sábado, 27 de febrero de 2010

Grandes mundos, pequeños Mundos


Otro desastre natural estremece al mundo globalizado: Un enorme terremoto sacudió a Chile, devastando una extensa zona del país y dejando como saldo casi 300 muertos y un millar de damnificados. Un poco sorprendida - y fascinada, todo hay que decirlo - asisto al hecho inaudito de una tragedia transmitida en vivo directo: las imagenes de las dantescas escenas de terror y destrucción saturan la televisión, las noticias están repletas de información transmitida por el nuevo testigo de la historia: el ciudadano común armado de un Twitter y un blog. La nueva era de la comunicación recrea el drama de un tinte humano inaudito, espantoso y a la vez sobrecogedor en su profundidad. De pronto, Chile es el mundo y el mundo está en Chile.

De regreso de mi curso Trimestral - donde mis primeras fotografias documentales no causaron gran impresión - me pregunto que tanto podré tocar ese punto álgido de mis sentimientos que conecte furiosamente con mi forma de recrear el mundo. No lo sé aun, pero creo que el mismo hecho de convertirse en un reto - de creer y esperar, soñar con ese discurso intimo que deseo expresar - hace que me sienta más profundamente conectada con mi idea sobre las dos Evas. Amo mis fotografias, amo este privilegio de fotografiar. Me asusta el abismo radiante de crear lentamente un nuevo mundo. Vida nueva entre mis dedos.

Ah, me siento tan agotada. Creo que por hoy, dormiré bien. Un sueño triste, denso, amplio y sin nombre que tal vez tenga que ver con esos simples debates morales en los que me debatí durante el día. La radiante posibilidad de crear. Soy y no soy, espero y simplemente me dejo llevar por esta profunda pasión por construir un mundo más allá de mi propia concepción de la verdad.

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