible. Dentro de los átomos y moléculas, las partículas ocupan un lugar insignificante: el resto es vacío”.
En otras palabras, que el átomo no es una realidad terminada sino mucho más maleable de lo que pensábamos. El físico Amit Goswani es rotundo: “Heinsenberg, el codescubridor de la mecánica cuántica, fue muy claro al respecto; los átomos no son cosas, son TENDENCIAS. Así que, en lugar de pensar en átomos como cosas, tienes que pensar en posibilidades, posibilidades de la consciencia. La física cuántica solo calcula posibilidades, así que la pregunta viene rápidamente a nuestras mentes, ¿quién elige de entre esas posibilidades para que se produzca mi experiencia actual? La respuesta de la física cuántica es rotunda: La conciencia está envuelta, el observador no puede ser ignorado”.

¿Qué realidad prefieres?

El ya famoso experimento con la molécula de fullerano del doctor Anton Zeillinger, en la Universidad de Viena, testificó que los átomos de la molécula de fullerano (estructura atómica que tiene 60 átomos de cárbón) eran capaces de pasar por dos agujeros simultáneamente. Este experimento “de ciencia ficción” se realiza hoy día con normalidad en laboratorios de todo el mundo con partículas que han llegado a ser fotografiadas. La realidad de la bilocación, es decir, que “algo” pueda estar en dos lugares al mismo tiempo, es algo ya de dominio público, al menos en el ámbito de la ciencia más innovadora. Jeffrey Satinover, ex presidente de la fundación Jung de la universidad de Harvard y autor de libros como “El cerebro cuántico” y “El ser vacío”, lo explica así: “ahora mismo, puedes ver en numerosos laboratorios de Estados Unidos, objetos suficientemente grandes para el ojo humano, que están en dos lugares al mismo tiempo, e incluso se les puede sacar fotografías. Yo creo que mucha gente pensará que los científicos nos hemos vuelto locos, pero la realidad es así, y es algo que todavía no podemos explicar”.

Quizás porque algunos piensen que la gente “de a pie” no va a comprender estos experimentos, los científicos todavía no han conseguido alertar a la población de las magníficas implicaciones que eso conlleva para nuestras vidas, aunque las teorías anejas sí forman parte ya del dominio de la ciencia divulgativa.

Seguramente la teoría de los universos paralelos, origen de la de la “superposición cuántica”, es la que ha conseguido llegar mejor al gran público. Lo que viene a decir es que la Realidad es un número “n” de ondas que conviven en el espacio-tiempo como posibilidades, hasta que UNA se convierte en Real: eso será lo que vivimos. Somos nosotros quienes nos ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos (”yo sí puedo”, “yo no puedo”) de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física moderna nos dice que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades- ondas, claro).

En realidad, los descubrimientos de la física cuántica vienen siendo experimentados por seres humanos desde hace milenios, concretamente, en el ámbito de la espiritualidad. Según el investigador de los manuscritos del Mar Muerto, Greg Braden, los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la que, dicen, perteneció Jesucristo) tenían una manera de orar muy diferente a la actual. En su libro “El efecto Isaías: descodificando la perdida ciencia de al oración y la plegaria”, Braden asegura que su manera de rezar era muy diferente a la que los cristianos adoptarían. En lugar de pedir a Dios “algo”, los esenios visualizaban que aquello que pedían ya se había cumplido, una técnica calcada de la que hoy se utiliza en el deporte de alta competición, sin ir más lejos. Seguramente, muchos han visto en los campeonatos de atletismo cómo los saltadores de altura o pértiga realizan ejercicios de simulación del salto: interiormente se visualizan a sí mismos, ni más ni menos que realizando la proeza. Esta técnica procede del ámbito de la psicología deportiva, que ha desarrollado técnicas a su vez recogidas del acervo de las filosofías orientales. La moderna Programación Neurolingüística, usada en el ámbito de la publicidad, las relaciones públicas y de la empresa en general, coincide en recurrir al tiempo presente y a la afirmación como vehículo para la consecución de los logros. La palabra sería un paso más adelante en la creación de la Realidad, por lo que tenemos que tener cuidado con aquello que decimos pues, de alguna manera, estamos atrayendo esa realidad.

La búsqueda científica del alma

En las últimas décadas, los experimentos en el campo de la neurología han ido encaminados a encontrar donde reside la conciencia. Fred Alan Wolf, doctor en física por la universidad UCLA, filósofo, conferenciante y escritor lo explica así en “¿Y tú qué sabes?” de la que se espera la segunda parte en pocos meses: “Los científicos hemos tratado de encontrar al observador, de encontrar la respuesta a quién está al mando del cerebro: sí, hemos ido a cada uno de los escondrijos del cerebro a encontrar el observador y no lo hemos hallado; no hemos encontrado a nadie dentro del cerebro, nadie en las regiones corticales del cerebro pero todos tenemos esa sensación de ser el observador”. En palabras de este científico, las puertas para la existencia del alma están abiertas de par en par: “Sabemos lo que el observador hace pero no sabemos quién o qué cosa es el observador”.

Hoy recuperadas por la física cuántica, muchas de estas afirmaciones eran conocidas en la Antigüedad, como en el caso del “Catecismo de la química superior”, de Karl von Eckartshausen.

Cuadro 1 - Nuestro cerebro: un ordenador que procesa información
A cada segundo, en una vida como la moderna llena de estímulos: nos bombardean enormes cantidades de información. El cerebro solo procesa una mínima cantidad de ella: 400 mil millones de bits de información por segundo. Los estudios científicos han demostrado que sólo somos conscientes de 2.000 mil de esos bits, referidos al medio ambiente, el tiempo y nuestro cuerpo. Así pues, lo que consideramos la Realidad, es decir, aquello que vivimos, es sólo una mínima parte de lo que en realidad está ocurriendo. ¿Cómo se filtra toda esa información?

A través de nuestras creencias: El modelo de lo que creemos acerca del mundo, se construye desde lo que sentimos en nuestro interior y de nuestras ideas. Cada información que recibimos del exterior se procesa desde las experiencias que hemos tenido y nuestra respuesta emocional procede de estas memorias. Por eso, los malos recuerdos nos impulsan a caer en los mismos errores.

Cuadro 2: Cómo romper con esos malos hábitos del pensamiento
El cerebro crea esas redes a partir de la memoria: ideas, sentimientos, emociones. Cada asociación de ideas o hechos, incuba un pensamiento o recuerdo en forma de conexión neuronal, que desemboca en recuerdos por medio de la memoria asociativa. A una sensación o emoción similar, reaparecerá ese recuerdo en forma de idea o pensamiento. Hay gente que conecta “amor” con “decepción” o “engaño”, así que cuando vaya a sentir amor, la red neuronal conectará con la emoción correspondiente a cómo se sintió la última vez que lo sintió: ira, dolor, rabia, etc. Según Joe Dispenza “si practicamos una determinada respuesta emocional, esa conexión sináptica se refuerza y se refuerza. Cuando aprendemos a “observar” nuestras reacciones y no actuamos de manera automática, ese modelo se rompe”. Así pues, aprender a “ver” esas asociaciones es la mejor manera de evitar que se repitan: la llave es la conciencia.

Cuadro 3: La mecánica de la erección
La mejor metáfora del pensamiento creador es el miembro masculino. Una sola fantasía sexual, es decir, un pensamiento erótico, es capaz de producir una erección, con toda la variedad de glándulas endocrinas y hormonas que participan en ello. Nada hay fuera de la mente del hombre pero, sin embargo, se produce un torbellino hormonal que desemboca en un hecho físico palpable. En el lado femenino, también el poder del pensamiento asociado al erotismo se convierte a menudo en hechos físicos, demostrando la capacidad del pensamiento para crear situaciones placenteras… o adictivas. Los más firmes defensores del poder de la visualización llegan a proponer que se puede obtener a través de ella casi todo lo que deseamos.
 
¿Que es una onda de Forma?
Muchos científicos y físicos cuánticos reconocen el poder de transmisión en cualquier forma simple geométrica o como un diseño ondulado de un rastro de energía, es un ONDA DE FORMA simple. Puede tener un patrón geométrico o puede ser un gesto de pincel simple como una onda que contiene el significado completo, la intención y la energía de un momento dado de intensidad mientras da forma a la realidad y puede tener en su ser todas las cualidades que lo crearon. Es una semilla de fractal energético que dada la situación correcta continuará su crecimiento y multiplicándose. Éstas son modelos y formas que crean la energía y transmiten los patrones específicos, del pensamiento, nosotros hemos estado usándolos en los templos, las iglesias, logotipos, publicidad y podemos reconocer inmediatamente la armonía y desarmonia en ellos. Ciertos modelos de la geometría sagrada parecen actuar recíprocamente con su entorno armonizando y estabilizando sus moléculas, como si organizara los átomos y electrones. Puede significar que un cierto diseño de geometría YANTRA de ENERGÍA puede polarizar las partículas e incluso podría purificar el agua, aumentando las cualidades y la armonía en su entorno.